M. Romero (P). Cuando estábamos en una dinámica de unidad y convergencia
entre los movimientos sociales, los atentados del 11-S provocaron
desorientaciòn y desconcierto. Incluso escuchamos augurios
sobre el declive del movimiento "antiglobalización".
Parecíó que "ellos" volvían a
decidir la agenda política. ¿Cómo se vivieron
estos acontecimientos en Vía Campesina?
P. Nicholson (R). Para Vía Campesina no cabe duda de
que el 11-S supuso un palo enorme. Por una razón práctica,
nosotros no tenemos una oficina central (en toda Vía
Campesina hay una estructura internacional mínima, de
una persona), somos una organización de base y eso nos
obliga a planificar con mucho cuidado y a centrar nuestros recursos
humanos en base a nuestras prioridades. Nosotros habíamos
programado una flotilla ciudadana para ir a Asamblea de la OMC
de Doha, habíamos programado una fuerte presencia en
la Asamblea de la FAO, habíamos realizados toda una planificación
de actividad con movimientos sociales para eso, y el 11-S acabó
con todo ello. Hasta que nos hemos puesto de nuevo las pilas,
el 11-S nos afectó en nuestra operatividad.
Las organizaciones de Vía Campesina han participado muy
activamente en los movimientos a favor de la paz y en contra
de la guerra, porque está muy clara la relación
entre la "guerra militar" y la "guerra neoliberal".
La aceleración del proceso de liberalización a
partir del 11-S es clara. Doha fue escandaloso en ese sentido.
P. Hablemos de Doha. Dentro del Estado Español la respuesta
ha sido muy débil, no porque se piense que no es importante,
sino porque, creo, no se sabe muy bien qué hacer. El
caso es que no ha habido acciones críticas con impacto
público, pese a que en Doha se han tomado decisiones
muy duras.
R. Las decisiones de Doha, muy en contra de muchos países
en vías de desarrollo, totalmente en contra de la sociedad
civil, se tomaron de un forma mucho más grave que en
Seattle, en un proceso mucho menos democrático internamente
y con un chantaje terrible. Y ahí Europa ha jugado un
papel de "lobo con piel de cordero". El papel de Europa
en este momento es clave. Europa está diciendo a la sociedad
que quiere una mejor globalización y lo que está
haciendo Europa es acelerar un proceso que ni EE.UU. lo hace.
Creemos que el papel de la UE en Doha ha sido feroz, internamente
ha sido de los que más ha machacado, más que EEUU.
P. ¿Vía Campesina tiene alguna opinión
particular sobre la política de "apertura comercial
a los países más pobres" que impulsa el comisario
europeo Pascal Lamy y que se conoce con el nombre de "todo
menos armas"?
R. Estamos en contra de eso. Hemos realizado numerosas acciones
con organizaciones africanas, tomando posiciones comunes contra
esa política. Decimos que este "acceso a los mercados"
es abrir los mercados a las multinacionales y que es destructor
de las culturas campesinas en origen y en destino, y que los
africanos igual que los europeos lo que necesitan es proteger
sus estructuras productivas. Las mismas organizaciones africanas
dicen que la prioridad es su propio mercado. Y hay datos muy
concretos. Norte África por ejemplo. Europa quiere que
desarrolle una agricultura de exportación hacia los mercados
europeos a bajo precio; y lo que ha ocurrido es que el Norte
de África ha perdido su propio mercado para sus propios
productos, no puede producir alimentos para su propia ciudadanía,
porque la importación de productos excedentarios europeos
le resulta más barata. Hemos destruido su propia cultura
productiva.
Por eso, la reivindicación de soberanía alimentaria
es muy importante para ellos, precisamente para los países
que se tienen que proteger de la voracidad de las agroesportaciones
europeas.
P. Un tema especialmente importante es el agua. ¿Qué
ha ocurrido con el agua en Doha?
R. El agua, los recursos naturales... En Doha lo que pasa es
que nuevamente se consolidó lo que mínimamente
se había acordado en Seattle, y se lanzan a tumba abierta
la mercantilización de las áreas que quedan. Y
el agua es un área importante. No sólo en relación
a las pesquerías, sino en relación a la compra
misma. Entre Brasil, Canadá y EEUU tienen el 60% de los
recursos hídricos del planeta y ahora mismo, el agua
y la energía son uno de los productos de mayor negocio
potencial y están empeñados en privatizarla.
