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Arch-e. Revista Andaluza de Archivos

Nº 2  20 enero 2010


2.3. Los archivos de empresas: un estudio comparativo

José Andrés González Pedraza20 enero 2010

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José Andrés González Pedraza
Archivo de Sociedad Anónima Hullera Vasco-Leonesa


Resumen

En este artículo se realiza una aproximación a los archivos de empresas, definiéndolos, estableciendo su tipología y analizando sus rasgos distintivos. Igualmente se describe la realidad de estos centros en Europa y en España, dando a conocer los principales archivos empresariales y los documentos que ellos custodian.

Este artículo es un extracto de la ponencia presentada en las Jornadas sobre los archivos del mundo del trabajo, celebradas en Sevilla entre los días 11 y 12 de noviembre de 2008.


Abstract

This article presents an introduction to company archives by defining, categorizing and analyzing their specific features. It also describes the actual status of such centers in Europe and Spain specifically, presenting the contents of their main business archives and the records under their management.

This article is an excerpt of the speech given at the Conferences on Labor Archives, held in Seville, 11-12 November, 2008.


Palabras clave: Archivos de empresas, Política archivística, Historia de los archivos, Fondos de  archivos

Keywords:  Business Archives, Archival Policy, History of Archives, Archival Sources     


 
1.    Introducción

En 1909, el primer archivero del grupo alemán Siemens, Karl Burhenne, afirmaba que el archivo era un lugar particular que en la empresa mantenía vivo el recuerdo de un principio vital, y convertía en útiles para el presente experiencias preciosas adquiridas con muchos sacrificios.

En la actualidad, el archivo en la empresa ha añadido a su tradicional imagen de archivo histórico la de ser un importante instrumento en la gestión de los documentos y la información dentro de la entidad. Es el cambio de la perspectiva del archivo en el tránsito de ayer a hoy.

Este artículo tiene por objeto el estudio de este proceso en los principales países europeos y en España, sobre todo a través del contexto en el que los archivos se han desarrollado: la política, la legislación, la investigación científica, los cambios en la vida empresarial, entre otros. El resultado son varios modelos de archivos de empresas que corresponden a distintas tradiciones nacionales.
 

2.    Tipos
 
El archivo de empresa es el conjunto de documentos recibidos y generados en el desarrollo de sus funciones por las sociedades mercantiles, necesarios para el cumplimiento de sus objetivos de producir y comercializar bienes y servicios, para la defensa de sus intereses y utilizados también para la configuración de una imagen de marca corporativa.

Además de un conjunto de documentos, el archivo de empresa es también un centro insertado dentro de la organización de distintas maneras y con distintas relaciones jerárquicas y funcionales, con el objetivo de diseñar y poner en marcha una política de gestión de los documentos, sea cual sea el momento de su ciclo vital.

El archivo de empresa comparte con el resto de archivos las razones de su existencia y las funciones que desempeñan. Son, como el resto, conjuntos de documentos que materializan las funciones propias de la organización y que son utilizados para la gestión administrativa primero, y más tarde para la investigación y la búsqueda de antecedentes, en último término para la investigación. Sus funciones son también la organización, custodia y servicio de documentos. Como los archivos públicos, tienen también su dimensión legal para la propia empresa y son, utilizando la conocida expresión, un almacén de derechos y obligaciones. La planificación archivística no es distinta a la que debemos afrontar en el resto de archivos, tampoco los soportes con los que se trabajan ni los instrumentos de organización y difusión. Tampoco los procedimientos de instalación son diferentes y están afectados por las mismas normas de conservación preventiva. Todos los archiveros en las empresas aspiran y tienen como objetivos el desarrollo de una Archivística integral que tenga por objeto el documento en las distintas etapas de su ciclo vital.

