Concepto de salud
Carácter valorativo del concepto
Modelos teóricos
Recorrido histórico por el significado de la enfermedad mental
 
   

Ejercicio

 

No es fácil definir qué es estar mentalmente sano o mentalmente enfermo, qué es la salud y la enfermedad mental. Las causas son varias:
 

  • En primer lugar porque la salud no es solamente la mera ausencia de enfermedad, sino tal como la define la OMS “el estado de bienestar físico, psicológico y social”. La enfermedad es un estado de desequilibrio ecológico en el funcionamiento del organismo vivo. No tiene sentido sino en función del hombre tomado como una unidad biológica, psíquica y social. Así, una simple gripe manifiesta síntomas orgánicos (fiebre y dolores musculares), pero
     

    " Salud es el estado de bienestar físico, psicológico y social”

     

    también psicológicos (angustia, y ansiedad) y puede tener consecuencia sociales (baja laboral, etc). La salud, pues, engloba aspectos subjetivos (bienestar mental), y aspectos objetivos (capacidad para la función) y aspectos sociales (adaptación y trabajo socialmente productivo).

En definitiva, podemos afirmar que las salud es un equilibrio entre el hombre (ser bio-psico-social) y su ecosistema. El nivel de salud de un individuo dependerá de la eficacia de sus propios mecanismos defensivos y de las condiciones del entorno.

  • En segundo  lugar porque el concepto de salud y enfermedad mental no es sólo descriptivo sino también valorativo. Y las valoraciones del comportamiento que se utilizan para calificar a alguien de sano o enfermo varían en cada cultura y en cada período histórico. El que una persona sea considerada como enferma, no sólo depende de alteraciones de su personalidad, sino de las actitudes de la sociedad con relación a ese tipo de alteraciones. Un mismo comportamiento puede ser evaluado de distinta forma según el contexto social en que se realiza. Es por ello que algunos sociólogos como Gofmann  llegan a definir la enfermedad mental no como un conjunto de síntomas claramente delimitables sino como una "incorrección situacional".En todas las sociedades se realiza una distinción entre la persona que evidencia una alteración de su conducta de carácter crónico y la que muestra dichas alteraciones en situaciones socialmente aceptadas y normativamente sancionadas como pueden ser los ritos o los actos religiosos.
     

     

    Algunos sociólogos   definen la enfermedad mental no como un conjunto de síntomas sino como una "incorrección situacional"

     

  • En tercer lugar, los procesos psicológicos asociados con la salud o la enfermedad mental pueden ser descritos de formas diversas según los diferentes modelos.

K. Menninger define la salud mental como “la adaptación de los seres humanos al mundo y al otro con el máximo grado de eficacia y felicidad”. El Congreso de Médicos y Biólogos de Lengua Catalana define la salud mental como “aquella manera de vivir que es gozosa, autónoma y solidaria”. Es decir la salud mental es un “equilibrio inestable” entre el sujeto consigo mismo y este con su medio, que permite el goce pleno y armónico de sus facultades, para conseguir una “autonomía plena y solidaria”, pensando también en los otros. DSM-IV: aporta los siguientes criterios para el diagnóstico de la enfermedad mental:

  • evidencia de sintomatología
  • comportamiento social desajustado
  • duración prolongada de los síntomas.

 

Según el VI congreso Nacional de Psiquiatría (octubre 2002) actualmente las enfermedades mentales afectan a más de 400 millones de personas. En España, se calcula que existen unos 800.000 enfermos mentales y que tres de cada diez personas pueden desarrollar algún tipo de trastorno a los largo de su vida. Según los datos de los últimos estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud, antes de quince años, la falta de salud de la población mundial a causa de enfermedades mentales se incrementará del 11% actual hasta un 15%.
En un estudio de la OMS sobre el futuro de la enfermedad mental en el mundo, se concluye que la depresión será la mayor causa de incapacidad en los habitantes de países desarrollados en el año 2020. Se estima que entre el 3-6% de los usuarios de Internet son adictos al mismo. En España se calcula la existencia de un millón de internautas, de los cuales 60.000 son ciberadictos.

