Materiales didácticos para la clase de Hª de la Filosofía

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«He tenido la suerte de conocer a un filósofo que fue mi maestro. En la plenitud de su edad conservaba, sin embargo, la gozosa viveza de un joven, que, como creo, le ha acompañado hasta la vejez. Su amplia frente, hecha para pensar, daba cobijo también a una serenidad y alegría inalterables. Poseía gracia, humor y sensatez, y sus clases eran lo mas ameno que uno podía encontrar. Con el mismo talante con que examinaba las obras de Leibniz, Wolff, Baumgarten, Crusius, Hume y penetraba en las leyes de la naturaleza formuladas por Newton, Kepler y los físicos, se ocupaba con los escritos, entonces aparecidos, de Rousseau.... dándoles la importancia que merecian y volviendo siempre a ese conocimiento libre de la naturaleza y al valor moral del hombre. La historia de los hombres, de la naturaleza, de los pueblos, la ciencia fisica, la experiencia, eran las fuentes de las que sacaba siempre materia para sus clases y para sus conversaciones. Nada de lo que fuera digno de ser sabido le era indiferente. Ninguna intriga, ninguna secta, ningún prejuicio, ninguna preocupación por su renombre tuvieron nada que ver con el, porque lo único que le importaha era acrecentar y aclarar verdades. Impulsaba los ánimos y los obligaba suavemente a un pensamiento propio y personal. El despotismo era absolutamente extraño a su espíritu. Este hombre a quien nombro lleno de agradecimiento y respeto es Immanuel Kant. Su imagen está siempre, como algo hermoso, ante mis ojos.»

Herder. Cartas para el fomento de la humanidad.

 

 

Kant era de complexión enfermiza y de menos que mediana estatura. Su pecho estaba hundido, como puede verse en algunos de los retratos que de él se conservan. En su pequeña cabeza sorprendían su frente ancha y arqueada y la penetrante mirada de sus ojos azules. Su cabello era rubio, fresco el color del rostro y todos sus sentidos finos y muy despiertos aun en los últimos años de su vida. Su voz era débil, pero capaz de grandes esfuerzos. El espíritu dominaba y gobernaba en absoluto este cuerpo enfermizo. En una pequeña obra, testimonio de su energía y de su tenacidad, nos habla de la manera como se sobreponía a su dolencia. La regularidad y la sencillez de su vida sostuvieron aquel organismo enfermizo y previnieron una grave enfermedad

 

Tumba de Kant

 

 

 

 

 

 

Casa natal de Kant

 

 

El filósofo ilustrado Rousseau influyó profundamente en la obra de Kant.En el terreno de las ideas políticas y sociales, pese a no creer en la bondad natural del hombre, sigue a Rousseau. Como él, Kant piensa que el hombre debe de actuar sujeto a una norma abstracta que no es de nadie, pero que obliga a todos y que le eleva sobre su inclinación natural. A esa norma la llama el imperativo categórico: Actúa solamente ateniéndote a esa máxima que querrías que fuera una ley universal. También toma del ginebrino la idea de contrato social, pero la convierte en en principio político normativo y encarnación del ideal de vida pública. Por algo se le conoce como el filósofo alemán de la Revolución Francesade vida pública. Por algo se le conoce como el filósofo alemán de la Revolución Francesa.

 

 

Cuéntase que Kant era conocido en su ciudad, de la cual nunca salió, por su apego al orden. Las comadres sabían la hora al verlo pasar bajo las ventanas. Ahí va el señor profesor Kant, anunciaban, son las ocho y cuarto. Un solo día perdió su puntualidad y sembró el caos entre las comadres: el día que llegó la noticia de la revolución francesa.

 

 

 

 

La vida

Enmanuel Kant nació en 1724, siendo el cuarto de los nueve hijos de un guarnicionero de Konigberg. Su madre murió cuando él tenía trece años, pero ya entonces había ejercido influencia sobre él, inculcándole su fuerte religiosidad interior.

