La complicidad del Estado en el lavado de
dinero de los grandes bancos es evidente
Hay consenso entre los investigadores parlamentarios norteamericanos,
los ex banqueros y los expertos bancarios internacionales que
los bancos estadounidenses y europeos lavan entre 500 mil millones
y un billón de dólares en dinero sucio anualmente.
La mitad de esa suma es lavada por los bancos norteamericanos.
El senador Levin sintetiza así el problema: "Las
estimaciones indican que entre 500 mil millones y un billón
de dólares de origen criminal se mueven y depositan anualmente
en los bancos. Se estima que la mitad de ese dinero viene a
dar a Estados Unidos".
En toda la década entre 2.5 y 3 billones de dólares
de origen criminal han sido lavados por bancos norteamericanos
y se mueven en los circuitos financieros norteamericanos. Sin
embargo, la afirmación del senador Levin solamente se
refiere a los dineros considerados de procedencia criminal,
según las leyes norteamericanas. No incluyen transferencias
ilegales ni flujos de capital hechos por dirigentes políticos
corrompidos ni provenientes de evasión tributaria cometida
en países extranjeros. Un distinguido académico
norteamericano, experto en finanzas internacionales y asociado
al prestigioso Instituto Brookings, estima que el "flujo
de dinero sucio desde los países en desarrollo (Tercer
Mundo) y las economías en transición (ex comunistas)
a las arcas occidentales es de 20 a 40 billones de dólares
al año y el flujo estimado por concepto de simulación
de precios en operaciones internacionales de comercio es de
80 billones al año o más. Mi cálculo más
bajo es de 100 mil millones al año por ambos conceptos
lo que representa un billón de dólares en el decenio
y la mitad al menos ha llegado a Estados Unidos. Si se incluyen
otros elementos de desvíos ilegales de capitales se llega
a cifras mucho más altas"(1). El experto de Brookings
no incluye desvíos ilegales de dinero de bienes raíces
o pólizas de seguros, etc.
En otras palabras una cifra incompleta de dinero sucio (lavado
y moneda corrupta) que afluyó a Estados Unidos durante
los 90 representa entre 3 y 5.5 billones de dólares.
No es una cifra indicativa de la magnitud exacta del problema.
Pero nos da una base para estimar el significado del factor
"moneda sucia" en la evaluación del comportamiento
de la economía norteamericana. En primer lugar es claro
que la suma del lavado y los flujos de dinero sucio cubren parte
del déficit comercial de Estados Unidos que alcanza a
cientos de miles de millones de dólares al año.
Según se afirma, ese déficit se acerca a 300
mil millones de dólares. Sin el "dinero sucio"
la balanza de pagos de la economía norteamericana sería
absolutamente insostenible; los niveles de vida caerían;
el dólar se debilitaría; la inversión y
disponibilidad de capital de préstamo se reducirían;
y Washington no sería capaz de sostener su imperio global.
La importancia del dinero "lavado" tiende a aumentar.
El ex banquero Antonio Geraldi, declarando ante un subcomité
del Senado, sostuvo que se produciría un significativo
crecimiento del lavado de dinero mediante los bancos. Los analistas
predicen también que los montos lavados llegarán
al billón de dólares y crecerán desproporcionadamente
en relación a cómo lo hacen los fondos legales.
Los 500 mil millones de dólares de dinero sucio y criminal
fluyen a los principales bancos norteamericanos. Dichos flujos
superan todas las transferencias netas de los principales productores
de petróleo, la industria militar y los fabricantes de
aviones. Los más grandes bancos de Estados Unidos --
el J.P. Morgan, Chase Manhattan y especialmente el Citibank
-- obtienen un alto procentaje de sus ganancias del servicio
de este "dinero sucio". Los grandes bancos y otras
instituciones claves sostienen el poder global de Estados Unidos
a través del lavado de dinero y el manejo de dineros
ilegales generados fuera de Estados Unidos.
