Para fines de este verano, la campaña pasará de
la fase de las nominaciones y las convenciones, al desfogue
publicitario. Se trata de algo crucial, dado el alto contenido
de repetición y de imagen en que se basa mucha de la
captación de simpatías entre el electorado. En
esas condiciones es evidente que los ecologistas estadounidenses
no tengan mucha posibilidad de hacer llegar sus planteamientos
al "gran público", en particular por los recursos
que demanda el concurso de popularidad. Pero sus propuestas
existen y con buena dosis, en lo económico, presentan
una perspectiva muy interesante de conformidad con los requirimientos
de mejoras sociales, ampliación del mercado interno y
tendencias de producción que se vislumbran.
La propuesta general de caracter económico
del "partido verde" norteamericano se basa en cuatro
principios esenciales: (a) el establecimiento de un sistema
netamente progresivo de impuestos; (b) la promoción de
salarios mínimos que con mayor eficacia expandan la demanda
agregada de la población; (c) una estrategia de "choque"
para el pago de la deuda externa; y (d) una mayor participación
ciudadana en función de la convergencia de intereses
económicos y ecológicos.
Establecer un sistema de impuestos progresivo,
como parte de una política fiscal con mayor justicia
distributiva fue uno de los puntos más destacados en
el discurso de aceptación del candidato presidencial
"verde", Ralph Nader, el pasado 25 de junio en Denver,
Colorado. Al respecto, Nader subraya la necesidad de que "se
expanda con menos injusticia" la carga de "menos del
10 por ciento que en total pagan en impuestos las grandes corporaciones".
Nader presentó el caso de General Electric, indicando
que un trabajador regular de la citada corporación había
pagado más en función de sus ingresos, que el
gigante económico. "General Electric no pagó
en un período de tres años, impuestos federales
con base en sus 6 mil millones de dólares de ingresos",
recalcó. La propuesta de mayor progresión fiscal
dejaría virtualmente exentos de pagos en impuesto federal
a familias de cuatro miembros con ingresos hasta de 32,000 dólares
anuales, incrementando en más de 7 por ciento la carga
impositiva para ingresos familiares de más de 200,000
dólares anuales.
La promoción de los salarios como un medio
de expansión de la demanda del mercado doméstico
es algo en lo que "los verdes" disputan el terreno
a los demócratas. El énfasis aqui se establece
en incrementos a los salarios mínimos, en la mejora de
las condiciones de salud y seguridad laboral y en generar una
mayor "lealtad de las empresas con sus laborantes".
Uno de los puntos vitales es la expansión de los pagos
por hora que como mínimo llegarían a 7 dólares,
de conformidad con lo expuesto recientemente por el analista
Chuck Collins. No se trataría de algo inusual, cuando
se sabe que, al descontar la inflación, los ingresos
reales mínimos por hora en Estados Unidos son equivalentes
a los que los trabajadores tenían en 1970. Pero esto
afecta directamente a las empresas en sus ansias de disminución
de costos y en un ambiente en donde la globalización
transita por los senderos de una mayor movilización de
capitales a zonas con mano de obra barata y con equivalentes
niveles de preparación.
Una estrategia para el pago de la deuda externa
es más bien manejada en el trabajo "de base"
que los grupos de activistas de "los verdes" realizan
en la campaña diaria de la agrupación. La medida
"de choque" pretendería establecer un impuesto
extraordinario de 10 por ciento "sobre incrementos de ingresos"
en las poderosas familias que tuvieran mas de 500 millones en
activos. El sentido del planteamiento es afectar a menos del
0.01 por ciento de la población en sus ingresos marginales
cuando máximo de dos años y con ese dinero solventar
de manera fulminante el problema de la deuda externa. La medida
suena bien económicamente, pero es obvio que no es del
agrado de dos grupos de alto poder político: (a) el grupo
a ser afectado por los pagos; y (b) los grupos financieros que
medran del pago de intereses de la deuda nacional. Esos intereses
anualmente ascienden a cerca de 260 mil millones de dólares
y constituyen casi un 14 por ciento del gasto federal anual.
Nader y el Partido Ecologista hacen un llamado
para que se involucren más las comunidades en la toma
de decisiones. En esto se incluye la preocupación política
sobre medidas ecológicas y económicas. "No
es posible que destruyamos hoy día nuestros bosques por
solamente el pago de 3 por ciento que las empresas madederas
hacen al fisco", indica Nader. "Por otra parte son
esas corporaciones madederas quienes reciben un subsidio federal
de 1,200 millones de dólares anualmente", subraya
el candidato presidencial en una entrevista del pasado sabado
26 de agosto.
"Nuestro planteamiento ecónomico busca
que los grandes beneficios de la pujante economía nacional
no se concentren en unos pocos", indica un comunicado del
Partido Verde, al señalar como Bill Gates con una fortuna
personal de cerca de 70 mil millones de dólares posee
el equivalente de lo que tienen casi 120 millones de estadounidenses
de bajos ingresos. Es claro que los "verdes" desean
captar esos 70 millones de electores potenciales que actuando
como "grupo cautivo", no se molestan en acudir a las
urnas de votaciones. Algo dificil cuando los ecologistas no
disponen de recursos publicitarios. De alli que con base en
una tendencia de voto de 6 por ciento para la agrupación,
la principal preocupación ahora sea la de incluir a Nader
en los debates presidenciales, junto a Al Gore y George W. Bush.-
18 de septiembre de 2000
Giovanni E. Reyes, Inter nos
Giovanni E. Reyes es Professor, University College. Pittsburgh,
PA, USA