" Ella sembró y cultivó en mi espíritu los primeros gérmenes del bien…sugirió y dilató mis ideas, y sus enseñanzas ejercieron siempre en mi vida una saludable influencia."

Educado en el Collegium Fredericianum de su ciudad natal, estudió especialmente a los clásicos. Continuó su formación en la Universidad de Königsberg, interesándose por la física y las matemáticas. El fallecimiento de su padre motivará su abandono de la Universidad, estableciéndose como tutor privado. Gracias a la ayuda de un buen amigo, en 1755 volvió a la Universidad para concluir sus estudios y obtener el Doctorado. Inició su carrera docente e impartió conferencias hasta que en 1770 obtuvo una cátedra de lógica y metafísica. Sus 27 años como catedrático sirvieron para extender sus conocimientos y atraer a un importante número de estudiantes hacia Königsberg. Sin embargo, la heterodoxa enseñanza religiosa que impartía motivó que en 1792 el rey Federico Guillermo II de Prusia le prohibiera impartir clases o escribir acerca de asuntos religiosos. El fallecimiento del monarca, cinco años después, será para el filósofo una liberación, ya que le permitirá continuar con su docencia y su actividad literaria. Falleció en su ciudad natal, en 1804, sin haber salido nunca de los límites de su provincia.

Kant, filósofo de la ilustración

Kant fue el más representativo de los filósofos de la Ilustración. Vivió toda su vida imbuído de los ideales de este movimiento cultural y filosófico, identificándose con la Revolución Francesa, que a su juicio daba cuerpo a los mismos, y con las luchas por la Independencia americana. Pacifista y antimilitarista convencido, soñador racional de una sociedad cosmopolita, de un orden mundial pacífico y justo, su figura es el arquetipo de las ideas y afanes de la Ilustración. Analista crítico de la sociedad de su época, sus reflexiones le llevan a concluir que el hombre ha vivido y vive todavía en situación de minoría de edad, pues siempre nos hemos resistido a hacer un uso libre y autónomo de nuestra razón, prefiriendo, por comodidad, que desde fuera otros piensen por nosotros y nos orienten.

La Ilustración fue un movimiento que invitaba a la emancipación del hombre a través de la utilización de sus propias luces racionales (autonomía de la razón). En palabras del propio Kant, el lema de la Ilustración se resume en una llamada: "Ten el valor de servirte de tu propia razón".

Para poder ilustrarse y consecuentemente emanciparse se requiere una sociedad en la que pueda hacerse un uso público de la razón, pensar y comunicar libremente lo que pensamos (libertad de pensamiento). Para llevar a cabo adecuadamente estas tareas, la razón ha de operar de forma crítica.

Y la crítica de la razón se ha de realizar sobre todos aquellos elementos que perturban su autonomía. En concreto, son objeto prioritario de la crítica:

  • los prejuicios, que ciegan a la razón y la paralizan,
  • la tradición, entendida como el peso muerto de ideas y costumbres, que se arrastran del pasado sin ninguna justificación,
  • la autoridad coactivamente impuesta desde fuera al hombre,
  • y la superstición e idolatría, que suponen una deformación de la religión y de la propia idea de Dios.
 

OBRAS KANTIANAS MÁS IMPORTANTES

año

Obras
1764 Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime
1707 De la forma y de los principios del mundo sensible y del mundo inteligible (“Dissertatio”)
1781 Crítica de la Razón Pura 
1787 Crítica de la Razón Pura (segunda edición) 
1783 Prolegómenos a toda metafísica del futuro que quiera presentarse como ciencia 
1784 Idea de una Historia Universal desde un punto de vista cosmopolita
1784 Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?
1785 Fundamentos de la Metafísica de las Costumbres
1786 Primeros principios metafísicos de la Cienc ia de la Naturaleza
1788 Crítica de la Razón Práctica
1790 Crítica del Juicio
1793 La Religión dentro de los límites de la mera razón
1795 Por la Paz perpetua

Taller de conceptos