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Titulo octubre 2020

 

LA CAUSA DEL NUNCIO”: FRAUDE Y CONTRABANDO EN LOS AUTOS CRIMINALES DE LA REAL FÁBRICA DE TABACOS DE SEVILLA

 

Código de referencia: ES.41003.AHPSE/1.1.2.3.1.1.1.6/Fábrica de Tabacos de Sevilla,C-FT52

Título: Auto criminal contra Juan Rodríguez Garrido, nuncio del Tribunal de la Santa Inquisición, y otros acusados, por fraude

Fecha: 1751-02-01/1751-10-12. Sevilla

Nivel de descripción: Unidad documental compuesta

Nombre del productor: Fábrica de Tabacos de Sevilla

 

Juan Rodríguez Garrido, nuncio del Santo Oficio de la Inquisición, vivía en la calle Larga de Triana (actual Pureza) junto con sus cuatro hermanas y una sobrina. En febrero de 1751 las autoridades reciben noticia de que en el barrio de Triana se traficaba con tabaco de contrabando; la ronda del Resguardo (una especie de policía de Aduana) se persona en la casa del nuncio encontrando al registrarla 13 libras de tabaco de hoja en rama en manojos, según testimonio de los ministros del Resguardo (Auto y testimonio).

Así se inicia la llamada “Causa del nuncio”, auto denominado así en la propia documentación. Juan Rodríguez declara que había recibido el tabaco de Francisco Carrasco, quien a su vez lo había robado del navío Santo Cristo del Buen Viaje que transportaba la materia prima desde Cádiz a Sevilla, y que tenía como patrón a su hermano José Carrasco. Los tres son apresados en la Cárcel Real, donde finalmente en mayo de ese año fallece el nuncio a causa de “accidente y enfermedad de tabardillo” (tifus), siendo los otros dos reos sentenciados a trabajos forzados en las minas de azogue y a una multa de 30 ducados y costas del juicio, respectivamente. En el mismo sumario se acusa también a los dos ministros del Resguardo de Cádiz que custodiaban el barco y que no evitaron el robo. Ambos alegaron haberse dormido siendo condenados a la suspensión de sus empleos por seis meses.

En este auto queda patente la intromisión de las autoridades de la Inquisición en la Jurisdicción privativa de la Renta del Tabaco, llegando a solicitar la comparecencia de Antonio de Prado, uno de los visitadores del Resguardo, bajo pena de excomunión y multa de 200 ducados para que declare ante el Santo Oficio (Diligencia comparecencia). Ante este hecho se consulta al monarca y a su Real Junta del Tabaco que remiten copias de varias Reales Cédulas y Órdenes sobre la jurisdicción privativa de la Renta del Tabaco. Especialmente en la copia de la Real Cédula de 1701 sobre los defraudadores de la Renta, se indica: “sin que contra lo referido (…) pueda entrometerse a embarazar, ni impedir su execución ningún Consejo, Chancillería, Audiencia, Juzgado, ni Tribunal de estos mis Reynos y Señoríos, ni otros qualesquier juezes, y justicias de ellos; porque en quanto a eso los inhibo (...), porque privativamente tocan, (..) en primera instancia al Administrador General de la dicha Renta, (…) y en segunda al dicho mi Consejo de Hacienda, en la Sala de Millones”, más tarde en la Junta General del Tabaco. Uno de los rasgos jurídicos del Antiguo Régimen, es la existencia de jurisdicciones especiales junto a la jurisdicción ordinaria regia. Todas las jurisdicciones eran reales, no obstante el monarca otorgó y reconoció privilegios a algunas jurisdicciones, como es el caso de la Renta del Tabaco.

España en la primera mitad del siglo XVIII sufre una transformación administrativa del Estado a cargo de los Borbones que afecta principalmente a la Hacienda. El estanco del tabaco suponía un monopolio fiscal sobre la distribución y venta del tabaco con un fin recaudatorio, prohibiendo la libre circulación y venta del producto. La imposición de este monopolio se inicio con el arrendamiento de la gestión a cargo de manos privadas para pasar después a la administración directa del estanco a finales del siglo XVIII.

