¿Puede la metafísica llegar a ser una ciencia?

En su obra Crítica de la razón pura analiza Kant el problema de la metafísica. Quiere saber si es o no una ciencia con el mismo rango que la física o la matemáticas. La metafísica se plantea ciertos temas que trascienden (van más allá) de las cuestiones físicas, como indica su nombre. Cuestiones como el conocimiento sobre Dios, la inmortalidad del alma o la libertad son algunos de las que tradicionalmente se ha planteado. Y sobre todas ellas no hay el menor consenso ni progreso, si se compara con ciencias como la matemáticas y la físicas, pues cada filósofo elabora sus interpretaciones sin que le valgan las reflexiones de los demás.

¿Es posible que la metafísica llegue algún día a ser una ciencia como las matemáticas o la física, de forma que los progresos en el conocimiento de un autor puedan ser aprovechados por otro? Para saber si la metafísica puede llegar a ser una ciencia, primero habrá que conocer los requisitos que se requieren para que algo sea un saber científico. Kant se pregunta, pues,cómo es posible la ciencia, cuáles son las condiciones que hacen posible la ciencia. Y si la metafísica se ajusta a estas condiciones, entonces será una ciencia; de lo contrario, no lo será.

Las condiciones empíricas y las condiciones a priori

Al investigar las condiciones que hacen posible el conocimiento científico Kant encuentra dos tipos de condiciones: empíricas y a priori. Las primeras provienen de los sentidos, de nuestra percepción. Y son particulares y contingentes (posibles, que pueden darse o no). Las segundas son diferentes. Por ejemplo el que yo perciba el libro que tengo delante depende de ciertos datos, como la cercanía hacia él, mi capacidad de visión, etc, etc. Estas son las condiciones empíricas y dependen de cada uno de nosotros. Pero otras son iguales para todos, universales, necesarias, pues su ausencia haría imposible que percibiéramos. Por ejemplo, el espacio y el tiempo son de este tipo. No puede percibir el libro sin que ocupe un espacio ni hacerlo fuera del tiempo. Son, pues, condiciones universales y necesarias. Y además de eso las condiciones a priori son previas a la experiencia, anteriores a nuestra percepción, pues condicionan a los sentidos: pertenecen a la estructura del sujeto. Son las que decíamos antes que no derivan de la experiencia sino que anteceden a nuestra percepción del mundo.

Los juicios en general. Los juicios científicos

Para Kant la ciencia se expresa mediante juicios (recuerda que son afirmaciones de la realidad y que tienen la forma S+P, sujeto y predicado). De hecho estimaba que las distintas proposiciones científicas podrían reducirse a un conjunto de juicios. Después de todo, los razonamientos se componen de juicios. De este modo, la pregunta por las condiciones que hacen posible la ciencia se convierte en una pregunta sobre las condiciones que hacen posible los juicios. Kant distingue entre diversos tipos de juicios: a/ Juicios analíticos y juicios sintéticos. Los juicios analíticos son aquellos en que el predicado está contenido en el sujeto, por lo que no aumentan nuestro conocimiento, ya que no dicen nada que no esté ya en sujeto ("un triángulo tiene 3 ángulos", "el todo es mayor que las partes"). Los juicios sintéticos sí que amplían nuestro conocimiento, pues el predicado no es parte del sujeto ("la tarde es fría", "los ilustrados eran europeos"). b/ Juicios a priori y juicios a posteriori. Es una división diferente de la anterior, pues corresponde al modo en que podemos saber la verdad de un juicio. En los juicios a priori la verdad es independiente de la experiencia. No se basan en la experiencia, en nuestra percepción del mundo. "Un todo es mayor que las partes" sabemos que es verdad sin necesidad de comprobar experimentalmente los todos y las partes, sino por principio lógico y racional. En cambio en los juicios a posteriori necesitamos acudir a la experiencia para saber si son verdad. Para saber si la tarde es fría hay que comprobarlo, saliendo a la calle, por ejemplo.Pues bien, los juicios a priori son universales y necesarios, es decir, no puede haber excepción alguna a lo que afirmamos o negamos, y han de darse necesariamente. Todo lo contrario que los juicios a posteriori, que son particulares y contingentes. c/ Todo juicio analítico es a priori y todo juicio sintético es a posteriori. Pero la ciencia no se puede construir con este tipo de juicios, pues los primeros no aportan nada nuevo al conocimiento y los segundos que sí lo aportan lo hacen de un modo particular y posible, y la ciencia debe buscar leyes universales y necesarias, no particulares y contingentes. En resumen, hay tres tipos de juicios:

(1) Juicios analíticos a priori,

(2) sintéticos a posteriori y

(3) sintéticos a priori

La ciencia se compone de juicios sintéticos a priori. Así, por ejemplo, el juicio que establece en todos los cambios del mundo corporeo la cantidad de energía permanece constante es, según Kant, un juicio sintético ya que la idea de cuerpo (sujeto) no incluye necesariamente la idea de permanencia (predicado), sino unicamente la extensión y presencia en el espacio. Ahora bien, tal juicio es universal y necesario (a priori). Y en consecuencia, la pregunta por las condiciones que hacen posible la ciencia es una pregunta por las condiciones que hacen posible los juicios sintéticos a priori.

