La medición del gasto

Variación de existencias
Demanda interna
Gasto nacional
Producto interior
Neto vs. bruto
Depreciación
Amortizaciones

La medición del Producto Interior de un país por el lado del Gasto presenta tres dificultades:

rdsphr.gif (1290 bytes) Primera. Hay que evitar la doble contabilización de algunas producciones. Si nos limitáramos a sumar el importe de todas las ventas que se han realizado en el país, estaríamos contabilizando muchos productos dos o más veces.  Hay que distinguir por tanto entre productos intermedios, los utilizados por las empresas en sus procesos productivos y que serán vueltos a vender una vez reelaborados, y los productos finales, los únicos que deben ser contabilizados. El valor total de los productos finales adquiridos por las familias se llama consumo privado (C); los productos finales adquiridos por el Estado forman el consumo público (G); los productos finales adquiridos por las empresas constituyen la inversión (I). La inversión está compuesta tanto por la formación bruta de capital fijo como por la variación de existencias en las empresas. En principio podemos afirmar que la demanda interna o Gasto Nacional a precios de mercado (GNpm) es el resultado de sumar estas tres variables.

El gasto nacional a precios de mercado es igual al consumo privado más el consumo público más la inversión

rdsphr.gif (1290 bytes) Segunda. Hay que tener en cuenta también la existencia de un sector exterior. Si queremos conocer el Producto Interior, es decir, lo producido en el interior del país, habrá que añadir al Gasto Nacional la parte de la producción que ha sido adquirida por el extranjero, las exportaciones (X), y habrá que deducir las importaciones (M), la parte de los productos finales adquiridos por las familias, el Estado o las empresas que ha sido producida en el exterior. El Producto Interior será por tanto el resultado de añadir al Gasto Nacional el saldo neto del sector exterior.

El producto interior a precios de mercado es igual al consumo privado más el consumo público más la inversión más las exportaciones menos las importaciones

rdsphr.gif (1290 bytes) Tercera. El capital de las empresas pierde cada año parte de su valor, bien porque se estropea y hay que desecharlo, bien por que queda obsoleto y tiene que ser substituido. Esa pérdida de valor es la depreciación (D). La inversión es calificada de neta (In) o bruta (Ib), según se tenga en cuenta o no la depreciación.

PIBpm de España 1997
medición del gasto
(en miles de millones de pts)

Operaciones

Total

%

Consumo privado (C)

48.276

61,9

Consumo público (G)

12.584

16,2

Inversión bruta (Ib)

16.100

20,6

Demanda Interna

76.962

98,8

Exportaciones (X)

22.106

28,4

-Importaciones (M)

-21.172

-27,2

PIBpm

77.896

100

Fuente INE
Datos actualizados en www.ine.es

La inversión neta es igual a la inversión bruta menos la depreciación

Cuando la estimación del Producto se haya realizado con la Inversión bruta tendremos el Producto Interior Bruto a precios de mercado (PIBpm),

El producto interior bruto a precios de mercado es igual al consumo privado más el consumo público más la inversión bruta más las exportaciones menos las exportaciones

y si se ha tenido en cuenta la depreciación el resultado será el Producto Interior Neto a precios de mercado (PINpm).

El producto interior neto a precios de mercado es igual al consumo privado más el consumo público más la inversión neta más las exportaciones menos las exportaciones

Las relaciones entre estas dos variables son por tanto muy sencillas:

El producto interior neto a precios de mercado es igual al producto interior bruto a precios de mercado menos la depreciación del capital

La medida de la depreciación es la parte más difícil e insegura de la contabilidad nacional.  En ocasiones se utiliza para su valoración las amortizaciones, unas partidas de la contabilidad de las empresas establecidas para asignar a distintos años los gastos de formación de capital. Pero a pesar de que los sistemas de contabilización de las amortizaciones suelen estar reglamentados por el Estado (entre otras razones por su posible utilización para la evasión fiscal) no dejan de ser una forma arbitraria e insegura de medir la depreciación. Además, hay algunas pérdidas de capital social que nunca son contabilizadas. Por ejemplo, los bosques que son destruidos para roturar nuevas tierras o la pérdida de la riqueza piscícola de los ríos contaminados. Es por todo ello que, aunque el PIN ofrecería una visión mucho más realista de la actividad económica de un país, se siguen utilizando y ofreciendo con más frecuencia las cifras del PIB.


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