Los saberes racionales. Filosofía y Ciencia

Aunque también la religión, el arte y la mitología tengan contenido cognitivo y sean formas de conocimiento, entendemos por saber racional, crítico y metódico el que proporciona la filosofía y la ciencia. La técnica queda englobada en la ciencia en cuanto que es una aplicación de ésta a la transformación de la realidad. Es característico del saber racional el tener que dar cuenta (dar razón) de sus afirmaciones, que han de ser abandonadas o rectificadas cuando no puede hacer frente a las críticas.

El saber racional se apoya en argumentaciones lógicas y/o comprobaciones de los hechos de experiencia. Es cosa diferente de la creación literaria, cuyo criterio de validez hay que buscarlo en el efecto estético, la capacidad de creación de belleza mediante la construcción de nuevos mundos o la recreación imaginativa del mundo conocido.

En el siglo VI a. C., y por distintas razones de carácter histórico, el pueblo griego, que durante varios siglos había orientado su existencia basándose en los mitos, dejó de creer en ellos. Y fue a partir de ese momento, cuando una serie de hombres griegos —los primeros filósofos y también los primeros científicos— que valoraban la razón como la principal capacidad humana se decidieron a confiar preferentemente en ella para interpretar la realidad y dar respuesta a los enigmas planteados.

    Si hasta el siglo VI a. C. los griegos habían confiado en la imaginación y en el valor de la tradición, y los resultados de esa confianza habían sido los mitos, a partir de esta época, algunos hombres van a confiar solamente en la razón, en el logos, en la razón, y los resultados de esta nueva confianza van a ser la filosofía y la ciencia.