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Día del Trabajo: Emigrantes onubenses

Autor: Archivo Histórico Provincial de Huelva

Se muestran datos sobre los onubenses que emigraron a otros países en busca de trabajo.


30/04/2018

El Instituto Español de Emigración (IEE) se crea en 1956 cuando España se adhiere a la Comisión Intergubernamental para Migraciones Europeas y se encargó de gestionar la emigración (Registro Central de Emigración) apoyado en La Ley de Ordenación de la Emigración de 1960 y la Ley de 1971. Este organismo autónomo fue desde 1958 dependiente del Ministerio de Trabajo.

Según las cifras oficiales del Instituto Español de Emigración entre 1959 y 1973 emigraron a Europa un millón de personas, pero los datos oficiales no recogen la emigración no oficial, que incrementaría de manera muy importante esta cantidad.

Aunque tradicionalmente las emigraciones tenían como destino principal Sudamérica, en la década de los sesenta el flujo migratorio se dirigió a países como Suiza, Alemania, Francia, Reino Unido, Bélgica y Holanda tras pactar con los países del sur de Europa contratos de trabajo para cubrir sus necesidades laborales, en principio para el trabajo en las minas y a partir de 1962 principalmente en la industria (metalurgia) o la agricultura, y también en la construcción y los servicios (servicio doméstico, hostelería etc).

El mismo desarrollo económico que propició el crecimiento demográfico, especialmente en el mundo rural, supuso un factor de expulsión, mientras en los países receptores, el desarrollo, especialmente industrial supuso un factor de atracción. Estas características vincularon la emigración a la situación económica del país receptor y estableció un flujo de salidas y retornos anuales, hasta 1973 que el retorno tendió a ser definitivo,

El perfil del emigrante era varón joven de entre 20 y 40 años casado y trabajador agrícola, y en muchos casos y con el tiempo, le acompañaban la familia. Los emigrantes tenían un contrato de trabajo , establecido entre el IEE y las autoridades de los países receptores, por un periodo de un año renovable o temporero por 8 meses. Este organismo recibía la oferta de trabajo de los distintos países y se encargaba informar sobre las condiciones de trabajo a los trabajadores de las listas de demanda de empleo en el extranjero. Examinadores de los países receptores seleccionaban a los más aptos y finalmente les proporcionaba la imprescindible Cartilla Sanitaria tras un examen médico.

Dentro del desequilibrio económico de España, Andalucía era la región española que contaba con un mayor volumen de emigrantes en números absolutos al tener unos altos índices de natalidad y de paro.

En Huelva, ante la escasez de alternativas entre la explotación minera en crisis y una agricultura afectada por la explotación forestal del eucalipto, que no podía asumir el excedente de mano de obra, y a la espera de la implantación efectiva del Polo de desarrollo, en el entorno de la Ría de Huelva, la emigración fue una válvula de escape de la presión económica y social como en muchas provincias españolas.

Esta emigración en un corto periodo de tiempo ayudó a una desaceleración del crecimiento demográfico de la provincia, incluso que fuera negativo, excepto la capital que fue receptora de gran parte de la movilidad interprovincial, mientras se producía la despoblación de una parte de su territorio

Sirva como ejemplo las estadísticas del año del 1968 de los Expedientes de emigrantes del Fondo documental de la Delegación Provincial del Ministerio de Trabajo en Huelva que se custodian y conservan en el Archivo Histórico Provincial de Huelva. 
 


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