LAS CONFERENCIAS TEMÁTICAS: ¿ Tiene actualidad la cuestión de la reforma agraria ?
 

 

El Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria que ha sido convocado por más de 60 organizaciones

En la Habana se está desarrollando desde el día 3 y hasta el día 9 de septiembre el Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria que ha sido convocado por más de 60 organizaciones campesinas, ONG´s, cooperativas, grupos de estudios sobre temas rurales, centros de investigación, etc, ... En el mismo están inscritos más de cuatrocientas personas y se han abordado temas como la seguridad alimentaria, la gestión de los recursos naturales, el papel de la mujer en la agricultura, la nutrición y el bienestar alimentario, la pesca, el comercio mundial y la OMC, la privatización de la vida y los organismos genéticamente modificados, etc...

Otro de los temas abordados ha sido el de la reforma agraria y el acceso a los medios de producción. En el plenario en que se trató la cuestión de la reforma agraria intervino además de Egidio Brunetto dirigente del Movimiento de los Sin Tierra ( MST) de Brasil, Peter Rosset de la organización norteamericana Food First, Michel Merlet del IRAM francés y Jacques Chonchol agrónomo, actualmente profesor emérito de la Escuela de Altos Estudios de América Latina en la Universidad de Paris y ex ministro de Agricultura en Chile durante el mandato de Salvador Allende.

Para alguien llegado de Europa, esa Europa con un escaso 7 % de población activa agraria, con una agricultura protegida y excedentaria gracias a su Política Agraria Comunitaria, entusiasta en sus años jóvenes del grito popularizado en los años diez del siglo XX de los revolucionarios mexicanos de la "Tierra para quien la trabaja", le resultaba inicialmente paradójico y hasta fuera de lugar el resurgimiento de la vieja idea de la reforma agraria.

Pero a medida que se desarrollaba el debate y que se iban aportando uno tras otro datos sobre la situación de la propiedad de la tierra en América Latina, en Africa o Asia, parecía natural e incluso necesario el revivir aquella vieja esperanza que movilizó a millones de campesinos durante decenas de años.

Comentaba el representante del MST brasileño que en su país el 3% de los propietarios controla el 47 % de la tierra y que más de 20 millones de obreros agrícolas deambulan a lo largo de su inmensidad geográfica a la busca de un salario, privados de la propiedad de un pedazo de tierra. Esta situación es generalizable en mayor o menor medida a otros países de América Latina. Algo similar se puede decir de Asia o de Africa.

Cuando se sabe que el 70 % de la población mundial vive y trabaja en las zonas rurales, dependen para su sustento diariamente de su relación con la tierra, hay que prestar atención a lo que ocurre en lo relativo a quien detenta la propiedad de este medio de producción.

Pero si efectivamente la reforma agraria por la situación de crisis generalizada por la que atraviesa el campesinado a nivel mundial, cuyos efectos más evidentes son la nueva ola migratoria que se expande por todos los continentes, en un viaje en muchas ocasiones a ninguna parte, su reivindicación va acompañada de ciertos conceptos de la que estaba exenta la vieja consigna revolucionaria.

En este Foro de La Habana se ha retomado la cuestión de la distribución de la tierra pero con una serie de elementos añadidos, que de no aplicarse la harían inútil o inviable. Apuntamos algunos de ellos:

1. La reforma agraria tiene que ir acompañada de la ayuda a los campesinos de otros medios de producción adecuados para hacer rentable su trabajo (semillas, maquinaria, etc...).
2. El campesino tiene que percibir ayudas en créditos por parte del estado, así como la extensión y la vulgarización agraria necesaria.
3. Es necesario darle el máximo protagonismo a la mujer en este proceso de distribución de la tierra. La mujer en estos países con predominio rural y agrícola es en muchas ocasiones la principal fuerza de trabajo en la explotación familiar. Dejarla marginada en el proceso es un grave error.
4. El cultivo de la tierra por parte de los campesinos beneficiarios tiene que llevarse a cabo con el máximo respeto al medio ambiente. La recuperación de las culturas campesinas tradicionales, de las formas de producción originaria debe ser alentada desde los gobiernos y la investigación agronómica. El desarrollo agrario sostenible que evite la contaminación de los recursos hídricos, la desaparición de variedades autóctonas, la pérdida de la fertilidad de los suelos, etc... tiene que acompañar cualquier medida de reforme agraria.
5. Toda iniciativa en este sentido que no se base en una participación democrática de los campesinos, en formas organizativas de los mismos que controlen el proceso y lo estructuren, puede llevar igualmente a un proyecto bienintencionado pero fallido.
6. Es necesario igualmente alentar, cuando estos procesos de reforma agraria se produzcan, unas estructuras de comercialización que le den al campesino el control sobre el valor añadido, eliminando a aquellos, intermediarios innecesarios, que viven a costa del esfuerzo del campesinado.

Se quiso igualmente en los debates del Foro separar claramente la renovada reivindicación de la reforma agraria con las medidas propugnadas por el banco Mundial, disfrazadas igualmente con la misma terminología, pero que en realidad lo que pretende es abrir a nivel de estos continentes un mercado de la tierra. La tierra por razones históricas, en muchas regiones del mundo, es un bien inmovilizado que ante el proceso de globalización por el que atravesamos precisa ser liberalizado. No se puede admitir, bajo las premisas del Banco Mundial, que millones de hectáreas sean improductivas, en manos de latifundistas absentistas. Es necesario poner en el mercado esas tierras, hacerlas productivas, que generen productos agrícolas que luego circulen a través de los mecanismos del mercado interior o internacional.

Pero estas intenciones del BM no coinciden con las intenciones de los campesinos de estos países. Una reforma agraria a través del mercado implica un endeudamiento del campesino para poder adquirirlas, conlleva que las mejores tierras probablemente quedarán en manos de los antiguos propietarios y las más marginales y de peor calidad irán a manos de los campesinos que las puedan adquirir. La generalización del mercado de la tierra como reforma agraria en una falac ia que en vez de reforzar la economía campesina pretende, en opinión de los participantes de este Foro de La Habana dar salida a los inputs facilitados por las multinacionales o aumentar la cantidad de productos comercializados o transformados por estas grandes empresas.

Lejos quizás de estas renovadas inquietudes de las organizaciones campesinas de muchos países en vías de desarrollo, en Europa pensamos que todos han llegado a nuestro nivel de reducción de población activa agraria, que los niveles de productividad de los campesinos de todo el mundo son similares a los nuestros, que las posibilidades de abandono del mundo rural y el establecimiento en regiones urbanas implica situaciones tan poco traumáticas como las europeas.

Pero no es así y en este sentido se ha definido el Forum Mundial que sobre Soberanía Alimentaria está desarrollandose en La Habana.


Pasqual Moreno Torregrosa, Agrodigital
Pasqual Moreno Torregrosa és Dr. Ingeniero Agrónomo Profesor de la UPV
de Valencia.
Palacio de convenciones de la Habana, Cuba.Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria

 




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