Esto es lo que analiza Kant en las distintas partes de la Crítica de la Razón Pura. Estética Trascendental, Analítica Trascendental y Dialéctica Trascendental.

(1) Estética trascendental: estudia la sensibilidad como fuente de conocimiento y la existencia de juicios sintéticos en las matemáticas.

(2) Analítica trascendental: estudia el entendimiento como facultad del conocimiento y la existencia de juicios sintéticos a priori en la física.

(3) Dialéctica trascendental: estudia la razón y las condiciones que hacen posible la existencia o no de juicios sintéticos a priori en la metafísica; en definitiva si la metafísica es o no es una ciencia

La Estética Trascendental

Dos son los objetivos de la estética trascendental: a) estudiar las condiciones sensibles del conocimiento, y b) los juicios sintéticos a priori en las matemáticas. Las condiciones sensibles del conocimiento pueden ser empíricas, que son particulares de cada (como su capacidad de visión, la cercanía a un objeto, etc), y a priori (también llamadas puras). Las puras o priori son el espacio y el tiempo, universales y necesarias, como se dijo antes. Esto significa que cualquier cosa que percibamos ocupa un espacio y la percibimos en un tiempo dado. Nadie puede percibir cosas sin estos factores. Son condiciones necesarias, imprescindibles para captar el mundo. Cuando percibimos algo de fuera de nosotros intervienen tanto el espacio como el tiempo; cuando miramos al interior de nosotros, a nuestra percepción interna, sólo interviene el tiempo como condición necesaria (los contenidos de nuestra mente no ocupa espacio, como los recuerdos, por ejemplo, pero se suceden unos a otras en el tiempo). Así pues, define el espacio como la forma a priori de la sensibilidad externa, y el tiempo como la forma a priori de la sensibilidad externa e interna. Como ves el tiempo es más imprescindible todavía. El mundo lo experimentamos como un proceso en el tiempo y en el espacio. Esto hace que Kant afirme que espacio y tiempo son intuiciones puras, que es lo mismo que decir percepciones a priori. Ambos son percepciones y no conceptos porque son únicos y se dan en el acto de percibir y, sobre todo, porque sin ellos no habría percepción de nada, son condiciones de cualquier acto perceptivo que se de (podríamos decir que acompañan todas las percepciones como si de una sombra se tratara).

Para demostrar la existencia de juicios sintéticos a priori en matemáticas se apoya precisamente en el espacio y el tiempo. La geometría es la ciencia del espacio y la aritmética la ciencia del tiempo (las series numéricas, 1,2,3,...n, se suceden el tiempo). Por ello, las matemáticas formulan juicios sintéticos a priori porque se apoyan en el espacio y el tiempo como intuiciones puras. Hacen afirmaciones, juicios, sobre percepciones espacio-temporales (la imagen de un triángulo, por ejemplo). En sus procesos perceptivos interviene el espacio y el tiempo como sustrato de la matemática.

La Analítica Trascendental

Si la estética estudiaba las condiciones sensibles del conocimiento la analítica estudiará las condiciones intelectuales del conocimiento; o, lo que es lo mismo, si la estética estudiaba la facultad de la sensibilidad, la analítica estudiará la facultad del entendimiento. Y el entendimiento es la facultad por la que producimos conceptos. Si nuestra mente se limitara a recibir impresiones y sensaciones pero no las ordenara, organizara, estructurara, es decir, no las entendiera, no habría conocimiento. Y este proceso de ordenar y estructurar el material sensible no es otra cosa que referirlo a algún concepto, que es los que nos hace entender lo que percibimos. Es por ello que el entendimiento es la facultad de crear conceptos. Imagínate que estas en el campo y alguien te dice que le entregues una margarita; si no supieras lo que es, es decir, no tuvieras el concepto de ella, podrías tenerla delante y no verla. Si te fijas referir percepciones a un concepto lo hacemos mediante un juicio (decimos, esto es un libro, esto es una margarita, etc.). Así pues, puede considerarse también al entendimiento como la facultad de los juicios. Al igual que en la sensibilidad también aquí hay dos tipos de conceptos, empíricos (o a posteriori) y puros (o a priori). Los conceptos empíricos provienen de nuestra experiencia, como los de libro o margarita. Y los puros los genera de modo espontáneo nuestro entendimiento, no los extrae de la experiencia. Al contrario, son la condición de de ella, son necesarios a ella (como ocurría con el espacio y el tiempo). A estos conceptos puros los llama Kant categorías.

