Del 20 de febrero al 30 de marzo de 2008 el Archivo Histórico Provincial de Huelva presentó en el Museo Provincial la exposición titulada "El Territorio, su Riqueza y sus Gentes".

La tierra ha sido tradicionalmente la fuente principal de riqueza. Y sin embargo, hasta fechas muy recientes el Estado se ha visto incapaz de sacar partido de ella por falta de medios para merdirla y valorarla.

Los proyectos del reformismo borbónico del siglo XVIII, seguidos en el siglo XIX por los programas políticos más avanzados de la revolución liberal, vinieron a suponer un incremento considerable en las necesidades financieras del Estado, con lo que conllevaba de aumento la carga fiscal. Por otra parte, las nuevas ideas imperantes exigían que esa carga se repartiera de manera más justa, más de acuerdo a lo que cada ciudadano poseía.

Naturalmente, el paso previo era conocer lo más exactemente posible qué bienes tenía cada contribuyente y cual era el valor de esos bienes, para así imponer una tributación proporcional. Había que hacer un catastro de la riqueza del país, y especialmente de la riqueza rústica que era la que generaba más capital.

La historia de la formación del catastro está plagada de dificultades técnicas, de recortes de presupuesto y falta de medios materiales y humanos, pero sobre todo de obstáculos puestos por los mayores propietarios para impedir su consecución. Ocultaciones, fraudes, corrupción, medidas de presión política hicieron que incluso los intentos más inspirados fracasaran.

Habrá que esperar hasta la segunda mitad del siglo XX para que vea la luz un catastro realizado con todas las garantías técnicas para desafiar el fraude. Y precisamente lo hace en un momento en que la tierra ha perdido su papel principal como generadora de riqueza y en que la contribución territorial cede el paso a nuevas formas de gravamen.