En nuestro entorno estamos acostumbrados a emplear mucho papel. Para escribir en clase o imprimir, en carteles y periódicos, para limpiar o para envolver todo tipo de objetos, utilizamos y, a menudo, desperdiciamos enormes cantidades de papel y cartón.
El papel se fabrica a partir de la pasta de celulosa que se obtiene principalmente de los árboles. Se trata, por tanto, de un derivado de la madera. Para su fabricación hay que someterla a un tratamiento bastante complejo utilizando productos químicos y gran cantidad de agua.
Esto tiene consecuencias negativas sobre el medio ambiente:
A todo esto hay que añadir el impacto ambiental sobre los bosques, ya que para conseguir la materia prima hay que talar muchos árboles, lo que contribuye a la deforestación del planeta y agrava aún más el problema.