Cuadro

Como ya hemos adelantado, todos los racionalistas y, desde luego, Descartes consideraron que la forma que tienen las matemáticas de razonar es la más perfecta. Ya desde su juventud, le sorprende a Descartes que sea la matemática la única ciencia que parece asentarse sobre cimientos sólidos, capaz de proporcionar verdades no meramente probables, sino absolutamente ciertas, verdades que provocan una adhesión inquebrantable de la mente.

Aristóteles creía que los diferentes objetos de las ciencias exigen métodos diferentes, de manera que no podemos aplicar, por ejemplo, a la ética el método que usamos en física o en matemáticas. Descartes reemplaza esta idea por el ideal de una ciencia universal que siga un método también universal. La expresión metafórica de esta idea queda reflejada en lo que llamó el árbol de la ciencia . En dicho árbol, las raíces serían la metafísica o saber acerca de las verdades más generales, como Dios, el mundo y el yo o alma. El tronco seria la física y las ramas serían cada una de las ciencias prácticas, que solo llegarán a ser ciencias verdaderas, cuando se haya puesto en claro su dependencia orgánica con la física. Dentro de estas ciencias prácticas incluía Descartes a la ética, al derecho y a La medicina, entre otras. Para Descartes tendría que existir, pues, un único saber en el que se integraría la ciencia y la fllosofía, y este único saber se habría de llevar a cabo siguiendo un método también universal, el método matemático.

¿Cuales son los principios fundamentales de dicho método?

En primer lugar, hay que partir de un hecho: el saber matemático es un saber construido y elaborado por la sola razón, sin apoyo en datos sensibles o de experiencia. Así, cuando el matemático habla del concepto triángulo, aunque pueda ayudarse de la figura empírica de un triángulo, dibujándola en la pizarra, se refiere siempre al concepto que ha elaborado la razón misma acerca de esta figura geométrica, con las notas especificas con que ha sido definido. ¿Y cómo construye el matemático este saber racional? En primer lugar, el matemático suele establecer los primeros principios indudables sobre los que se asientan sus reflexiones. Estos principios se les llama en matemáticas axiomas y han de ser elaborados por intuición racional . A partir de estas primeras verdades o axiomas, el matemático derivará racionalmente otras verdades, a quienes se suele llamar teoremas . Y en esta derivación la razón se vale de la deducción. Intuición y deducción son las dos operaciones que lleva a cabo el matemático para construir su saber, y han de ser también las dos operaciones fundamentales en la construcción de cualquier saber, incluido en filosófico, pues no podemos olvidar que la razón para Descartes es única y ha de proceder en todas sus tareas de la misma manera, lo mismo cuando piensa en entes matemáticos que cuando reflexiona sobre los objetos reales o sobre la divinidad.

Ahora bien, Descartes opinaba que, aunque la razón tiene capacidad suficiente para realizar adecuadamente la intuición y la deducción, es conveniente ayudarla, precisamente a través de las reglas del método , que no son nada más que un conjunto de reglas ciertas y fáciles, destinadas a que se empleen rectamente las capacidades naturales y en concreto la intuición la deducción. Veamos, pues, en qué consisten estas dos operaciones, para pasar después a explicar las reglas que pueden ayudar a realizarlas con corrección.

La intuición es una actividad puramente intelectual, ajena lo sensible, que consiste en una especie de visión, con los ojos de la inteligencia y no de los sentidos, de los contenidos mentales o ideas que aparecen ante la mente con claridad y distinción . En la intuición esa captación clara del contenido mental se realiza de forma inmediata y directa, quiere esto decir que no se precisan instrumentos mediadores entre la razón y lo conocido (la idea), sino que la mente capta directamente el contenido sin más. En la deducción, contrariamente, la razón va derivando un contenido mental de otro, de forma escalonada y sucesiva y en base a las relaciones lógicas que la razón encuentra entre ellos.

¿Cómo podemos ayudar a la razón a que realice correctamente estas dos operaciones? Siguiendo precisamente todas y cada una de las reglas del método.

En el Discurso del Método, las reglas se reducen a cuatro:

1) REGLA DE LA EVIDENCIA. Mediante esta regla Descartes nos previene contra los prejuicios o ideas previas no suficientemente sopesadas y contra las pasiones, al advertirnos que sólo se ha de tener como verdadero lo evidente , o lo que es lo mismo aquello que no puede ponerse en duda por su carácter indudable. Mediante esta regla, que identifica verdad con evidencia, Descartes está modificando el concepto clásico de verdad, que entendía ésta como la correspondencia o adecuación entre el pensamiento y la realidad. Para Descartes, la verdad es

inmanente al espíritu, a la razón y consiste en la claridad y distinción con que la misma razón capta y percibe sus propios contenidos, sus propias ideas.

2) REGLA DEL ANALISIS. Una vez que la mente ha captado con claridad y distinción una idea, ha de iniciar un proceso de análisis, para tratar de encontrar los elementos más simples de que se compone la misma. A estos átomos de conocimiento a que puede reducirse lo mental les llama naturalezas simples , y constituyen los primeros gérmenes de verdades, que residen naturalmente en la mente (innatismo). Así, por ejemplo, la idea de cuerpo se compone de las siguientes naturalezas simples: corporeidad, extensión y figura.

3) REGLA DE LA SI 1NTESIS. Una vez estamos en posesión de las naturalezas simples, se procede inversamente a recomponer la idea compleja, mediante un proceso ordenado de deducción, que nos lleve a encadenar unas con otras las ideas que antes habíamos desarticulado. Así, mientras el análisis es el método del descubrimiento, la síntesis es el método adecuado para demostrar lo ya conocido.

4) REGLA DE LA COMPROBACION. Por último se han de realizar comprobaciones del análisis y revisiones de la síntesis, de tal modo que podemos captar de golpe y con evidencia intuitiva todo el proceso y asegurarnos de su completud.

 

Estas reglas han de poder ser usadas en la investigación científica y en la filosofía, pues, como comentábamos anteriormente, no hay en Descartes una separación tajante entre ambos y saberes y además las reglas del método valen para cualquier trabajo de la razón. Precisamente, el propio Descartes se sirvió de las reglas del método para construir su sistema filosófico, su visión del mundo.

Taller de conceptos