En el periodo que nos ocupa la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla se localizaba en su primera sede frente a la iglesia de San Pedro, hasta 1758 que comienza la actividad en el edifico de la calle San Fernando. Inicialmente producía tabaco en polvo consumido por las élites y con materia prima procedente de La Habana. La progresiva inclinación de los consumidores al tabaco de humo (cigarro y cigarrillos) obligó a incorporar tabaco de rollo de brasil, un género apto para este tipo de consumo y verdadera causa del contrabando en las fronteras nacionales. El tabaco salía de la capital de cada administración hacia los estanquillos de la ciudad (venta al por menor) y a las terceras o almacenes (para la venta al por mayor) por el sistema de venta a la décima (tenderos, abaceros y taberneros). Cualquier producto que fuera hallado al margen de los circuitos establecidos era considerado contrabando.

El cuerpo que se encargaba de la lucha contra el fraude eran los ministros del Resguardo de las Rentas Generales y del Tabaco formado, ente otros, por comandantes, visitadores, fiscales, escribanos, alcaides, ministros y marineros. Distribuidos en departamentos o partidos y a su vez organizados en unidades de a pie o a caballo (rondas) y también en embarcaciones.

El número de Autos criminales en los que se ven involucrados religiosos como en la “Causa del Nuncio” no son abundantes, según comenta Álvaro J. Romero, ya que se tratan de sumarios referidos principalmente a los trabajadores de la Fábrica. En la mayoría los religiosos aparecen refugiando a contrabandistas en conventos, acogiéndose a sagrado, almacenando mercancías ilícitas o traficando con pequeñas cantidades. Las pequeñas extracciones de causas entre 1740-1750 son realizadas por los trabajadores de la propia Fábrica, son operarios, porteros, etc, pero también hay miembros del cuerpo de oficiales o incluso se llega a acusar al superintendente José Antonio Losada en dos ocasiones, terminando en la segunda por ser condenado en 1766. En el caso de la mayoría de los trabajadores, el oficio solía ser inestable y no muy bien pagado, sobre todo los empleos más bajos. Y aunque el personal solía tener privilegios y derechos traducidos en exenciones tributarias y militares, éstos se desvanecían en periodos de severas necesidades. Por ello los hurtos corresponden más a una necesidad de supervivencia completando sus salarios que a un deseo de enriquecerse.

Se entiende por Autos los expedientes que conservan los documentos relativos a un proceso judicial. Se inician con una descripción del delito cometido, para luego poner en marcha todo el proceso penal con la declaración del acusado, registro de su casa, declaraciones de testigos, acusaciones y defensas, acabando con la sentencia.

Los Autos criminales (1671/1792) conforman una subserie del fondo documental de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, con una rica información descriptiva referida a delitos violentos, fraude o contrabando. Ocupan en total 17 legajos. Se conserva en el fondo documental de la Fábrica de Tabacos de Sevilla un "inventario general" que incluye el "inventario general de autos criminales" que relaciona los autos criminales de 1670 a 1730 (año, número y resumen del auto). Se contabilizan en este inventario del siglo XVIII un total de 941 autos, la mayoría referidos a fraudes de tabaco, de los que se han conservado una mínima parte (un 7,6 % de los relacionados) siendo por tanto la única información disponible sobre los sumarios de ese periodo. Actualmente se encuentra digitalizado y disponible para su consulta (signatura L-FT1461, fols 128rº-226rº relacionados en los Autos inventario 1 al 3, 113vº en Autos inventario 4):