Repaso histórico por la visión de la enfermedad mental

Las antiguas civilizaciones tenían una concepción mágico-animista o demonológica de gran parte de las enfermedades, en especial de los trastornos psíquicos. En Mesopotamia, por ejemplo, los primeros médicos babilonios fueron los sacerdotes que se ocupaban de las enfermedades internas y, especialmente, de las afecciones mentales, que eran consideradas como posesiones demoníacas y tratadas con métodos mágico-religiosos. Más adelante aparecieron los médicos "no sacerdotes", que se ocupaban de las manifestaciones patológicas externas, como curar heridas, utilizando formas más naturales de tratamiento.
Los griegos fueron los primeros en estudiar las enfermedades mentales desde el punto de vista científico, atribuyeron las enfermedades psíquicas a un origen natural, lo cual subsistió hasta fines del siglo XVIII. La medicina griega buscó leyes universales que pudieran constituir la base de una ciencia real de la enfermedad, investigando a fondo las leyes que gobiernan las enfermedades y buscando la conexión entre cada parte y el todo, la causa y el efecto. Además de los tratamientos somáticos de la escuela hipocrática, los griegos emplearon tres tratamientos psicológicos: inducción del sueño, interpretación de los sueños (a cargo de sacerdotes) y el diálogo con el paciente.
Los romanos siguieron directrices similares a las griegas y postularon que las pasiones y deseos insatisfechos actuaban sobre el alma produciendo enfermedades mentales. Entre sus máximos exponentes en ésta área se encuentra Celso (25 a.C. - 50 d.C.), conocido como "Hipócrates latino", quien dividió las enfermedades en locales y generales; dentro de estas últimas incluyó las enfermedades mentales, que a su vez las dividió en febriles (delirios) y no febriles (locura).
 
De nuevo en la Edad Media las enfermedades mentales fueron consideradas como posesiones demoníacas, y la demonología era la encargada de estudiar los signos o estigmas de posesión diabólica. La actitud hacia los enfermos variaba entre el rechazo y la tolerancia, renació la brujería, con lo que reapareció el modelo extranatural de la enfermedad mental. En este tiempo, no obstante,  destacaron algunos médicos árabes como Razés (865-925), conocido como el "Galeno persa", quién se opuso a las explicaciones demonológicas de las enfermedades.
Incluso en pleno Renacimiento, en 1486, los teólogos alemanes Heinrich Kramer y Johann Sprenger, con el apoyo del papa, publicaron el Malleus maleficarum (El martillo de las brujas), referente a una conspiración contra el cristianismo, dando lugar a una cacería de brujas que condujo a la muerte a miles de personas, la gran mayoría mujeres, atribuyendo a la vez la causa de todas las enfermedades mentales al demonio. El "tratamiento" prescrito para la enfermedad mental fue entonces la tortura y la cremación, en caso de muerte, como un acto de piedad, para "liberar el alma" del "desdichado". No obstante hay que destacar que en este período ocurre la Primera Revolución Psiquiátrica, consistente en la fundación del primer hospital psiquiátrico del mundo, en Valencia en 1409, por el sacerdote Fray Juan Gilbert Jofré.
En los siglos XVII y XVIII, aunque los enfermos mentales ya no eran quemados en la hoguera, su suerte era aún lamentable. Si no eran internados en los hospitales, vagaban solitarios, siendo objeto de desprecios, burlas y maltratos. En 1656, un edicto en Francia estableció asilos para insanos, cuyos directores estaban autorizados para detener personas indefinidamente, y en los cuales se llegó a encerrar enfermos mentales junto con indigentes, huérfanos, prostitutas, homosexuales, ancianos y enfermos crónicos, a lo que se sumaba que debían soportar los inhumanos tratamientos: purgantes, sangrías y torturas.
Alrededor de 1800 comienza en Francia la Psiquiatría Científica, con la obra del médico y reformador francés Philippe Pinel (1745-1826), quien plantea que no deben construirse nuevas hipótesis sino limitarse a la observación y descripción de hechos. La contribución fundamental de Pinel fue cambiar la actitud de la sociedad hacia los enfermos mentales para que sean considerados como seres humanos merecedores de un tratamiento médico. A cargo de la Bicêtre, liberó a los pacientes de sus cadenas en 1793. Pinel llamó a su labor "tratamiento moral", y muchos de sus principios conservan su valor hasta hoy. En su obra Tratado de la Insanía (1801), clasificó las enfermedades mentales en cuatro tipos: manía, melancolía, idiocia y demencia, explicando su origen por la herencia y las influencias ambientales. Con la obra de Pinel y sus seguidores, como Esquirol, la psiquiatría se libera de las interpretaciones demonológicas y se sustituye la especulación por la observación empírica, originándose así la Segunda Revolución Psiquiátrica.
A mediados del siglo XIX ocurre la Tercera Revolución Psiquiátrica, con las concepciones de Kraepelin (1856-1926): Hay que acercarse al lecho del enfermo y observarlo, y de Freud (1856-1939): Hay que escuchar al enfermo y comprenderlo.
Así Kraepelin valoró especialmente la investigación clínica, dando especial valor al estudio del curso completo de la enfermedad. Y Freud, por su parte, descubre que el ser humano es algo más que la dimensión conciente, creando en 1896 el "psicoanálisis" para referirse a su técnica de asociaciones libres e interpretación de sueños con el propósito de traer a la conciencia los recuerdos traumáticos del pasado almacenados en el inconsciente.