En todos los países existen tres grandes tipos de archivos de empresas:

-Archivos creados y mantenidos por las propias empresas, sean públicas o privadas bien solamente como archivos históricos, bien como centros que intervienen, en mayor o menor grado, en la gestión de los documentos a lo largo de su ciclo vital. En este caso, el archivo en la empresa influye directamente en la gestión administrativa, manifiesta todo su valor como centro de gestión y de información, y el profesional archivero tiene la oportunidad de desarrollar todas las posibilidades de la profesión en sus aspectos de organización y difusión, comprobando los resultados de su aplicación en un entorno activo. Estos archivos están mantenidos para fines propios de la empresa que le aportan beneficios (investigación, marketing, gestión documental etc.).

-Archivos incluidos como fondos documentales en los centros públicos a nivel local, regional y nacional y que han sido incorporados por compra, legado, donación, depósito etc. Son fondos documentales cerrados pues las entidades productoras ya no existen y su interés radica, en estos casos, en su valor cultural y testimonial, como prueba de unos modos de gestión que ya desaparecieron. La creación de archivos específicos con contenido económico, como pueden ser los archivos regionales alemanes o el gran centro de archivos de Roubaix, en Francia, son soluciones basadas en la cooperación y en la concentración de recursos para su mejor utilización.

-Archivos gestionados por empresas ajenas proveedoras de servicios. Es una solución adoptada en los últimos años, denominada también subcontratación o externalización. Presionadas por la necesidad de reducir costes, las empresas se centran en los procesos de producción y ceden o subcontratan los procesos de gestión y administración a empresas especializadas. En el caso de los archivos, se pueden dar distintos grados, desde el compromiso para la organización documental hasta el compromiso añadido de la custodia en locales externos a la empresa.


3. Características

Los archivos de empresas tienen una serie de características que los hacen muy peculiares, convierten su estudio en una compleja tarea que tiene múltiples derivaciones y campos de estudio. Gran parte de esta complejidad deriva de la misma naturaleza de la empresa como sujeto histórico, sujeto económico y sujeto social, una especie de microcosmos en el que se producen múltiples interrelaciones. El archivo, como reflejo del órgano productor que es, asume esta complejidad. Su función dentro de la empresa depende de la naturaleza legal, de la edad de la empresa, de su tamaño etc. Las características específicas de los archivos de empresa que se señalan a continuación no han afectado de forma estática a los diversos centros, sino que han modelado su forma de ser y de presentarse hacia el exterior, y son los principales factores que explican el estado actual de estos archivos:

-El riesgo de destrucción y dispersión por diversas razones. En primer lugar, las fusiones, compras y concentraciones de empresas hacen que la identidad empresarial cambie o desaparezca. Con una nueva dirección, con una nueva sede, los riesgos de dispersión y destrucción aumentan. En segundo lugar, la supresión por motivos económicos, en un proceso de racionalización económica y ahorro de costes diseñado por la dirección de la empresa. En tercer lugar, la exposición histórica a los conflictos de clase: en distintos momentos históricos, la radicalización de las relaciones sociales y el surgimiento de las figuras del proletario y del empresario en la industria moderna, ha conducido a tensiones que han desembocado en la destrucción de bienes empresariales como símbolo de la destrucción de la opresión sobre el trabajador. Finalmente, la localización en sitios degradados desde el punto de vista medioambiental, sobre todo en el caso de los archivos industriales. La contaminación ambiental ha influido en el estado de conservación de los soportes documentales.

-Los documentos de los archivos han estado afectados por el derecho democrático a la propiedad privada y a la protección del derecho exclusivo sobre actividades mercantiles que desarrollan nuevos diseños y nuevas técnicas, así como el derecho a la propiedad intelectual. La propiedad privada de los bienes ha supuesto un obstáculo para la aplicación y generalización de las políticas nacionales en materia de patrimonio documental. Así, a los archivos de las empresas que son privadas solamente les ha podido afectar el derecho general de la administración pública a la inspección sobre actividades privadas cuando se trata de la defensa de intereses generales, como puede ser la conservación del patrimonio documental que, por su antigüedad o su importancia, ya forma parte del patrimonio común de todos los ciudadanos. En cuanto a los documentos que han mantenido su valor legal y financiero, les ha afectado la exigencia de obligaciones y responsabilidades en materia fiscal y mercantil que ha desarrollado ampliamente en la legislación la administración pública.

