Trovadores y Amor cortés


Un trovador es un poeta cantautor de la Edad Media

Trovadores y troveros, poetas líricos en lengua de oc (provenzal) y poetas líricos en lengua de oïl (francés antiguo). El término deriva del verbo trobar (componer versos). Su actividad se desarrolla en Francia entre finales del siglo XI y finales del siglo XIII. Los trovadores, afincados en la región de Provenza, se inspiraron en el antiguo concepto griego de poema lírico como composición vocal. La poesía de los trovadores figura entre las primeras muestras literarias en una lengua distinta del latín, lengua literaria por excelencia durante la edad media. Sus poemas emplean nuevas formas, melodías y ritmos, originales o copiados, de la música popular. El primer trovador del que se tiene noticia fue Guillermo IX de Aquitania. La mayoría de los 400 trovadores que vivieron en esta época fueron nobles o reyes para quienes componer e interpretar canciones era una manifestación más del ideal caballeresco. La música de los trovadores desapareció progresivamente a lo largo del siglo XIII con la destrucción de los reinos del sur de Francia durante las guerras religiosas, que culminaron con la derrota de los albigenses por el poder papal.

Originalmente, los trovadores cantaban sus poemas en la corte y a menudo celebraban competiciones o torneos musicales; más tarde contrataron a músicos itinerantes, los llamados juglares, para interpretar sus obras. Entre sus temas predilectos figuran el amor, la caballería, la religión, la política, la guerra, los funerales y la naturaleza. Sus formas de versificación eran la cansón (por lo general de amor cortés), la tensón (diálogos o debates), el serventesio (canción política o satírica), el planto (canto fúnebre o endecha), el alba (canción matinal) y la serena (canción nocturna). El acompañamiento musical se interpretaba generalmente con instrumentos de cuerda como la viella (violín medieval) o el laúd. La notación indicaba el tono, pero no el tiempo o el ritmo. En la actualidad se conservan unas 300 melodías y cerca de 2.600 poemas trovadorescos. La música de los trovadores influyó de manera decisiva en el desarrollo de la música profana medieval (véase Música Occidental).

Los troveros desarrollaron su actividad en el norte de Francia y su obra incluye canciones de gesta y poesía cortesana. Sus canciones estaban muy influidas por los trovadores, enviados al norte de Francia en torno a 1137 por Leonor de Aquitania, nieta de Guillermo de Poitiers. Leonor se estableció en la corte parisina tras contraer matrimonio con el rey Luis VII, y trajo consigo a los poetas y músicos de su tierra natal. Los troveros empezaron por copiar y adaptar las obras de los trovadores y más tarde desarrollaron un género propio, similar en su temática y su forma musical al de los trovadores, aunque de carácter más épico. Se conservan cerca de 1.400 melodías y 4.000 poemas escritos por los troveros, el más famoso de los cuales fue Adam de la Halle.



AMOR CORTÉS

Amor cortés, código de comportamiento que definía las relaciones entre enamorados pertenecientes a la nobleza en Europa occidental durante la edad media. Influido por las ideas coetáneas de la caballería y del feudalismo, el amor cortés requería la adhesión a ciertas reglas elaboradas en la canciones de los trovadores, entre finales del siglo XI y los últimos años del siglo XIII, que provenían originalmente de la obra Ars amatoria del poeta romano Ovidio.

De acuerdo con esas convenciones, un noble, por lo general un caballero, enamorado de una mujer casada de igual o a veces más elevada alcurnia, tenía que demostrar su devoción mediante gestas heroicas y escritos amorosos, presentados de forma anónima a su amada. Una vez que los amantes se habían comprometido uno al otro y consumado su pasión, tenía que mantenerse en completo secreto. Puesto que, en la edad media, la mayor parte de los matrimonios entre la nobleza no eran más que meros contratos de negocios, el amor cortés era una forma de adulterio aprobado; esto era así porque no suponía una amenaza ni al contrato matrimonial ni al sacramento religioso. De hecho, la infidelidad entre los amantes era considerada más pecaminosa que el adulterio de esta relación extramarital.

La literatura sobre la tradición del amor cortés incluye obras como Lancelot, del poeta francés del siglo XII Chrétien de Troyes, Tristán e Isolda (1210), de Gottfried von Strassburg, Le Roman de la rose (hacia 1240) de Guillaume de Lorris y Jean de Meun, y los romances relativos a la leyenda del rey Arturo. El tema del amor cortés fue desarrollado en la Vita nuova (Vida nueva, c. 1293), y en la Divina Comedia (hacia 1307) de Dante Alighieri, y en los sonetos del poeta italiano del siglo XIV Petrarca.



Desarrollo del amor cortés

El concepto de amor cortés se desarrolló entre las clases aristocráticas de Europa a partir del siglo XI. En el amor cortés, un hombre amaba con devoción a una mujer, apasionada pero castamente, aunque ésta no fuera libre de corresponderle. Debido a que los matrimonios medievales consistían a menudo en poco más que contratos comerciales, el amor cortés fue el único romance verdadero en las vidas de muchos europeos. Como muestra esta pintura, Couple Amoureux, (Pareja de enamorados), el amor cortés fue el tema esencial en buena parte de las obras de los artistas, trovadores y autores medievales



Relación entre juglar y trobador

Los juglares, además de pertenecer a una condición social más baja que los trovadores, de recibir el desprecio general hacia su condición de artistas trotamundos e irreverentes hacia los poderes institucionales de la época, y de poseer efectivamente, al menos en general, un nivel cultural menos elevado que el de los trovadores, a menudo mantenían hacía éstos relaciones de dependencia. El juglar suele cantar los versos del trovador o bien acompañar con su música a éste mientras que canta o interpreta sus propias composiciones.

