Raffaella Bolini es portavoz del Genoa Social Forum
(GSF), y ha preparado activamente la cita de Génova desde
hace un año. Es miembro de la dirección del ARCI,
un movimiento asociativo italiano por la solidaridad y la democracia.
¿Cómo explicas las violencias y provocaciones
de la policía en Génova?
R. Bolini: no me las explico. Fue una violencia
de un nivel extremo, algo nunca visto en Italia durante los últimos
decenios, y sobre todo que ha golpeado no a las raras personas
violentas que allí estaban, sino al movimiento en su conjunto,
cuando se manifestaba pacíficamente. No dejamos de preguntarnos
que si había un verdadero plan de represión, sería
la señal de un enorme peligro para nuestra democracia.
Si no fuera así, se ha asistido quizá a la convergencia
de diversos factores. Algunos hablan de un enfrentamiento interno
entre la policía sindicalista de izquierdas, que ha conquistado
el poder en las fuerzas del orden estos últimos años,
y una franja de extrema derecha que habría aprovechado
el G8 para retomar la situación en sus manos; otros hablan
de una voluntad política de debilitar el movimiento en
pleno auge
Pero si una convergencia así ha operado,
sigue existiendo el peligro, pues sería una señal
de una fragilidad de nuestras instituciones.
¿Cuáles son hoy las reivindicaciones
del GSF frente al gobierno Berlusconi?
R. Bolini: Lo que pedimos es muy sencillo: verdad
y justicia. La verdad porque estamos convencidos de que bastará
observar el material documental, las películas, las fotos,
escuchar los testimonios, para comprender que hemos sufrido una
inmensa violencia que no hemos ni desencadenado, ni cubierto,
ni ayudado. El 21 de julio, 300.000 personas, continuamente atacadas,
desfilaron, con las manos al aire, sin responder a ninguna provocación.
El movimiento italiano, el movimiento internacional, no ha caído
en la trampa que quería hacerles responder a las provocaciones.
Estamos seguros de nosotros mismos, de lo que hemos
hecho, no tenemos nada que ocultar. Una treintena de célebres
realizadores (de cine, documentales, televisión) nos había
propuesto venir a filmar Génova. Han filmado cosas hermosas
como la manifestación de los emigrantes, el forum con miles
de personas bajo el sol, pero también los dos días
en que la violencia se desencadenó, así como la
respuesta popular. Recogimos documentos y testimonios y preparamos
un Libro blanco. Con las fuerzas de la izquierda parlamentaria,
pedimos una comisión de investigación en el Parlamento.
Hemos pedido también al presidente de la República
que se ofrezca como garantía de esta búsqueda de
la verdad.
A pesar de estas violencias y la muerte de Carlo
Giuliani, Génova ha sido un gran éxito. ¿Cómo
analizas el movimiento que está naciendo en Italia?
R. Bolini: Cuando comenzamos a preparar Génova,
hace un año, pensábamos que de lo que se trataba,
tras
Seattle, Praga y Porto Alegre, era de conjugar protesta
y propuesta, y lograr hacer emerger la dimensión popular
de este movimiento. El movimiento contra la globalización
capitalista era considerado, en Italia, como una vanguardia que
plantea problemas justos pero a menudo alejados de las preocupaciones
cotidianas, que pasa su tiempo en Internet organizando redes,
que viaja por el mundo para criticar a instituciones de siglas
poco reconocibles -BM, FMI, G8, OMC
. Hemos hecho un gran
trabajo de sensibilización hacia los ciudadanos "normales"
y no solo hacia el área militante de izquierda. Hemos querido
desvelar los mecanismos que dirigen este planeta, los poderes
que le gobiernan, las injusticias que existen, los grandes problemas
democráticos. Hemos trabajado mucho, hemos hecho reuniones
en toda Italia, con una participación increíble.
Hemos movilizado a una gran cantidad de jóvenes gente que
participaba por primera vez en una manifestación, y que
ha encontrado nuevos ideales. Hemos encontrado personas de más
edad que, durante estos últimos años, había
observado de lejos la política -con la crisis de las ideologías,
la izquierda que ha olvidado sus grandes valores. Lo que se ha
producido en Génova y lo que ocurre hoy, es una vuelta
a los valores elevados de la política. Se crean comités
locales unitarios, centenares de personas vienen a nuestras reuniones,
en plenas vacaciones. El otoño será sin duda alguna
un buen otoño, un otoño de movilización.
¿Esperaban tal éxito?
R Bolini.: Sí, porque habíamos trabajado
muchísimo. Creo que hemos encontrado las claves para que
estos problemas se convirtieran en elementos de la conciencia
común, y no solo un asunto para expertos y políticos.
Por otro lado, es la primera vez que tantas organizaciones trabajan
de forma unitaria. En el GSF se reúne una red impresionante
de actores sociales, que han aprendido los unos de los otros,
cuando algunos de ellos ya no se hablaban o se llevaban peleando
desde hace veinte años. Hemos logrado no dividirnos sobre
las cosas que nos separan y unirnos en las cosas que nos une,
la justicia, los valores de la democracia, la crítica de
los poderes.
¿Cómo preparar las próximas
cumbres y las próximas iniciativas antimundialización
tras las violencias policiales de Gotemburgo y Génova?
R. Bolini: Es una pregunta importante, pero que
tenemos dificultades para plantearnos por el momento. Estamos
bajo el choque de las violencias y reflexionamos sobre todo sobre
la emergencia del pos-Génova. Debemos ocuparnos de las
relaciones con los abogados, recoger testimonio, ocuparnos de
las personas detenidas o heridas. En nuestras leyes, está
escrito que la defensa de los ciudadanos que manifiestan sus opiniones
es impartida a las fuerzas del orden y no a los manifestantes.
No queremos recomenzar a militarizar las acciones políticas,
no queremos volver hacia atrás. Pero el problema de la
violencia y de la seguridad existe. Estimamos que nuestra mejor
defensa, más que una militarización de nuestras
apariciones, es la cohesión de nuestro movimiento, sobretodo
en sus prácticas sociales. Hoy, debemos reforzar nuestra
unidad y extender nuestro movimiento. Es lo que vamos a hacer
en los próximos meses, a la vez que continuamos participando
en las luchas a nivel local, para defender a los inmigrantes,
los parados, los trabajadores, el derecho a los estudios o la
salud.
Entrevista a Rafaella Bolini realizada por Laure
Favières.
Semanario "Rouge". París, 2-8-01. Traducción
de Alberto Nadal
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