-El archivo de empresa sirve, en primer lugar, a la empresa que lo ha creado y, como tal, predominan los objetivos de rentabilidad. El propio carácter de las empresas determina que al archivo se le exija flexibilidad, innovación, reciclaje, iniciativa, eficiencia, eficacia, y todo ello tanto en archivos cuyo trabajo incide en los aspectos históricos y culturales de los documentos como en aquellos cuyo trabajo incide en la gestión administrativa. El archivo ha sido medido en su funcionamiento con los mismos criterios con los que la empresa se desenvuelve en el mercado. Consecuencia de ello, el archivo en la empresa privada ha redefinido su imagen clásica para convertirse en un intermediario entre los clientes y el objeto de la gestión (los documentos) y ofrecer servicios que deben cubrir de forma satisfactoria la demanda de los clientes de acceder a la información de forma organizada y en el menor tiempo posible.

-El archivo puede ser suprimido por motivos económicos como cualquier otro departamento de la empresa cuando la dirección concluye que el valor de su utilidad no compensa los gastos de mantenimiento. La experiencia demuestra que las empresas, obligadas por unos imperativos de rentabilidad, no siguen incluyendo en sus presupuestos capítulos que son vistos exclusivamente como de  naturaleza cultural. Si el archivo es contemplado exclusivamente como un producto cultural que no está integrado en la cadena de la gestión administrativa dentro de la empresa, las razones para prescindir de él serán mayores que las razones para mantenerlo. Por el contrario, si el archivo es visto como un departamento especializado en la organización, tratamiento, valoración, selección y difusión de documentos, con el que el resto de la empresa comparte instrumentos de trabajo (calendarios de conservación, relaciones de entrega, bases de datos compartidas, hojas de préstamo), y al que se le solicitan de forma regular sus servicios, una vez creada la necesidad, las razones para su continuidad serán mayores y también los perjuicios derivados de su supresión.

-El archivo de empresa no ha estado protegido por ninguna legislación específica que determine su creación y mantenimiento. Las disposiciones en materia de archivos de empresas se encuentran implícitas en las normas generales en vigor que existen en todos los países sobre archivos y patrimonio documental y, dentro de ellas,  en los apartados dedicados a los archivos privados. En general, los documentos protegidos por su consideración patrimonial deben superar los 100 años, existiendo una laguna normativa sobre su conservación desde el momento en que dejan de ser útiles para la gestión y finaliza su valor legal y fiscal, hasta que cumplen los 100 años. Las normas legales han impuesto la conservación de documentos en las empresas como testimonio de sus actividades mercantiles, pero de forma individual, nunca ha sido contemplado el carácter orgánico de la producción de documentos y la relación que existe entre las diversas series. Tampoco ha existido nunca la obligación de crear y mantener archivos como centros de conservación y gestión, sino que se ha actuado "a posteriori", intentando evitar la destrucción de los documentos que han logrado por la fortuna y el azar atravesar el tiempo y los siglos.

-Los documentos de los archivos están afectados por todas las disposiciones que en los diferentes sectores establecen la obligatoriedad de la creación y conservación de los documentos por un periodo de tiempo determinado por motivos de gestión, inspección y auditoría. Así, por ejemplo, disposiciones en materia de seguridad, utilización de equipos y maquinaria, normativa laboral, normativa contable, normativa fiscal, instrucciones técnicas, normativa sobre medio ambiente, entre otras. En 1997, la Guía de plazos de conservación editada por la Asociación de Archiveros Franceses recopiló más de 150 textos reglamentarios que afectaban a los documentos de las empresas.

-El tradicional aislamiento. Generalmente, el archivo de empresa no ha formado parte de un sistema o red dentro del cual comparta medios, órganos y servicios, como consecuencia de la idea de que su carácter, en la mayoría de los casos, privado, excluía esta posibilidad. Con carácter general, tampoco ha estado presente en los debates profesionales que han caracterizado la profesión, como la descripción, las nuevas tecnologías, la formación o la normalización. Así, han predominado las soluciones particulares y las vías privadas de afrontar los problemas. Este hecho ha determinado su tradicional aislamiento y la aparición de situaciones muy diversas y radicalmente distintas. Es necesario señalar que en este aspecto se ha podido constatar un cambio porque el nivel profesional de los archiveros en las empresas ha aumentado de forma significativa, así como su formación, que hoy día parte de los mismos centros docentes que el resto de archiveros. En consecuencia, en el archivo de empresa se han aplicado conceptos y técnicas archivísticas de uso común y se han realizado experiencias de difusión (publicaciones, participaciones en congresos) en otro tiempo inimaginable.