Hay doce categorías, algunas muy conocidas, como la de causalidad, sustancia o existencia.. El número de ellas las deduce de los tipos de juicio existentes.

Si las categorías representan funciones a priori o trascendentales de unidad en los juicios, a cada forma de juicio ha de corresponderle una categoría, estableciendo Kant la siguiente correspondencia

En función de la:

Clases de Juicios

 

Tabla de las Categorías

 

Cantidad Universales Unidad
Particulares Pluralidad
Singulares Totalidad
Cualidad Afirmativos Relación
Negativos Negación
Infinitos Limitación
Relación Categóricos Inherencia y subsistencia
(sustancia y accidente)
Hipotéticos Causalidad y dependencia
(causa y efecto)
Disyuntivos Comunidad (acción recíproca)
Modalidad Problemáticos Posibilidad - imposibilidad
Asertóricos Existencia - no existencia
Apodícticos Necesidad - contingencia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de todo es en los juicios donde realizamos la operación de ordenar y estructurar las percepciones refiriéndolas a un concepto. A veces las estructuramos de forma causal (si A entonces B), otras de simplemente afirmamos algo (el libro es verde), otras negando (la mesa no es redonda), etc. etc. Lo que hacemos es una síntesis o unificación de impresiones o percepciones al formular cualquier juicio.

Los conceptos puros o categorías son condiciones necesarias (trascendentales, las llama Kant) de nuestro conocimiento. Esto significa que en el acto de pensar estamos aplicando categorías. Y estas categorías son vacías, no tienen contenido. Son algo así como unos moldes que posee nuestra mente y en donde encajan o se amoldan las percepciones. Naturalmente estos moldes han de aplicarse a una materia sensible, de lo contrario se aplica a la nada, al vacío y no habrá conocimiento. Si se hace este tipo de aplicación se está haciendo lo que Kant llama uso ilegítimo de las categorías. No se pueden aplicar, pues, fuera de los límites de la experiencia sensible, del marco espacio-temporal. Compara estos ejemplos: si decimos "los alumnos que estudian aprueban", de entrada aplicamos categorías como unidad (por la cantidad, pues decir los es decir todos), realidad (es un juicio afirmativo) y causalidad (podíamos haber dicho "si estudian entonces los alumnos aprueban"). Pero si decimos algo como "los marcianos son verdes" aplicamos categorías a algo de lo que no tenemos impresión (no que no la podamos tener algún día). El segundo gran objetivo de la Analítica trascendental es la posibilidad de juicios sintéticos a priori en la física. Si tomamos el principio de causalidad, fundamental en la ciencia física, veremos que se basa en la categoría de causa. Aplicamos esta categoría a los objetos de nuestra experiencia para explicarlos. Como tal categoría es a priori, universal y necesaria, luego producirá juicios de la experiencia, sintéticos, universales y necesarios, a priori.

Un principio fundamental de la física es que "todo fenómeno tiene su causa". Podemos ver otro ejemplo. Aplicando la primera categoría de cantidad, la unidad, obtenemos otro principio básico de la física como "todo cuerpo es extenso". Y a su vez, afirmando la extensión aplicamos la categoría de cualidad, realidad. Así demuestra Kant que la física es una ciencia porque los juicios de la misma son sintéticos a priori

Fenómeno y noumeno

Vivimos en un variopinto mundo de colores, formas, sabores, etc. que percibimos. A esto llamamos comúnmente experiencia. En ella tienen aplicación las categorías; no se pueden aplicar fuera de ese marco espacio-temporal porque se haría un uso ilegítimo de ellas. Si se aplican fuera del mismo podemos tener conocimiento, pero no puede decirse que sea científico (aplicado a los marcianos o los espíritus, por ejemplo). Kant llama fenómenos precisamente a este conjunto de elementos resultantes de la aplicación de las categorías a la percepción. Recuerda que fenómeno significa lo que aparece o se muestra. Y si hay algo que se muestra a nuestra sensibilidad y nuestro entendimiento, hay algo que no se muestra, y lo llama noúmeno. De tal modo que los pares fenómeno/noúmeno (o cosa-en-mi/cosa-en-sí, como también los llama Kant) son la base de nuestra posibilidad de conocimiento. Los fenómenos son conocibles porque entran dentro de la sensibilidad, y son la base la formación de conceptos, al aplicar categorías a esos datos sensibles. Y los noúmenos no son objeto de nuestra intuición o percepción (significan lo mismo) sensible, pero sí pueden serlo de supuesta intuición o percepción intelectual. De este modo queda definida un doble sentido del concepto de noúmeno, uno negativo, señalando los límites de nuestro conocimiento sensible, y otro positivo, en tanto que permite un conocimiento por la intuición intelectual. Pero, como Kant reconoce, esto es una contradicción, pues no puede haber percepciones intelectuales (no podemos percibir nada fuera del espacio y el tiempo).