-Autos inventario 1

-Autos inventario 2

-Autos inventario 3

-Autos inventario 4

Los procesos criminales constituyen un material de especial riqueza para la investigación, para penetrar en el análisis del delito, así como en el estudio de la justicia y la disciplina en el Antiguo Régimen. Se pueden estudiar aspectos referidos a los lugares donde de encarcelaba a los acusados (en los inicios de la Fábrica de San Pedro en la Cárcel Real y la de la Santa Hermandad) o los tipos de delitos más habituales (la aprehensión o robo de tabaco, el fraude o contrabando, en menor medida también homicidio, amenazas o agresiones). Es interesante el estudio de las penas que a diferencia del derecho penal actual, en el cual las penas buscan la corrección moral, la reeducación o reinserción social de los penados, en el Antiguo Régimen el fin perseguido por la ley era el represivo, por ello nos encontramos penas de azotes, trabajos forzados en las minas de azogue, Almadén, presidio en África o destierro. Las penas variaban en relación con la condición social, si el preso era noble podían ser eludidas o rebajadas si se demostraba hidalguía. Por otra parte las necesidades de la Corona tendían a propiciar penas específicas como los trabajos forzados en las minas de azogue o Almadén.

Asimismo es posible analizar en los autos las cantidades que se extraían para consumo propio o para la venta; las formas de extracción (en tarugos o vejigas de carnero llenas de tabaco e introducidas en el recto, en las ropas, hojas mojadas y pegadas al cuerpo, en los zapatos, en fundas de almohadas o en papeles a modo de empanadas, etc.) o las razones dadas por los inculpados para el delito de fraude (entre otras, para consumo, mantenimiento familiar por pobreza, o más variopintas como el caso de heridas en los pies). Por otra parte las declaraciones de los acusados y testigos suponen una documentación muy descriptiva y rica en detalles lingüísticos a través de expresiones, datos sobre las prendas de la época donde escondían el tabaco o calles y elementos urbanísticos de la Sevilla del siglo XVIII, hoy desaparecidos.

 

Bibliografía consultada:

  • LUXÁN MELÉNDEZ, Santiago y HERNÁNDEZ SOCORRO, María de los Reyes. “La fábrica de Tabacos de Sevilla durante la gestión de José Antonio de Losada (1744-1764): Fiesta y corrupción”. Scripta artium in honorem prof. José Manuel Cruz Valdovinos. [Alicante]: Universidad de Alicante, pp. 972-989, 2018. [en línea][Consulta: 28 de agosto de 2020]. Disponible en web: https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/56295/2/Fabrica_tabacos_Sevilla.pdf 
  • RODRÍGUEZ GORDILLO, José Manuel. La Difusión del Tabaco en España: Diez estudios. Sevilla: Universidad de Sevilla. Fundación Altadis, 2002
  • RODRÍGUEZ GORDILLO, José Manuel. Inventario general de Autos de la Renta del Tabaco. Reino de Sevilla 1637-1730. Sevilla: Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, 1978
  • ROMERO RODRÍGUEZ, Álvaro Javier. “A la sombra del privilegio, El clero en las redes de contrabando tabaquero de Sevilla, 1740-1760”. Estudios sobre la corrupción en España y América (siglos XVI - XVIII). Colección Historia, 25. Almería: Editorial de la Universidad de Almería, pp. 369-384. 2017
  • ROMERO RODRÍGUEZ, Álvaro Javier. “Fraude y conflictividad en las Reales Fábricas de Tabacos de Sevilla (1740-1759)”. Familia, Cultura Material y Formas de Poder en la España Moderna. Madrid: Fundación Española de Historia Moderna, pp. 785-793, 2016. [en línea][Consulta: 28 de agosto de 2020]. Disponible en web: https://digital.csic.es/bitstream/10261/133973/1/III%20Encuentro%20J.Investigadores_Valladolid_2015_pp.785-793_Romero_Rodr%c3%adguez.pdf
  • SOLBES FERRI, Sergio. “Recaudación de rentas, control contable y ejecución del gasto. Las reformas combinadas de la Renta del Tabaco y la Tesorería General en el siglo XVIII español”. De Computis: Revista de Historia de la Contabilidad, Vol. 13, Nº. 25, pp. 137-160, 2016. [en línea][Consulta: 28 de agosto de 2020]. Disponible en web: http://decomputis.org/ojs/index.php/decomputis/article/view/256

 

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