La demanda de inversión y el multiplicador keynesiano
Expectativas
empresariales Producción real Efecto multiplicador Propensión marginal al consumo Paradoja de la frugalidad |
El segundo componente de la demanda agregada es la demanda de inversión. Las decisiones de inversión las toman los empresarios en función de sus proyectos, del estado de la tecnología y, sobre todo, en función de sus expectativas, es decir, de sus previsiones sobre el porvenir de los negocios y de la situación económica. La demanda de inversión puede considerarse por tanto una cantidad fija, independiente del volumen de renta que se genere en el país.
El punto en el que la demanda agregada corta a la bisectriz es, lógicamente, el punto en el que la renta se iguala a la demanda agregada y determina por tanto el volumen de producción real, Yr, que se generará en el país. No hay nada que indique si esa producción real coincide o no con la producción potencial.
El aumento en la cantidad de inversión provocará el aumento de la producción real. Es más, un incremento en las decisiones de invertir de los empresarios tendrá un efecto multiplicador sobre la economía ya que permitirá un aumento de las rentas de los factores de la industria de bienes de inversión; parte de este aumento se destinará a consumo lo que provocará aumentos en cascada en las rentas de otros factores. Para determinar la cuantía de ese efecto multiplicador veremos un ejemplo sencillo.
Cada aumento en la demanda provoca un aumento igual de la producción y la renta. Parte del aumento en las rentas provocará un nuevo aumento de la demanda en la proporción determinada por la propensión marginal al consumo. Los sucesivos aumentos formarán una progresión geométrica en la que el primer término es el aumento de la inversión decidido por los empresarios y la razón es la PMaC. El efecto total, la suma de los miembros de esa progresión, es igual al producto del primer miembro, la inversión inicial, por el inverso de uno menos la razón. Este número, el inverso de la propensión marginal al ahorro recibe el nombre de multiplicador.
En una economía simple como la que estamos analizando, sin gobierno ni sector exterior, para que la demanda y la oferta agregadas coincidan es necesario que la inversión complemente la parte de la renta no consumida, es decir, que la inversión y el ahorro sean iguales. Pero no hay ningún mecanismo que garantice que esto pueda suceder. Las decisiones de ahorrar las toman las familias y dependen, como hemos visto, de su nivel de renta y de la PMaC. Por tanto no hay ninguna razón por la que la cantidad de dinero ahorrado y la cantidad de dinero invertido deban ser iguales: Ambas están determinadas por decisiones tomadas por diferentes personas con diferentes criterios. Si las familias deciden aumentar el volumen de los fondos que mantienen ahorrados, reducirán su consumo, por lo que teniendo en cuenta el efecto multiplicador, las rentas se contraerán en una cuantía muy superior. Este es el fenómeno llamado la paradoja de la frugalidad: la frugalidad puede provocar disminución del ahorro.
Esta tabla muestra un ejemplo supuesto del EFECTO MULTIPLICADOR |
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1ª Fase |
Los empresarios deciden aumentar su demanda de máquinas-herramienta en 100 millones de |
Las rentas de los productores de máquinas-herramienta aumentan en 100 millones de |
2ª Fase |
Los productores de máquinas-herramienta deciden aumentar su consumo de electrodomésticos en 80 M |
Las rentas de los productores de electrodomésticos aumentan en 80 M |
3ª Fase |
Los productores de electrodomésticos deciden aumentar su consumo de textiles en 64 M |
Las rentas de los productores de textiles aumentan en 64 M |
4ª Fase |
Los productores de textiles aumentan su consumo de alimentos en 51,2 M |
Las rentas de los productores de alimentos aumentan en 51,2 M |
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Cada nuevo aumento en el consumo es igual al anterior multiplicado por 0,8, la pmc. |
El aumento total en la renta real será la suma de la serie de arriba: 100 + 80 + 64 + 51,2 ... El resultado es 500 M |
ESTAS FUERON SUS PALABRAS Cuanto más rica sea la comunidad, más amplia tenderá a ser la brecha entre sus producciones real y potencial y, consiguientemente, más obvios y escandalosos los defectos del sistema económico. Una comunidad pobre estará dispuesta a consumir la mayor parte del total de su producción, de tal modo que será necesario un volumen muy modesto de inversión para alcanzar el pleno empleo; mientras que una comunidad rica tendrá que descubrir muchas más amplias oportunidades de inversión para que las propensiones a ahorrar de sus miembros más ricos sean compatibles con el empleo de sus miembros más pobres. (John M. Keynes, Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, 1936) |
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