Bancos estadounidenses y el imperio del dinero sucio
Washington y los medios de comunicación pintan a Estados
Unidos en la vanguardia de la lucha contra el narcotráfico,
el lavado de dinero proveniente de las drogas y la corrupción
política. La imagen es de limpias manos blancas luchando
contra el "dinero sucio" proveniente del Tercer Mundo
(o de los países ex comunistas). La verdad es exactamente
la opuesta. Los bancos de Estados Unidos han desarrollado un
bien elaborado sistema de políticas para transferir fondos
a Estados Unidos para invertir esos fondos en negocios lícitos
o en bonos del gobierno norteamericano y, de este modo, legitimarlos.
El Congreso norteamericano ha realizado numerosas audiencias,
entregando detallados informes de las prácticas ilegales
ilícitas de los bancos, ha aprobado diversas leyes y
ha reclamado un endurecimiento de la regulación pública
y del control de los banqueros privados. Sin embargo, los principales
bancos continúan con sus prácticas, las cantidades
de dinero sucio crecen exponencialmente, ya que ni el Estado
ni los bancos tienen la voluntad y el interés de terminar
con estas prácticas que les significan grandes ganancias
y fortalecen a un imperio crecientemente frágil.
Lo primero que hay que decir es que el lavado de dinero, criminal
y corrupto, es realizado por los bancos más importantes
de Estados Unidos. En segundo lugar, que las prácticas
de los bancos involucrados en el lavado de dinero tienen respaldo
y estímulo de los más altos niveles de dichas
instituciones bancarias; no son casos aislados realizados por
funcionarios irresponsables. Esto es claro en el caso del lavado
de dinero hecho por el Citibank a Raúl Salinas de Gortari
(hermano de Carlos, ex presidente de México) por un monto
de 200 millones de dólares. Cuando Salinas fue arrestado
por su robo en gran escala al Fisco mexicano, su ejecutivo de
cuentas en el Citibank, Amy Elliott, dijo a sus colegas: "Esto
viene de muy, muy arriba en la corporación... esto era
conocido... en la cumbre misma. Nosotros somos pequeños
peones en todo el asunto". Citibank, el mayor lavador de
dinero del mundo, es el principal banco de Estados Unidos, con
180 mil empleados en todo el mundo que operan en cien países,
con 700 mil millones de dólares en fondos conocidos y
más de 100 mil millones de dólares operando como
"banco privado" en cuentas secretas en treinta países,
con la mayor presencia global que ostenta un banco norteamericano.
Es importante aclarar qué significa "banco privado".
El "banco privado" es una parte de un banco que atiende
a los clientes extremadamente ricos (con depósitos de
un millón de dólares o más).
Los grandes bancos cobran a sus clientes un porcentaje por
manejar su dinero proporcionando además servicios especializados.
Los servicios del "banco privado" van más allá
de la rutina de los servicios bancarios e incluyen guía
de inversiones, planificación inmobiliaria, asistencia
tributaria, depósitos en el extranjero y complicados
esquemas para asegurar la confidencialidad de las transacciones
financieras. El atractivo del "banco privado" (BP)
es que vende secreto a los clientes con "dinero sucio".
Hay dos métodos que utilizan los grandes bancos para
lavar dinero: la vía del "banco privado" y
la vía de la "corresponsalía bancaria".
BP usa normalmente códigos para las cuentas, la concentración
de cuentas (que mezcla fondos del banco con fondos de clientes
que no dejan huellas en papel porque miles de millones se mueven
mediante transacciones electrónicas) que disfrazan el
movimiento de los fondos de clientes y de las corporaciones
privadas de inversión (CPI) que operan en países
bajo estrictas leyes de secreto (Islas Caimán, Bahamas,
etc.).
Por ejemplo, en el caso de Raúl Salinas el personal
de BP en el Citibank lo ayudó a transferir entre 90 y
100 millones de dólares fuera de México en forma
tal que efectivamente ocultó las fuentes de los fondos
y su destino evitando todo papeleo(2). Como de costumbre, Citibank
creó una corporación de papel fuera de México,
dio a Salinas un nombre en código, proporcionó
un alias para un tercer intermediario que depositó el
dinero en una cuenta del Citibank en México, y transfirió
el dinero a un depósito de concentración en Nueva
York desde donde fue movido a Suiza y Londres.