-El archivo de empresa es una unidad de información y, como tal, complementa las actividades que desarrollan otras unidades de información en la empresa como la Biblioteca y el Centro de Documentación. Esta complementariedad tiene efectos beneficiosos en su conjunto, y cada uno en su ámbito, para el conjunto de la organización y para el servicio a la investigación. Las características de la gestión empresarial, la inmediatez y la necesidad de solventar con la mayor rapidez posible los procedimientos, lleva a la consideración de los documentos no solamente como conjuntos agrupados de forma natural que son medios de prueba, sino también por la información que contienen.

-En la actualidad, y como última característica, el archivo en la empresa está afectado por los avances tecnológicos y de los procesos de gestión. La empresa moderna ha asumido y puesto en práctica los cambios en los procesos de gestión del personal y de las actividades mercantiles que imponen la administración electrónica y el consumo masivo de aplicaciones informáticas, resolviendo de forma automatizada procedimientos que antes eran manuales (gestión de facturas, gestión del personal, gestión de impuestos). Esta es una tendencia en la que los archivos no han participado pero de la que no pueden excluirse como tampoco pueden el resto de las áreas de actividad empresarial.


4.    Los archivos de empresas en Europa

En Europa, la creación de centros de archivos de empresas ha sido la consecuencia de dos hechos:
 

  • El desarrollo de importantes escuelas de historia económica. Los estudios de historia empresarial han venido detrás, como una faceta de la historia económica que ha estudiado el desarrollo de las grandes empresas y su influencia en la economía nacional, y que se ha afianzado en los departamentos universitarios. Los historiadores han demandado fuentes, han exigido documentos.
  • La tendencia a las conmemoraciones. En este caso, el impulso de una persona, presidente, propietario o alto directivo, ha sido determinante para la recogida y organización de los documentos.


Para las grandes empresas europeas, la mayoría de las cuales han sobrepasado los cien años de actividad, el valor de sus archivos en la actualidad reside en la identificación de la propia empresa con su memoria como una imagen ante la sociedad. También, además de la importancia del documento como testimonio, han descubierto la ventaja de mantener archivos organizados como soporte de información para la toma de decisiones.

Una de las características de los archivos de empresas en Europa es el predominio del sector bancario y del sector industrial. Ambos son sectores con una amplia implantación en la vida económica europea y con larga tradición. En lo que respecta al sector bancario, prácticamente todos los grandes bancos europeos mantienen su archivo; en lo que respecta al sector industrial, se ha podido constatar una situación ambivalente. Por una parte, la industria europea ha tenido un enorme peso específico en el panorama internacional y de esta importancia ha derivado la creación de archivos emblemáticos; por otra parte, el proceso de cambio de la industria europea ha sido muy traumático y ha llevado a la desaparición de sectores antes muy potentes, como la minería, con las pérdidas masivas de conjuntos documentales que solamente han podido atenuarse con políticas públicas e iniciativas colectivas de salvamento.

La situación de los archivos de empresas en Europa está muy vinculada al modelo económico en el que los órganos productores, las empresas, se han desenvuelto. Así, de acuerdo con la sistematización realizada por Teresa Tortella, se pueden diferenciar dos grandes modelos:
 

  • Existen países con un importante sector público, como Francia, donde el Estado ha tomado la iniciativa para establecer normas de acceso y conservación de los archivos de las empresas en grandes centros públicos.
  • Existen países, como Reino Unido y Alemania donde las grandes empresas han tomado la iniciativa de conservar sus propios archivos y, cuando esto no ha sido posible, han tomado la iniciativa las universidades (en Reino Unido) y las autoridades regionales (en Alemania).