Por tanto, nuestro conocimiento queda encerrado en los límites de los fenómenos, de nuestra experiencia. No hay, pues, conocimiento de cosas-en-sí. Como demostrará Kant después las cosas-en-sí tienen su razón de ser en la moralidad, en la razón práctica. Por lo dicho Kant llama a su filosofía idealismo trascendental, porque el espacio, el tiempo y las categorías son las condiciones que hacen posible nuestra experiencia, nuestro conocimiento de los fenómenos. Estas condiciones no están en las cosas, sino que son a priori, anteriores o previas a ellas. Son parte de la constitución del sujeto, de su estructura. Hacen su aparición en acto de conocer. En resumen, en el acto de conocer intervienen dos tipos de condiciones: empíricas y a priori (categorías y espacio y tiempo).

La dialéctica trascendental

En esta tercera parte de la Crítica de la razón pura trata Kant de dilucidar si la metafísica es una ciencia, además de la facultad de la razón, su naturaleza y principios. Sobre la primera cuestión descarta que la metafísica sea una ciencia porque las categorías no tienen aplicación fuera de los fenómenos; de lo contrario se haría un uso ilegítimo de las categorías. No podemos alcanzar las cosas-en-sí, los noúmenos. Sin embargo, el ser humano tiene tendencia a ir más allá de la experiencia y romper la barrera de lo hasta ahora conocido, haciéndose preguntas sobre problemas como el alma o Dios, de naturaleza metafísica. No obstante sus demostraciones encierran paralogismos, razonamientos falsos. Además de antinomias, demostraciones que se presentan como verdaderos y como falsos al mismo tiempo. Pese a todo, la razón pretende saltar los límites de la experiencia, en busca de lo absoluto o incondicionado. Trata de conectar juicios para elaborar razonamientos cada vez más universales. Pretende unificar los fenómenos físicos mediante teorías de tipo metafísico en busca de cuestiones como la primera causa o la naturaleza última de la existencia, etc. Y es aquí donde entran en juego las ideas. Las ideas a diferencia de los conceptos no tienen base empírica, son propuestas de conocimiento que tratan de romper la barrera de lo conocido para ir más lejos y abrir nuevas cuestiones. Buena parte de nuestros conceptos fueron antes ideas. No hay que confundirlos. Por ejemplo, el volar o el crear un una máquina para ir por debajo del agua, han sido ideas en muchas generaciones del pasado. Especularon con ello (basta acordarse de Leonardo y sus inventos o de las visiones de Julio Verne). Sin ideas no habría habido conceptos.

Hay muchas cosas que conocemos, que tenemos conceptos de ellas, pero hay muchas que nos quedan por conocer. Es más, parece que cuanto más conocemos más cosas nos queden por conocer, como si el saber no se agotara nunca. Machado decía aquello de "nuestras horas son minutos cuando esperamos saber y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender"; y el naturalista Spencer utiliza la imagen de una esfera para señalar que nuestro conocimiento equivale a lo que hay dentro de ella, mientras que su superficie representa las posibilidades de conocer; de modo que cuanto mayor es la esfera, más grande se hace la superficie, más cosas nos quedan por conocer. Este aspecto de Kant es verdaderamente interesante porque vio claramente las enormes posibilidades de la razón y de las ideas. El papel de la razón y sus elementos las ideas es penetrar en lo desconocido, romper barreras y proponer nuevos problemas. Y cuando algo se conoce pasa al ámbito de los conceptos. Fíjate que la naturaleza de lo ideal es la no realización, de lo contrario ya es cosa o concepto. Cuando nos proponemos un ideal, si se alcanza ya deja de serlo, pues es real. Ahí termina el papel de las ideas. En definitiva, gracias a la facultad de la razón y a sus productos, las ideas, podemos penetrar en el oscuro mundo de la cosa-en-sí. Y gracias a ellas, tal vez muchos "habitantes" de lo nouménico llegarán a ser algún día parte de lo fenoménico. Ese es su papel, nada pequeño desde luego.

Resumamos. Tenemos tres facultades, sensibilidad, entendimiento y razón. Y cada una de ellas posee sus elementos correspondientes: intuiciones, conceptos e ideas. Y son estudiadas cada una en una parte correspondiente de la Crítica de la razon pura. Además a cada parte corresponde dilucidar si existen juicios sintéticos a priori en las ciencias matemáticas, física y metafísica, respectivamente. Y así como las dos primeras demuestra que son ciencias, la metafísica niega que sea una ciencia.

Taller de conceptos 1

Taller de conceptos 2

Taller de conceptos 3