La "financiarización" de la economía
se ha vuelto uno de los elementos más inquietantes de
la evolución de las sociedades modernas llamadas desarrolladas.
Basada en la libre circulación de capitales, favorecida
por la expansión fulminante de las nuevas tecnologías,
esta "financiarización" está directamente
relacionada con lo que llamamos la mundialización. Este
fenómeno se resume en inglés por el único
término, "globalización", lo que se
sobreentiende por "global markets" ( mercados globalizados).
No obstante, y a pesar de lo que afirman los portavoces de la
mundialización neoliberal, es falso pretender que ésta
sólo puede ser financiera y administrada según
el único criterio de la rentabilidad.
Según los adeptos al sacrosanto mercado, la única
regla de conducta es la de la ganancia máxima e inmediata,
lo que fatalmente engendra el desarrollo de la especulación
que, cual un director de orquesta, reina desde ahora como dueño
absoluto en el teatro de la comedia humana. ¿Comedia?
¿No deberíamos más bien hablar de tragedia?
En efecto, es esta "financiarización" de la
economía lo que hace que, una parte cada vez más
y más grande de las riquezas creadas y disponibles no
sirvan más a la satisfacción de las necesidades
reales de bienes y servicios de la población; es esta
también, la que tiene por consecuencia una carrera cada
vez más desenfrenada por la reducción de los costos
de producción. De ahí la multiplicación
de las concentraciones de empresas, con sus cortejos de racionalizaciones
y de licenciamientos.
El sistema, es la rentabilidad por la rentabilidad. La orientación
actual del capitalismo no es el crecimiento de la actividad,
sino más bien el crecimiento financiero, la prioridad
dada a la especulación contra cualquier otra lógica
en el seno de los grande grupos industriales, la supremacía
del enfoque financiero de la empresa reduce la economía
a una guerra entre grandes depredadores industriales. Y el llanto
del pueblo no sirve para nada , forzados a asistir a este desfile
pasivamente, aplastados por la ola de despidos desencadenada
por la pesada carga de un desempleo estructural asfixiante.
Como lo decía el economista inglés John Maynard
Keynes, "La especulación no hace daño cuando
no es más que una burbuja encima de un flujo continuo
de actividades productivas, pero ya no es así cuando
la actividad productiva no es más que una burbuja en
un torbellino especulativo" Se vuelve urgente intentar
frenar esta evolución de la sociedad.
Las inversiones en cartera sobre los mercados financieros (acciones,
obligaciones, productos derivados y otros instrumentos financieros)
son el pivote de la especulación financiera. Agrupan
los fondos poseídos por cuatro grandes categorías
de organismos: los fondos de pensión, las compañías
de seguros, los fondos comunes de inversiones (Sicav, etc.)
y los grandes bancos internacionales. Sus haberes pueden ser
evaluados en un monto cercano a los 28.000 mil millones de dólares.
Estos montos se han incrementado en más del doble en
el curso de estos últimos 10 años. Actualmente
superan el PBN de todos los países industriales reunidos.
Los operadores americanos poseen ellos solos el 50%.
Se trata particularmente de inversiones particularmente volátiles
(85% entre ellas son de esta naturaleza), cuya inestabilidad
es un verdadero peligro para la economía mundial y particularmente
para aquellos países en vía de desarrollo. Todo
esto explica la verdadera explosión de las bolsas mundiales
en el transcurso de los últimos años. Sus alzas
(particularmente en 1997 y 1998: 50, 80, hasta 200% en algunos
países emergentes) son esencialmente juegos especulativos
con consecuencias desgraciadamente trágicas: México,
Brasil, Indonesia, Corea, Japón, Rusia, etc. El volumen
manipulado por la Bolsa americana, líder en la materia,
aumentó un 31% en 1997 y un 27% en 1998. Más precisamente,
Wall Street pasó de 3000 puntos en 1991 a 11000 puntos
en abril de 1999, pero con una distribución de esta nueva
riqueza muy desigual, dado que se estima que solamente el 10%
de los hogares americanos acapararon 85% de estas enormes ganancias
bursátiles. El valor del dinero supera desde ahora el
de la vida.
Como dice Riccardo Petrella es consecuencia lógica de
las olas de desregulación aplicadas por los gobiernos
desde los años 80, "El verdadero poder pertenece
a los mercados financieros y los hombres políticos son
meros escribanos de este poder", y agrega: "El apartheid
sigue existiendo, ahora es social". En efecto, cómo
no conmoverse ante la herida cada vez más abierta que
desgarra a la población mundial en dos partes cada vez
más desiguales: de un lado, 15% de esta población
que posee el 85% de las riquezas existentes y producidas cada
año, es decir casi todo; y del otro el 85% que posee
el 15% restante, es decir casi nada. Aunque la imagen es tal
vez un poco sencilla y aproximada, no deja de ser elocuente
a la vista de lo que está sucediendo ante nuestros ojos.
En 1960, el 20% de la población de los países
más ricos tenían un ingreso 30 veces superior
al del 20% de los países más pobres; en 1995,
sus ingresos eran 82 veces superiores. La publicación
en 1998 del informe del Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo, constata que la producción de productos
de consumo se duplicó desde 1975 pero que el aumento
de la desigualdad es fulminante: la brecha entre el 5% de los
más ricos y el 5% de los más pobres que era de
30 a 1 en 1960, ahora es de 74 a 1.