4.1. Alemania

Los primeros centros de archivos de empresas contemporáneas fueron creados en Alemania, muy vinculados a la pujanza de su escuela histórica. Las firmas Krupp (Essen, 1905), Siemens (Munich, 1907) y Bayer (Leverkusen, 1907) fueron pioneras en Europa en reunir sus archivos en un centro específico organizado.

En Alemania, las grandes empresas han conservado sus propios archivos (además de las mencionadas, también Rheinmetall o el Grupo Haniel, AEG, BMW, Daimler Benz, Volkswagen, Deutsche Bank) mientras que las empresas más pequeñas han depositado sus archivos en centros regionales de archivos económicos ligados a las empresas y con un apoyo fundamental de las Cámaras de Industria y Comercio. Por eso, la institución de los archivos regionales de empresas es bastante común en Alemania y es su diferencia característica respecto a otros países.

Hoy hay seis centros regionales con documentos de empresas. El primero se creó en Colonia (1906) fruto de la colaboración entre las cámaras de comercio prusianas de Renania y Westfalia, y el último en Leipzig (1993). El resto de centros se crearon en Dortmund (1941), Stuttgart (1980), Munich (1986) y Darmstadt (1992). Los centros disponen de fondos empresariales de empresas ya desaparecidas y de empresas que aún subsisten, estableciendo la modalidad de acogida en cada caso. Hoy son claves en el proceso de globalización de las grandes empresas alemanas, con sus integraciones y desintegraciones, y están respondiendo adecuadamente a un fenómeno que ha tenido consecuencias desastrosas para los archivos.

El archivo de Dortmund es de los más importantes.  Dispone de ocho kilómetros de documentación pertenecientes a 300 fondos de empresas, que solamente en los últimos 10 años se han multiplicado por dos, lo que demuestra los cambios estructurales producidos en el sector industrial alemán y su consecuencia en los archivos.

Los archivos de Krupp, Siemens y Bayer hoy todavía existen y con una gran importancia. El Archivo de Krupp (1905) fue creado en las instalaciones de la residencia familiar de los Krupp en Villa Hügel, para la preparación de los actos del centenario de la empresa en 1911, año en que se publicaron dos volúmenes, además de numerosos estudios internos. Los bombardeos sobre Essen en 1942 ocasionaron la destrucción de un 10% del archivo. De nuevo la celebración del 150 aniversario de la empresa, en 1961, impulsa los trabajos en el archivo y su organización de acuerdo con los principios archivísticos.

El Archivo de Thyssen (1965) fue creado por iniciativa de August Thyssen, con motivo del 75 aniversario de la empresa. En 1999, tras la fusión con Krupp, se creó el Archivo ThyssenKrupp como centro corporativo del nuevo conglomerado industrial con sede en Duisburg, manteniendo el archivo histórico de Krupp en Villa Hügel de Essen, dentro de la Fundación Alfred Krupp.

El Archivo de Siemens (1907) es uno de los archivos empresariales más importantes de Alemania. Fundado por iniciativa personal de Wilhelm von Siemens, que el año antes había impulsado también la creación del Museo Siemens, tuvo mucho que ver en su fundación la cercana celebración del sesenta aniversario de la creación de la empresa en Berlín. Karl Burhenne, que se convierte en su archivero desde 1909, inició el proceso de recogida del material documental histórico de la empresa y generalizó la norma de enviar al archivo los documentos que hubieran superado los diez años de antigüedad. Después de la guerra, en 1954, el archivo es trasladado de Berlín a Munich, donde hoy está la sede central. En 1999 estrenaron un nuevo edificio en Berlín diseñado por el arquitecto norteamericano Richard Meier, muy próximo a los departamentos de la sede central de la empresa. Desde allí se coordina también la actividad de los archivos de Siemens en Zurich y Viena, que testimonian la actividad de la empresa en Suiza y Austria, respectivamente y de los archivos que mantienen la rama de la ingeniería médica de Siemens (Erlangen, Alemania) y la rama de la generación eléctrica (Berlín). Entre todos, forman desde 2004 una red de archivos descentralizada que funciona como depósitos de documentos históricos. Hoy, el archivo ha cumplido su centenario, dispone de casi 4 kilómetros lineales de documentos, solamente en la sede central de Munich, y garantiza un acceso rápido a la información sobre la historia de Siemens AG y todas las empresas relacionadas.
 
