GÉNOVA, julio 2001: Vuelta a la política
 

 

Raffaella Bolini es portavoz del Genoa Social Forum (GSF), y ha preparado activamente la cita de Génova desde hace un año. Es miembro de la dirección del ARCI, un movimiento asociativo italiano por la solidaridad y la democracia.

¿Cómo explicas las violencias y provocaciones de la policía en Génova?

R. Bolini: no me las explico. Fue una violencia de un nivel extremo, algo nunca visto en Italia durante los últimos decenios, y sobre todo que ha golpeado no a las raras personas violentas que allí estaban, sino al movimiento en su conjunto, cuando se manifestaba pacíficamente. No dejamos de preguntarnos que si había un verdadero plan de represión, sería la señal de un enorme peligro para nuestra democracia. Si no fuera así, se ha asistido quizá a la convergencia de diversos factores. Algunos hablan de un enfrentamiento interno entre la policía sindicalista de izquierdas, que ha conquistado el poder en las fuerzas del orden estos últimos años, y una franja de extrema derecha que habría aprovechado el G8 para retomar la situación en sus manos; otros hablan de una voluntad política de debilitar el movimiento en pleno auge… Pero si una convergencia así ha operado, sigue existiendo el peligro, pues sería una señal de una fragilidad de nuestras instituciones.

¿Cuáles son hoy las reivindicaciones del GSF frente al gobierno Berlusconi?

R. Bolini: Lo que pedimos es muy sencillo: verdad y justicia. La verdad porque estamos convencidos de que bastará observar el material documental, las películas, las fotos, escuchar los testimonios, para comprender que hemos sufrido una inmensa violencia que no hemos ni desencadenado, ni cubierto, ni ayudado. El 21 de julio, 300.000 personas, continuamente atacadas, desfilaron, con las manos al aire, sin responder a ninguna provocación. El movimiento italiano, el movimiento internacional, no ha caído en la trampa que quería hacerles responder a las provocaciones.

Estamos seguros de nosotros mismos, de lo que hemos hecho, no tenemos nada que ocultar. Una treintena de célebres realizadores (de cine, documentales, televisión) nos había propuesto venir a filmar Génova. Han filmado cosas hermosas como la manifestación de los emigrantes, el forum con miles de personas bajo el sol, pero también los dos días en que la violencia se desencadenó, así como la respuesta popular. Recogimos documentos y testimonios y preparamos un Libro blanco. Con las fuerzas de la izquierda parlamentaria, pedimos una comisión de investigación en el Parlamento. Hemos pedido también al presidente de la República que se ofrezca como garantía de esta búsqueda de la verdad.

A pesar de estas violencias y la muerte de Carlo Giuliani, Génova ha sido un gran éxito. ¿Cómo analizas el movimiento que está naciendo en Italia?

R. Bolini: Cuando comenzamos a preparar Génova, hace un año, pensábamos que de lo que se trataba, tras

Seattle, Praga y Porto Alegre, era de conjugar protesta y propuesta, y lograr hacer emerger la dimensión popular de este movimiento. El movimiento contra la globalización capitalista era considerado, en Italia, como una vanguardia que plantea problemas justos pero a menudo alejados de las preocupaciones cotidianas, que pasa su tiempo en Internet organizando redes, que viaja por el mundo para criticar a instituciones de siglas poco reconocibles -BM, FMI, G8, OMC…. Hemos hecho un gran trabajo de sensibilización hacia los ciudadanos "normales" y no solo hacia el área militante de izquierda. Hemos querido desvelar los mecanismos que dirigen este planeta, los poderes que le gobiernan, las injusticias que existen, los grandes problemas democráticos. Hemos trabajado mucho, hemos hecho reuniones en toda Italia, con una participación increíble. Hemos movilizado a una gran cantidad de jóvenes gente que participaba por primera vez en una manifestación, y que ha encontrado nuevos ideales. Hemos encontrado personas de más edad que, durante estos últimos años, había observado de lejos la política -con la crisis de las ideologías, la izquierda que ha olvidado sus grandes valores. Lo que se ha producido en Génova y lo que ocurre hoy, es una vuelta a los valores elevados de la política. Se crean comités locales unitarios, centenares de personas vienen a nuestras reuniones, en plenas vacaciones. El otoño será sin duda alguna un buen otoño, un otoño de movilización.

¿Esperaban tal éxito?

R Bolini.: Sí, porque habíamos trabajado muchísimo. Creo que hemos encontrado las claves para que estos problemas se convirtieran en elementos de la conciencia común, y no solo un asunto para expertos y políticos. Por otro lado, es la primera vez que tantas organizaciones trabajan de forma unitaria. En el GSF se reúne una red impresionante de actores sociales, que han aprendido los unos de los otros, cuando algunos de ellos ya no se hablaban o se llevaban peleando desde hace veinte años. Hemos logrado no dividirnos sobre las cosas que nos separan y unirnos en las cosas que nos une, la justicia, los valores de la democracia, la crítica de los poderes.

¿Cómo preparar las próximas cumbres y las próximas iniciativas antimundialización tras las violencias policiales de Gotemburgo y Génova?

R. Bolini: Es una pregunta importante, pero que tenemos dificultades para plantearnos por el momento. Estamos bajo el choque de las violencias y reflexionamos sobre todo sobre la emergencia del pos-Génova. Debemos ocuparnos de las relaciones con los abogados, recoger testimonio, ocuparnos de las personas detenidas o heridas. En nuestras leyes, está escrito que la defensa de los ciudadanos que manifiestan sus opiniones es impartida a las fuerzas del orden y no a los manifestantes. No queremos recomenzar a militarizar las acciones políticas, no queremos volver hacia atrás. Pero el problema de la violencia y de la seguridad existe. Estimamos que nuestra mejor defensa, más que una militarización de nuestras apariciones, es la cohesión de nuestro movimiento, sobretodo en sus prácticas sociales. Hoy, debemos reforzar nuestra unidad y extender nuestro movimiento. Es lo que vamos a hacer en los próximos meses, a la vez que continuamos participando en las luchas a nivel local, para defender a los inmigrantes, los parados, los trabajadores, el derecho a los estudios o la salud.

Entrevista a Rafaella Bolini realizada por Laure Favières.
Semanario "Rouge". París, 2-8-01. Traducción de Alberto Nadal

 




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