El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó ayer remitir al Parlamento de andalucía el Plan Económico de Andalucía-Horizonte 2000, cuyo objetivo básico es propiciar un desarrollo económico y social sostenible favorable a la creación de empleo.
Este Plan Económico, anunciando por el presidente Manuel Chaves en su discurso de investidura y que ha sido debatido y acordado con los agentes económicos y sociales a través de las distintas fases de su elaboración, prevé una inversión aproximada de casi 1,2 billones de pesetas durante los años 1998, 1999 y 2000, lo que arroja una media de inversión de 386.000 millones de pesetas en cada ejercicio.
Entre los objetivos del Plan Económico de Andalucía-Horizonte 2000 cabe destacar, de un lado, la búsqueda de una auténtica mejora del bienestar de los andaluces, procurando que este proceso de desarrollo sea solidario, equilibrado y sostenible, aspecto este último que persigue garantizar la utilización racional de los recursos naturales y la protección del patrimonio natural, extendiendo el ejercicio de solidaridad a las generaciones venideras.
De otro lado, el PEA-Horizonte 2000 se plantea propiciar mejoras en el sistema productivo que permitan avanzar en la mejora de la competitividad, amplíen y diversifiquen la base productiva y potencien el desarrollo comercial como factor básico para hacer frente a la mayor competencia.
El Plan establece un conjunto de cinco grupos de políticas: las destinadas a factores y sectores productivos; bienestar social; ordenación y desarrollo territorial y, finalmente, políticas medioambientales, en el marco de una política general de desarrollo sostenible.
En el primer grupo, los factores productivos, se incluyen medidas destinadas al fomento y el desarrollo del tejido empresarial; los recursos humanos; las actividades de investigación y desarrollo tecnológico y el conjunto de infraestructuras de apoyo a las actividades productivas.
El segundo grupo funcional del PEA-Horizonte 2000, los sectores productivos, asigna políticas dirigidas a incidir sobre la base productiva de la economía andaluza, desde un enfoque de actuaciones integradas en objetivos y estrategias sectoriales, en las que destaca el mantenimiento del esfuerzo en sectores como el agroalimentario y pesquero, el comercial, la industria y el turismo.
En cuanto a las políticas de bienestar social, destacan las que se proponen contribuir a la universalización de los derechos sociales: educación, sanidad y cultura, así como las que inciden en la igualdad de oportunidades y luchan contra la exclusión social.
En cuarto lugar, las políticas de ordenación y desarrollo territorial se marcan como objetivo la difusión territorial equilibrada de los efectos del desarrollo económico de la comunidad.
Finalmente, las políticas medioambientales persiguen la compatibilidad del crecimiento económico con la preservación de los recursos naturales y los ecosistemas andaluces.