Las CPI son diseñadas por los grandes bancos con el
propósito de acopiar y ocultar los depósitos personales.
Los agentes nominales, los depositarios y los accionistas de
estas corporaciones son otras corporaciones de papel controladas
por el BP. La CPI se convierte entonces en el tenedor de depósitos
de diversos bancos y depósitos de inversión mientras
la propiedad de los clientes del "banco privado" queda
sepultada en los registros de la jurisdicción, por ejemplo,
de las Islas Caimán. Los encargados del "banco privado"
en los grandes bancos como el Citibank mantienen CPI pre armadas
en los armarios, listas para ser activadas cuando un cliente
necesita una de ellas. El sistema funciona como las matrioshkas
rusas, una muñeca dentro de otra y ésta dentro
de otra y así sucesivamente para que sean impenetrables
a una investigación legal.
La complicidad del Estado en el lavado de dinero de los grandes
bancos es evidente como se advierte en una somera revisión
histórica.
El lavado de dinero por los grandes bancos ha sido investigado,
auditado, criticado y sometido a la legislación. Los
bancos han establecido procedimientos que deben seguir. Sin
embargo, bancos como el Citibank y otros diez grandes ignoran
dichos procedimientos y también las leyes y el gobierno
ignora su no cumplimiento. En los últimos veinte años
el lavado de dinero hecho por los grandes bancos de "dinero
sucio" proveniente de actividades criminales o del saqueo
de fondos públicos ha subido geométricamente,
jibarizando en tamaño y tasas de ganancia las actividades
de la economía formal. Los expertos consideran que la
tasa de retorno en el mercado de los BP está entre 20-25%
anual. Las investigaciones han revelado que el Citibank proporcionó
"servicios" para cuatro políticos estafadores
que significaron a lo menos 380 millones de dólares:
Raúl Salinas, 80-100 millones de dólares; Asif
Ali Zardari (marido de la ex primera ministra de Paquistán)
por sobre los 40 millones; El Hadj Omar Bongo (dictador de Gabón
desde 1967) sobre los 130 millones; los hermanos Abacha, hijos
del general Abacha, ex dictador de Nigeria, sobre los 110 millones(3).
En todos esos casos el Citibank violó sus procedimientos
y las instrucciones del gobierno: no hubo estudio del cliente
(revisión de su historia) ni determinación del
origen de los fondos ni si había violación de
las leyes del país de donde provenía el dinero.
Por el contrario, el banco facilitó la extracción
de los fondos de acuerdo al formato preparado de antemano: se
formaron corporaciones de papel, se proporcionaron nombres en
código, los fondos fueron movidos a través de
concentración de cuentas, los fondos fueron invertidos
en negocios legales o en bonos de Estados Unidos, etc. En ninguno
de estos casos -ni en miles de otros- los bancos aplicaron la
"debida diligencia" (que significa que un banco privado
está obligado por la ley a tomar medidas para asegurar
que no está facilitando el lavado de dinero). En ninguno
de estos casos los máximos ejecutivos fueron llevados
ante la justicia y juzgados. Incluso después del arresto
de sus clientes el Citibank continuó prestando servicios
que incluyen el movimiento de fondos hacia cuentas secretas
y aprovisionando fondos.
Corresponsalía bancaria: la segunda vía
El ya citado segundo camino que los grandes bancos usan para
lavar cientos de miles de millones de dólares de "dinero
sucio" es la "corresponsalía bancaria"
(CB). CB es la prestación de servicios bancarios por
parte de un banco a otro.
Para los grandes bancos es un área altamente rentable
y significativa. Permite a los bancos del exterior manejar negocios
y prestar servicios a sus clientes -- que incluyen traficantes
de drogas y otros criminales -- en jurisdicciones como Estados
Unidos donde esos bancos no tienen presencia física.
