Boletín Oficial de la Junta de Andalucía - Histórico del BOJA Boletín número 185 de 21/09/2005

3. Otras disposiciones

Consejería de Cultura

ACUERDO de 26 de julio de 2005, del Consejo de Gobierno, por el que se distingue con la Llave de Oro del Cante a don Antonio Fernández Díaz, Fosforito.

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Los orígenes de la Llave de Oro del Cante se remontan a finales del siglo XIX, cuando le es entregada a Tomás el Nitri, de forma espontánea, por un grupo de aficionados. En

1926, el sevillano Manuel Vallejo recibe la segunda Llave de manos del prestigioso cantaor jerezano Manuel Torre. Retomando la idea, Ricardo Molina y los demás organizadores del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, dedican la edición de

1962 a la Llave de Oro del Cante, que ganó el maestro Antonio Mairena. En 1983, la Junta de Andalucía, consciente del valor simbólico del galardón, promovió las actuaciones de orden jurídico tendentes a su protección y en el año 2000, mediante Acuerdo del Consejo de 5 de diciembre, concedió la Llave, con carácter excepcional y a título póstumo, a José Monge Cruz, Camarón de la Isla.

Antonio Fernández Díaz, Fosforito, nació en Puente Genil (Córdoba) en 1932 y tiene en su haber una dilatadísima vida profesional, iniciada desde muy joven, que le llevó a recorrer los pueblos y ferias de nuestra geografía. En 1956 se presentó al I Concurso de Córdoba, obteniendo todos los premios y sorprendiendo por sus conocimientos de los estilos. Ha recorrido España como primera figura del espectáculo Festival de Cante Grande y ha llevado el flamenco por Asia, Africa, Europa y Estados Unidos.

En 1981, Córdoba le nombró hijo adoptivo, celebrándose en su honor un homenaje organizado por el Ayuntamiento con la publicación de un libro, al cumplirse los veinticinco años de su triunfo en el concurso de Córdoba. Está en posesión del Premio Nacional de Cante de la Cátedra de Flamencología, de la que es miembro de número. Ha sido distinguido con el premio Compás del Cante, además de haber sido galardonado en numerosos certámenes. También ha sido miembro del jurado del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y numerosas instituciones y peñas-flamencas le han otorgado homenajes, insignias y trofeos. Fue nombrado hijo predilecto de Puente Genil, en 1986; Director honorario de la Cátedra de Flamencología, en 1987, año en el que la revista El Candil le dedicó un número monográfico.

Y así hasta los homenajes más recientes de la mayoría de colectivos culturales y flamencos de toda España, entre los que hay que destacar el Premio de Honor a la Maestría, de la Cátedra de Jerez (1997), el Premio Ondas (1998), el Premio "Pastora Pavón, Niña de los Peines", que, en su primera edición de 1999, le fue concedido por la Junta de Andalucía, amén de reseñar que desde el año 2001 el Concurso Nacional de Córdoba rotula con el nombre de Fosforito uno de sus premios, que en abril de 2004 recibió la Medalla de la Provincia de Málaga y que, meses después, en la Bienal de 2004, fue reconocido con el Premio 25 Aniversario al Cante.

Fosforito, que ha sido el cantaor que más veces encabezó todas las listas de posibles candidatos para la Llave de Oro del Cante y que cuenta con el respaldo del clamor popular, el respeto de los artistas, la admiración de la afición peñística y la consideración de los especialistas del género, presenta una trayectoria sin cotejo, tanto desde la calidad en la interpretación como desde la profesionalidad y la constancia implícitas en la vastedad de su obra, a lo que habría que añadir la jerarquía y el prestigio que encarna entre sus compañeros de profesión, su labor por la dignificación y universalización del arte flamenco, la relevancia de sus aportes creadores, la importancia de sus aportaciones a la revitalización de estilos en desuso y la labor desarrollada en el mundo del espectáculo así como en los festivales flamencos, de los que fue un pionero de su puesta en escena, recitales, conferencias y ciclos culturales.