En este contexto tiene una importancia grande el proyecto que
desarrollan las multinacionales para comprar y controlar la
Amazonía. Y aquí también las empresas europeas
son las más importantes: Vivendi, Abengoa, el Consorcio
de Aguas de Barcelona y a una escala más pequeña,
el Consorcio de Aguas de Bilbao que tiene una pequeña
participación en Asunción (Paraguay). Se trata
del la propiedad y también de la gestión. El agua
se está reparcelando.
Pero hay otro dato importante. El agua está sobre todo
en las montañas, y si nos fijamos, la guerra se está
haciendo en las montañas y ya se comenta que se ha "destruido"
el 50% del agua y esto está ligado al negocio de las
desalinizadoras. En Europa, por ejemplo, uno de los problemas
principales es la calidad del agua y la solución tecnológica
milagrosa es la desalinización, que ahora es un gran
negocio
P. Otro tema central son los transgénicos. Se están
recuperando contactos en Madrid para relanzar una plataforma
unitaria sobre este tema y creo que está haciendo mucha
falta.
R. .Hay una opinión de gente que históricamente
ha estado en contra de los organismos genéticamente modificados
(OGM) que plantea que "quién los controla".
Pero para la Vía Campesina el problema no es quien los
controla, sino que en sí mismo son destructores. Está
muy demostrado que el problema mayor es la contaminación
genética y que se está dando en todo el planeta
y eso está ligado a las patentes, a la dependencia que
nos someten al obligarnos a utilizar semillas de las multinacionales.
Por eso mantenemos que hay que luchar contra los transgénicos
y contra la investigación "a cielo abierto",
y la cuestión de la propiedad no afecta de ninguna manera
al fondo de la cuestión. No es una buena política
decir que lo peor de ello es que estén en manos de las
multinacionales; nosotros decimos que los transgénicos
en sí suponen una bomba retardada en la naturaleza. Por
ejemplo, en relación al maíz, la contaminación
en México y en toda Latinoamérica está
siendo una preocupación para las futuras generaciones.
P. ¿Tiene Vía Campesina una opinión sobre
el informe del PNUD que ha aceptado las tesis de las transnacionales
sobre los transgénicos, considerándolos "necesarios
para combatir el hambre"?
R. También está el informe de la FAO que dice
justamente lo contrario. Es obvio que los transgénicos
nunca van a alimentar al mundo. Fundamentalmente por una razón
práctica: hay que comprarlos, y si ya nos cuesta no pagando,
pagando es imposible.
P. Después de Doha, entráis en la preparación
de Porto Alegre. ¿Con qué objetivos principales
ha venido Vía Campesina?
R. Venimos, y esto lo trabajamos en diciembre en un Comité
Coordinador Internacional, con un objetivo primordial como es
consolidar el Foro Social Mundial como un Foro de los Movimientos
Sociales, en contra de quienes entienden que hace falta "institucionalizar
el Foro". Nuestra primera apuesta es para que sea una articulación
de las luchas y de las propuestas y en la que los movimientos
sociales tengamos un papel protagonista. Por esto nosotros en
la manifestación del primer día ocupamos la cabecera
de la marcha a propósito (nota: el cortejo de Vía
Campesina se colocó delante de la "pancarta de autoridades").
No fue casualidad.
En segundo lugar, para nosotros es muy importante lograr un
calendario de movilizaciones para este año y el que viene
y, en tercer lugar, nos gustaría comenzar un trabajo
de coordinación. No asumiendo Vía Campesina esa
necesidad, sino que entre los movimientos sociales hubiera una
relación humana que facilite una coordinación
para el futuro.
P. ¿Y tal como van las cosas -estamos en el ecuador
del Foro-, tu impresión es que la inquietud con la que
se había venido aquí se ha despejado? ¿Cuál
es la opinión de Vía Campesina: se van a alcanzar
los objetivos previstos?
R. Creo que los movimientos sociales vamos consiguiendo nuestros
objetivos. Está claro que otros también. Pienso
que los parlamentarios y las autoridades que están aquí
también estarán tratando de sacar tajada para
vender esto en beneficio propio a la vuelta, pero creo que nosotros
vamos adelante con nuestros objetivos. Pienso que el evento
del día 4 (la Asamblea final de los movimientos sociales
en la que se aprobó la Declaración) será
magnífico.