Un banco que obtiene licencia en un país extranjero y
no tiene oficinas en Estados Unidos atrae a ricos clientes criminales
interesados en lavar dinero en dicho país. En vez de
exponerse directamente a los controles norteamericanos y de
incurrir en los elevados costos de instalarse en Estados Unidos,
ese banco abrirá una "corresponsalía de cuenta"
con un banco norteamericano. Al establecer esa relación,
el banco extranjero -y a través de él sus clientes
criminales- recibe la mayor parte o todos los servicios ofrecidos
por los grandes bancos norteamericanos. Hoy día todos
los bancos norteamericanos de envergadura han establecido múltiples
relaciones de corresponsalía con todo el mundo así
que pueden realizar transacciones financieras para sí
mismos o para sus clientes en todos los lugares en que tienen
presencia física. Muchos de los más grandes bancos
norteamericanos y europeos ubicados en los centros financieros
del mundo son corresponsales de miles de otros bancos. Muchos
de los bancos de ultramar lavan miles de millones de dólares
de clientes criminales que tienen cuentas en Estados Unidos.
Todos los grandes bancos que se especializan en transferencias
internacionales de fondos son llamados "bancos de centro
de dinero". Algunos de los principales procesan sobre un
billón de dólares en transferencias electrónicas
al día. En junio de 1999 los cinco principales consorcios
bancarios en Estados Unidos manejaron como corresponsales fondos
superiores a los 17 mil millones de dólares; el total
de los balances de corresponsalías de los 75 mayores
bancos de Estados Unidos fue de 34.9 mil millones de dólares.
Para los multimillonarios criminales un aspecto importante de
la relación de corresponsalía es que permite el
acceso al sistema internacional de transferencia de fondos,
que facilita la rápida transferencia de dinero más
allá de las fronteras internacionales y también
al interior de los países.
Las estimaciones más recientes (1998) es que 60 jurisdicciones
de ultramar en todo el mundo han otorgado licencias a unos 4
mil bancos que controlan aproximadamente 5 billones de dólares
en depósitos.
Una de las mayores fuentes de empobrecimiento y crisis en Africa,
Asia, América Latina, Rusia y los otros países
de la ex URSS y Europa del Este, es el saqueo de la economía
y el hecho de que cientos de miles de millones de dólares
son transferidos fuera de los países a través
del correspondiente sistema bancario y del sistema de "banca
privada" ligados a los principales bancos en Europa y Estados
Unidos.
Rusia solamente ha visto cómo más de 200 mil
millones de dólares fueron transferidos ilegalmente desde
su economía en el curso de los años 90. Los masivos
desvíos de capital desde esos países a los bancos
de Europa y Estados Unidos han generado un masivo empobrecimiento,
inestabilidad económica y crisis. Lo que, a su vez, ha
aumentado la vulnerabilidad frente a las presiones del Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial para liberalizar
sus sistemas bancarios y financieros con vistas a una mayor
desregulación y fluidez, creando mayor corrupción
y transferencias al exterior a través de los "bancos
privados" como lo demuestra el informe del Senado norteamericano.
La creciente polarización del mundo está anclada
en este organizado sistema de transacciones financieras criminales
y corruptas. Mientras la especulación y el servicio de
los pagos de la deuda externa cumplen un papel en el deterioro
de los estándares de vida en las crisis regionales, el
lavado de muchos billones de dólares y la función
de los bancos al servicio de la corrupción de gobernantes
y altos funcionarios, sustentan la prosperidad occidental, el
fortalecimiento del imperio norteamericano y la estabilidad
financiera.
La escala, amplitud y oportunidad de las transferencias y lavado
de "dinero sucio", la centralización de las
mayores empresas bancarias y la complicidad de los gobiernos
indican con fuerza que las dinámicas de crecimiento y
estagnación, de imperio y recolonización, están
íntimamente ligadas a una nueva forma de capitalismo
construida en torno al saqueo, el crimen, la corrupción
y la complicidad
James Petras.
Notas
(1) Testimonio de Raymond Baker, p. 85 (1999)
(2) Pp. 11-35 (1999)
(3) Pp. 935-939 (1999)