A lo largo de su obra discográfica, que alcanza un total de 26 discos en los que el maestro evidencia ser un antólogo y dominador de todos los estilos, encontramos multitud de variantes que hoy son referencias indispensables para los aficionados, siendo muchas de ellas producto de un acto creador con el que Fosforito, además de representar una época, se erigiría en adelantado de su tiempo, al que anunció lo que habría de venir.

Un breve repaso a aquellas formas en las que hoy se reconoce la recreación de Fosforito son el polo, que popularizó a partir de 1956, y el zángano, la debla, el taranto de Almería, así como la estela que va desde los estilos malagueños a las variantes mineras, pasando por las formas más complejas como aquella seguiriya de Juanichi el Manijero (Comparito mío Cuco) que fue el primero en rescatar en 1967, o la soleá cordobesa de Onofre mejor acabada de cuantas fueron grabadas (A mi tierra, Córdoba, el año 1982).

A los cantes que anteceden, hay que sumar su aportación a los cantes de temporadas, como es el caso de las saetas, así como sus soleares apolás, cantiñas, tangos de Triana y Cádiz, etc., cantes que en su conjunto hoy conforman una sublime lección para formar una conciencia estética y un original ideal flamenco. Toda Andalucía está en la voz de Fosforito, cantaor que ha marcado el rumbo de los que hoy protagonizan el mundo del flamenco.

Desde estos presupuestos, en los caminos pedregosos y mágicos por el deambular de lo jondo quedaron encantadores atajos que preñaron de maestría y gloria al arte flamenco: El Fillo, Silverio, Tomás el Nitri, Enrique el Mellizo, Antonio Chacón, Manuel Torre, Manuel Vallejo, Pastora y Tomás Pavón, Pepe Marchena, Juan Mojama, Manolo Caracol, Antonio Mairena, Camarón de la Isla y otros intérpretes. Nunca tantos debimos tanto a tan pocos, y Fosforito, cantaor y poeta, es hoy la última página de esa brillante constelación de maestros que han enriquecido con estilos propios y diversos el panorama del Cante Flamenco.

En consecuencia, Fosforito es, en este camino por la

dignificación y difusión de la pureza flamenca, el portador del último estandarte. Muchos de sus cantes han recibido ya el troquel de la eternidad y su considerable y magistral obra hay que consultarla periódicamente porque seguramente no

encontraremos en la actualidad un análisis más rico en

enseñanzas, ni una lección tan llena de humildad, sensibilidad y arte instintivo.

Así lo han reconocido todos los colectivos que conforman el género (peñistas, artistas, críticos, escritores y

especialistas) en el XXXII Congreso Internacional de Flamenco celebrado en septiembre de 2004 en Mairena del Alcor

(Sevilla), e instituciones como las Diputaciones Provinciales de Córdoba, Jaén, Sevilla o Granada, que se han sumado a la petición que realizó la Diputación Provincial de Málaga, la que, recogiendo el sentir popular, institucional y

profesional, formalizó el 7 de febrero de 2005 la petición de la quinta Llave de Oro del Cante para Fosforito.

Al otorgar mediante este Acuerdo la Llave de Oro del Cante, el Consejo de Gobierno ejerce singularmente la actividad de fomento de la Cultura que estatutariamente tiene atribuida la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Por lo expuesto, al amparo de lo dispuesto en el artículo

26.15 de la Ley 6/1983, de 21 de julio, del Gobierno y la Administración de la Comunidad Autónoma de Andalucía, a propuesta de la Consejera de Cultura y previa deliberación en su sesión de 26 de julio de 2005, el Consejo de Gobierno adopta el siguiente

A C U E R D O

Distinguir, con la Llave de Oro del Cante, a don Antonio Fernández Díaz, Fosforito.

Sevilla, 26 de julio de 2005

MANUEL CHAVES GONZALEZ

Presidente de la Junta de Andalucía

ROSARIO TORRES RUIZ

Consejera de Cultura

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