P. Vamos al calendario de movilizaciones. Vosotros estáis
empeñados en hacer del 17 de abril, un día importante
de movilización internacional.
R. Es un día de lucha campesina, pero no sólo
de Vía Campesina, porque queremos integrar la participación
de los movimientos sociales, hacer de ella una fecha ciudadana.
Este año va a tener tres ejes: un eje, de solidaridad
contra la represión del movimiento campesino (por ejemplo
contra quienes luchan contra las multinacionales de la energía);
el segundo, recursos energéticos, semillas, donde plantearemos
que las semillas son patrimonio de la humanidad y, en tercer
lugar, el área del comercio, el área del dumping,
porque constatamos que todos los productos alimentarios están
por debajo de los costos Nos posicionamos en contra del dumping,
y definimos el dumping como la comercialización de productos
por debajo de los precios de costo, tanto en origen como en
destino. Es decir, nosotros cuestionamos cómo está
organizado el comercio, porque no es un elemento de desarrollo
y defendemos su regulación. A fin de cuentas, los alimentos
son locales, no son globales y defendemos un marco totalmente
diferente. Los pueblos deben tener derecho a la soberanía
alimentaria, que en este caso significa protegerse de la importación
de alimentos baratos.
P. Otra fecha es la Asamblea de la FAO (9-11 de junio en Roma),
que hasta ahora no había despertado gran interés,
al menos no estaba en el calendario de luchas internacionales.
¿Por qué la destacáis tanto?
R. En el 96, en Roma, fue un evento muy importante. Ese año
nosotros lanzamos el concepto de "soberanía alimentaria"
y fue rechazado por el Foro Alternativo, debido a la correlación
de fuerzas que había en su interior. Ahora la soberanía
alimentaria es aceptada por todos los movimientos sociales e
incluso por algunos Estados.
Para nosotros es importante porque es un Foro sobre la alimentación
y la agricultura del mundo rural. Es un foro nuestro, en el
sentido de que ahí es donde vamos a desarrollar con mucha
más concreción sobre las políticas agrarias.
Y paralelamente en la Contracumbre donde sólo vamos a
participar entrte 600 y 800 delegados (no queremos masificarnos,
sino hacer un Conferencia reducida, muy representativa, pero
también muy concreta), se va a desarrollar el Foro Social
Ciudadano Italiano, con los que vamos a colaborar en la participación.
Pero queremos que el debate fundamental sea sobre el mundo rural,
la agricultura, la alimentación.
P. La siguiente fecha es Johannesburgo (Rio+10),
R. Bueno antes está la Cumbre UE-América latina
de Madrid. Estamos estudiando iniciativas importantes sobre
esto. Rio+10 es un concepto extremadamente complicado. Está
en manos de las ONGs norteamericanas, con una metodología
muy difícil, donde la integración de los movimientos
sociales y de las organizaciones campesinas es difícil
n Rio+10 se creo un segundo espacio de articulación entre
los gobiernos, la ONU y la sociedad civil. Se han creado toda
una serie de conferencias con una metodología de supuestra
integración de la sociedad civil. Es un fracaso. Y lo
es, porque es imposible que negocien sobre los mismos documentos,
los movimientos indígenas, sindicatos obreros, ONGs,
sindicatos campesinos y... las multinacionales del ramo. No
es posible negociar la agricultura sostenible con las agroquímicas.
Existe una contradicción por definición. Y esa
es la dinámica a la que se nos está obligando.
Entonces, allí el valor va a estar en los movimientos
sociales, la sociedad civil, para interrumpir ese proceso de
cooptación por parte de las instituciones y de ONGs que
tienen buena voluntad, pero... He vivido el proceso por dentro
y es terriblemente frustrante.
P- Termina diciendo algomás animoso
R. El valor de Rio+10, que se dará en África,
es que Vía Campesina va a hacer un encuentro campesino
africano la semana anterior y nosotros queremos intervenir en
el proceso de Rio+10, como intentamos aquí, con las organizaciones
campesinas africanas
Miguel Romero