En numerosas ocasiones el trovador provenzal nombra en sus canciones al juglar encargado de difundirlas, ya fuera cantándola ante los amigos a quienes el poeta saluda o pide favor, ya fuera interpretándola ante los enemigos a quienes el trovador insultaba o desafiaba. Incluso existen composiciones en las que el trovador llega a escarnecer a su juglar en una composición, lo cual hace pensar que el sentido del humor del que debieron de gozar ciertos juglares llegaba lo suficientemente lejos como para incluir la burla de sí mismos. En algunas ocasiones el trovador parece considerar a su juglar prácticamente de igual a igual. En algunas composiciones aparece reflejado un diálogo en el que se alternan las estrofas que pronuncia el trovador con las que se ponen en boca del juglar.

Los primeros trovadores.

El primer gran poema provenzal es , sin duda, el Boecis - paráfrasis de De consolatione de Boccacio escrito hacia 950 - que supone el documento más antiguo y escrito literariamente en lengua d'oc. Prescindiendo de él, podemos decir que el primer gran autor de poesía cortés es el conde Poitiers.

Guillermo de Poitiers: fue el noveno conde de Poitiers y también duque de Aquitania, que nació en 1071 y murió en 1127. Perteneció a una ilustre estirpe amiga de la cultura, especialmente de las letras. Poitiers es el trovador sensual, alegre y licencioso que se expresa francamente, con toda franqueza. Sin embargo, lo que más impresiona de la obra del conde de Poitiers es su elaboración, es decir, la conciencia que encierra de “arte”. Poitiers eleva la lengua romance al grado de lengua literaria gracias a la cuidada elaboración poética en un momento de la historia en el que la lengua de las manifestaciones culturales era el latín. Poitiers, compositor y versificador, se vanagloria de su poética: “Mis versos están todos medidos por igual y me evanezco del aire que he adoptado, pues bueno y excelente”. A él se le debe la primera gran obra de poesía cortesana sobre la temática del amor cortés hacia una dama de inferior rango social a la que, de todas formas, reconoció como su “señora”.

Marcabrú: La sociedad medieval, refinada, pronto comenzó a identificarse con una sociedad despreocupada y relajada y fue la poesía trovadoresca la que nació como identificación de esto. Marcabrú producirá su obra en contra de este principio de la alta sociedad medieval. Posiblemente, Marcabrú conociera la obra de Poitiers, y muy probablemente fuera el discípulo de un trovador del que pocas noticias nos han llegado, pero del que conocemos su nombre: Cercamón ( vagabundo). Marcabrú es uno de los primeros cultivadores del trovar clus .Es cierto que su temática no es la del amor cortés, y que guardaba una cierta misoginia, de hecho, para Marcabrú la mujer es la fuente principal del mal y la instigadora del adulterio cortesano tan generalizado.

Las composiciones de Marcabrú son las de un hombre que se ve obligado de denunciar las actitudes inmorales de su época y enlaza en estas denuncias el moralismo y la crítica sociopolítica. Prefiere la complicación conceptual a la formal, prefiere la idea a la retórica, su lenguaje es popular, incluso podría decirse que el lenguaje utilizado por Marcabrú se opone al cortesano, algunas veces llega a ser vulgar y grosero. En su obra aparecen multitud de imágenes y símbolos.





Géneros de la poesía trovadoresca.

Formas:

La cançó ( canción) está compuesta por un número que oscila entre 5 o 7 coblas o estrofas con una o dos tornadas y cuyo número de versos en variable.

El sirventés es igual que la cançó, pero con matiz satírico, generalmente su temática es política, es la forma por la que el trovador expresa lo que piensa sobre la realidad que lo rodea.

La tensó es una disputa en forma de diálogo sobre temas variados, generalmente sobre el amor.

La pastorela es un debate entre el caballero y la pastora, supone una idealización bucólica de la amada, siempre bajo pseudónimo.

La romansa también es de forma dialogada, es la narración de una aventura.

El alba, tal vez de origen popular, cuenta el dolor por la separación de los amantes al llegar la mañana.

La danza es también de temática amorosa, e incluye estribillo.

Pero hay muchísimas otras: comjat (despedida), escondig ( protesta de inocencia), descort ( desacuerdo), la balada, la estampida, canciones destinadas al acompañamiento de la danza.

Desde los comienzos de esta lírica, ya se vislumbras dos corrientes: el trobar clus ( que significa “versificar cerrado”), un trobar oscuro, sutil, difícil; y el trobar leu ( “versificación sencilla”) un trobar claro y sencillo.

El trobar clus se impondría en la región del norte, el trobar leu en el sur, de forma que cuanto más se dirigía uno hacia el sur en el Mediodía francés, la poesía se iba haciendo más sencilla y clara.

El gran desarrollo que alcanzó el trobar clus, podría explicarse por el deseo de novedad de los poetas, que conllevaba una mayor aceptación en los círculos cortesanos que protegían a los compositores.

El principal representante del trobar clus fue Arnaut Daniel cuyos postulado poéticos fueron muy seguidos, aunque dejados por algunos en busca de una mayor sencillez y naturalidad. Así, por ejemplo, Giraut de Borneil dirá con respecto al trobar clus: “ podría componer mi canto con palabras cubiertas (bel saupra plus cubert far); pero un canto no tiene mérito perfecto si no es entendido por todo el mundo. Poco me importa que me critiquen. La verdad es que me doy por dichoso cuando oigo que las muchachas cantan mi canción yendo a la fuente”.

Para muchos trovadores, la poesía debía ser esencialmente comunicación, el poeta era la persona capaz de transmitir un mensaje, sin mucho ornato y sin caer en la vulgaridad.


Abel Letrán Del Río y Fátima Lancharro Yerga