APROBADO UN PLAN PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EL SECTOR DEL VACUNO ANDALUZ

 

La Junta inspeccionará toda la producción de piensos y harinas animales para evitar la entrada de sustancias prohibidas en la cadena alimentaria

 

El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy el Plan Coordinado contra la Encefalopatía Espongiforme Bovina, con el que se pretende garantizar la seguridad sanitaria de los alimentos procedentes del ganado vacuno destinados a consumo humano en Andalucía. El presupuesto global del plan asciende a 5.284 millones de pesetas, de los cuales 3.327 serán aportados por la Junta de Andalucía y el resto por la Administración central.

Esta iniciativa, consecuencia del grupo de trabajo creado por el Gobierno andaluz en noviembre del pasado año y en la que participan las consejerías de Agricultura y Pesca, Salud, Medio Ambiente y Gobernación, cuenta con la colaboración de la comunidad científica y, en particular, con la aportación del director del Laboratorio de Referencia para las Encefalopatías Espongiformes de la Universidad de Zaragoza, Juan José Badiola, uno de los principales expertos españoles en la enfermedad de las vacas locas. El documento, abierto a la participación de los sectores afectados, será entregado a partir de hoy a las organizaciones profesionales agrarias y otros agentes sociales para que lo enriquezcan con sus aportaciones.

El plan, que contará con 192 técnicos adicionales a los que ya trabajan en la lucha contra esta enfermedad , establece una serie de medidas para hacer prevalecer la seguridad alimentaria sobre cualquier interés productivo y económico, de forma que se recupere la confianza de los ciudadanos y se potencie un sector ganadero sostenible y competitivo. En concreto, se incluyen un total de 12 programas bajo el objetivo común de incrementar la calidad y fomentar la adecuada alimentación del ganado vacuno para consumo humano.

Estos programas se centran en la vigilancia de la enfermedad, el control de las sustancias que se emplean en la alimentación de los animales, la inspección de los establecimientos de transformación, la eliminación de los materiales de riesgo y la retirada de cadáveres de las explotaciones. En el aspecto de vigilancia, está previsto el análisis de 59.500 muestras en 2001, para lo cual se contará con el apoyo de los laboratorios de Sanidad Animal de Córdoba y Sevilla.

Las medidas de control de sustancias e inspección de establecimientos abarcarán tanto a las fábricas y envasadoras de piensos y harinas animales como a los almacenes de distribución, las explotaciones ganaderas y los puntos de ventas minoristas. Estas acciones se completarán con el control analítico de muestras en el Laboratorio Agroalimentario de Córdoba.

Harinas animales

En cuanto al caso concreto de la fabricación de harinas de carne y hueso, la Junta de Andalucía se compromete a comprar toda su producción para evitar daños al sector y prevenir posibles fraudes, con el compromiso de la eliminación inmediata de estos productos para asegurar que no entren en las cadenas de producción, distribución y comercialización. Esta medida afectará a las ocho fábricas que actualmente producen en la comunidad autónoma harinas de carne y hueso, cuya producción total alcanza las 100.000 toneladas anuales.

También se establecen programas de intervención de los mercados de carne de bovino –en los que se incluye la compra de animales mayores de 30 meses para su destrucción– y de fomento de la calidad de la carne, así como campañas de información y promoción del consumo. En el apartado divulgativo se prevé la introducción en la página web de la Junta de un espacio en el que se detallarán las acciones que se desarrollen, con el objetivo de ofrecer una información rigurosa y transparente.

El plan se completa con diversas líneas de acción para fomentar la investigación científica, impulsar los sistemas sostenibles de reproducción ganadera y organizar la identificación, registro y control del movimiento pecuario en la comunidad autónoma.

El sector ganadero andaluz representa alrededor del 15% de la Producción Final Agraria, con un valor de 167.000 millones de pesetas. Dentro de este sector, la cabaña ganadera bovina está integrada por 600.000 cabezas (aproximadamente un 10% del total nacional). En la comunidad autónoma funcionan actualmente 87 mataderos de rumiantes, en los que se sacrifican unas 135.000 reses vacunas al año, con una producción de 33.000 toneladas de carne.