Actualmente hay individuos más ricos que los Estados.
El patrimonio de las 145 personas más ricas del mundo
supera el PIB total del conjunto del Africa sub-sahariana. Al
alba del siglo 21, las tres personas más ricas del mundo
poseen un patrimonio equivalente al PBN de todos los países
menos avanzados con sus 600 millones de habitantes.
La herida continua abierta: en más de 70 países,
el ingreso por habitante es inferior a lo que era hace 20 años.
A escala planetaria, 3 mil millones de personas - la mitad de
la humanidad - viven con menos de 2 dólares por día.
La abundancia de bienes alcanza niveles sin precedentes, pero
el número de aquellos sin techo, sin trabajo, y sin lo
suficiente para comer, aumenta sin cesar. Sobre los 4,5 mil
millones de habitantes que cuentan los países en vías
de desarrollo, casi un tercio no tienen acceso al agua potable,
un quinto de los niños no absorben las calorías
y proteínas suficientes y algunos dos mil millones de
individuos - el tercio de la humanidad - sufren de anemia. Sin
hablar del no acceso a la enseñanza.
A nivel mundial, la pobreza es la regla y la comodidad la excepción.
Las desigualdades se agrandan, alejando más y más
a los ricos de los pobres.
Esta realidad está directamente ligada al desarrollo
de la "gobernación corporativa" ("corporate
governance"). El principio director de ésta es disminuir
la masa salarial para "crear valor" en favor de los
accionistas, en este sistema los asalariados no son más
que variables de ajuste. He aquí algunos ejemplos recientes
de los rumbos, en privilegio de los accionistas y en detrimentos
de los asalariados: Unilever anunció un beneficio en
alza de 41% por el ejercicio 1998 en relación a 1997
(6,5 mil millones de florines) y 3000 empleos suprimidos en
dos años (los sindicatos hablan de 10000 empleos perdidos).
Michelin anuncia simultáneamente un beneficio semestral
de 12 mil millones de francos belgas, un alza del 20% y el despido
de 7500 trabajadores en Francia. Algunos días después
del trágico accidente de las vías del tren cerca
de Londres, que ocasionó 35 muertos y 250 heridos, Rail
Track responsable del mantenimiento de las vías del ferrocarril
británicas después de la privatización
de 1996 anuncia, excusándose, un beneficio de 236 mil
millones de libras esterlinas (14,9 mil millones de fb), cuando
el accidente fue, en parte al menos, precisamente atribuido
al mal estado de la red, consecuencia segura, de la reducción
de costos exigida por el "retorno de capitales" de
los accionistas. Dentro del marco de su combate con Total-Fina,
el señor Jaffre, patrón de Elf-Aquitaine, declara
su intención de llevar de 7,9 a 14% la remuneración
a los aportes de capitales y al mismo tiempo anuncia el despido
de 1500 empleados (sobre 4000 ocupados) en la División
"Exploración-Producción" del grupo.
En el análisis de estos escenarios, asistimos por otro
lado a una cosa paradójica: en los cursos de economía
política, hasta hace muy poco se decía que las
concentraciones creaban situaciones de monopolio que impedían
la libre competencia. Hoy en día, se nos dice que se
trata simplemente de dar a la empresa una posición suficientemente
importante para asegurar una rentabilidad suficiente, es decir
un "retorno" confortable para los accionistas. Todo,
evidentemente, en beneficio de los consumidores.... ¿Resultados?
En los Estados Unidos, las empresas suprimieron 677.795 empleos
en 1998. Durante ese mismo momento, las ganancias de estas mismas
empresas americanas crecieron cerca de un 20% en 1999. La ola
de despidos alcanza al Japón, bastión del empleo
a vida. A partir de ahora los banqueros y los accionistas japoneses
quieren un retorno sobre sus inversiones y no solamente partes
del mercado. Ejemplos recientes: Nissan y su reestructuración
costó el licenciamiento de 21000 personas, de las cuales
16500 fueron en Japón. Nippon Telegraph and Telephone
anuncian 20000 despidos en los próximos 3 años;
2 bancos japoneses se fusionan: alrededor de 10000 empleos menos.
En los 29 países ricos de la OCDE, 37 millones de personas
están sin empleo, de las cuales 18 millones en Europa.
Los millones están ahí pero son centenas de millones
de empleos los que están en cuestión: es la lógica
de "gobernación corporativa" y de la "financiarización"
de la economía que se nos presenta como ineluctable.
Evidentemente sólo podemos insistir sobre la urgencia
de una reacción frente a tal modelo. ¿Pero como?
Desde hace algunos años, la puesta en marcha de una
tasa Tobin se ha vuelto un instrumento de avanzada por numerosas
voces. Forma parte de las reivindicaciones de Attac y está
considerada por algunos como la solución a todos los
problemas. Este estudio apunta modestamente a visualizar el
impacto de un gravámen semejante. ¿Cuál
sería su impacto a la vez sobre la especulación
y la pobreza? ¿La idea original de James Tobin es suficiente?
¿Son posibles medidas anexas?.
Diciembre 2000
Groupe de réflexion d'Attac-Liège. Ariadna Labbate,
Marga, Carlos Guillermo Alvarez, Mauricio Espinosa, Josep Julia,
Guillermo Parodi.
Philippe Agard coorditrad@attac.org
ATTAC Liège: http://attac.org/belgique/liege/