Finalmente, el Archivo de Bayer (1907), en Leverkusen, custodia más de 5 kilómetros de documentos en papel, fotografías, películas y publicaciones, que se conciben como una contribución a la cultura corporativa de la empresa.

En Alemania, los documentos creados y almacenados por las empresas son propiedad privada y su conservación debe atenerse a las normas mercantiles, que establecen un periodo de 10 años para los principales libros de contabilidad ya desde el siglo XIX. Para algunas ramas industriales como el hierro, el acero y la química hay regulaciones especiales. Por ejemplo, las cámaras de comercio tienen la obligación legal de mantener organizados sus documentos con profesionales o bien de transferir sus documentos a los archivos regionales.


4.2. Reino Unido

Siguiendo la corriente que provenía de Estados Unidos en cuanto a la atención a los documentos económicos de las empresas (en la década de 1920 diversas empresas estadounidenses pusieron sus documentos a disposición de la Universidad de Harvard, y en ella los profesores transmitían a los alumnos las enseñanzas que ofrecía la historia de cada organización para los futuros gestores y administradores) en Reino Unido se crea en 1934 el Business Archives Council para la preservación de los archivos empresariales de especial importancia. Está integrado por organizaciones empresariales, bibliotecas, museos, instituciones privadas, archiveros e historiadores. Bajo su patrocinio se crea la revista "Business Archives: Sources and History" que aparece semestralmente. También editan varios boletines de noticias al año y patrocinan publicaciones sobre aspectos concretos de la empresa británica. Sus responsables lograron desde su creación conectar con muchos banqueros y empresarios, a los que informaron sobre la importancia de mantener sus archivos. Extendieron el interés del estudio de la historia empresarial y se convirtieron en un foro de encuentro entre empresarios, archiveros e historiadores. También ofrecen actualmente  asesoramiento y cursos de archivística empresarial en las universidades. Así, por ejemplo, los cursos para postgraduados en la Universidad de Liverpool. El Business Archives Council ha tenido y sigue teniendo un papel fundamental en la sensibilización sobre la importancia de los archivos de empresas.

Hay que destacar el papel de las universidades británicas, ya que sus archivos incluyen numerosos fondos empresariales. La característica del modelo británico en cuanto a archivos de empresas son los importantes fondos que se han conservado gracias a las universidades. La mayor parte de las universidades del Reino Unido incluyen fondos empresariales de contenido local, regional o nacional, muchas veces concentrados según los sectores.

Destaca, sobre todas, la Universidad de Glasgow en Escocia (documentos de más de 1.200 sociedades que ocupan más de 8 kilómetros lineales). Este caso es el que más se puede aproximar a un centro público que sirva como lugar de recogida de archivos de empresas, ya que en el Reino Unido esta modalidad de custodia no existe.

El número de archivos de empresas en el Reino Unido con archiveros a su cargo ha crecido sin cesar, a causa del valor creciente que han adquirido, tanto la historia como la administración estratégica de los documentos. Según los cálculos del Business Archives Council, actualmente más de 70 empresas han constituido sus archivos y permiten el acceso a sus documentos.

Existen archivos concretos de gran entidad. Por ejemplo, el archivo de la Compañía de las Indias Orientales se encuentra en la British Library. Fue una compañía mercantil que llegó a mediados del siglo XIX a tener bajo su jurisdicción a la quinta parte de la población mundial y era un Estado dentro del Estado. La información incluye desde su nacimiento en 1600 hasta 1858 en actas, libros de contabilidad, escrituras, correspondencia etc.
British Petroleum tiene su archivo dentro de la Universidad de Warwick (más de 4 kilómetros de documentos) con información de toda su actividad a escala mundial en el siglo XX, incluida la Anglo-Persian Oil Company y la Anglo Iranian Oil Company.

El Archivo Rotschild fue creado en Londres en 1978 por iniciativa de Víctor Rotschild para recuperar y organizar la documentación de esta familia, ampliamente conocida por su influencia en la política y la economía europeas. Desde su creación, el archivo ha recuperado los documentos de los bancos y de las sedes de negocios de Londres, Francfort, Nápoles, París y Viena. Desde 1999 está gestionado por el Rotschild Archive Trust, independiente de los miembros de la familia, para asegurar el futuro de la colección.

Finalmente, la Guidhall Library de Londres comenzó a recoger archivos de empresas desde la década de 1950 y actualmente tiene uno de los conjuntos más importantes del mundo, con archivos de bancos, aseguradoras, agentes de cambio y bolsa y otras empresas de la City londinense.


4.3. Francia

Francia no tiene ninguna legislación específica para los archivos de empresas pero se ven muy afectados por la legislación estatal, por las características del modelo económico francés, donde el sector público es muy considerable bajo la forma de empresas nacionalizadas o compañías mixtas.

De ahí que las primeras iniciativas para conservar los documentos empresariales provinieran del sector público en una época en la que comenzaba, además, la consideración académica de la historia empresarial, como parte de la historia económica.  La Dirección de Archivos de Francia puso en marcha un plan desde 1949 para salvaguardar los archivos de empresas y procurar a los historiadores las fuentes indispensables para su trabajo. Desde ese año, funcionó un servicio dentro de los Archivos Nacionales, sobre todo motivado por un interés histórico. Su primer responsable, Bertrand Gille, era un estudioso de la historia económica, salvó una gran cantidad de documentos y desarrolló un sistema de clasificación aún hoy en uso. Fue, además, el autor del capítulo dedicado a los archivos económicos en el manual francés de archivística editado en 1970. Los propios Archivos Nacionales editaron en distintos años (1957, 1975 y 1995) los inventarios de los fondos empresariales que custodiaban en la sección AQ, que era el resultado de los trabajos, primero del mencionado Gille y, posteriormente, de Françoise Hildesheimer, Isabelle Guérin-Brot y Bertrand Jolly. En 1980 los Archivos Nacionales de París publicaron asimismo "Les Archives des Entreprises: Conseils pratiques d´organisation" redactado por Guérin-Brot, obra que incluye todos los principios fundamentales para la selección, la clasificación y la conservación de los documentos, y que se reeditó en 1989.

En 1993,  se creó el Centro de Archivos del Mundo del Trabajo (desde 2006 Archivos Nacionales del Mundo del Trabajo) que ha llegado a recoger en 50 kilómetros de estanterías conjuntos documentales de más de 100 empresas pertenecientes a 28 sectores de actividad diferentes (muchos de ellos de la serie AQ que estaban en los Archivos Nacionales de París). Uno de los últimos ejemplos de la actuación del Centro de Archivos de Roubaix, que además tiene relación con el ámbito español, es la recogida y organización desde el año 2005 de los  documentos de Metaleurop Nord, que fue la primera fundición de plomo y zinc de Europa, en el Paso de Calais, en Noyelles-Godault. Metaleurop era heredera de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (Córdoba) creada en 1881 y que también fue líder mundial del zinc. En 2007, Metaleurop se convirtió en Recylex, uno de los principales grupos europeos del reciclaje. Para los documentos de Noyelles-Godault, se desarrolló un programa original de salvamento de archivos, mediante el cual se seleccionaron y clasificaron los documentos en los mismos locales donde se encontraban en origen, con la colaboración técnica de los archiveros de Roubaix y la aportación personal de los extrabajadores de la fundición, imprescindibles por su experiencia en el funcionamiento de la fábrica. Los Archivos Nacionales del Mundo del Trabajo se encuentran en la antigua fábrica de algodón Motte Bossut, que data del siglo XIX, está en el centro de la ciudad y ha sido totalmente rehabilitada en su interior para acoger los depósitos y dependencias del archivo, respetando su aspecto industrial y fabril en las fachadas. Este edificio está dentro del proyecto de renovación del urbanismo de la ciudad, después de la crisis de la industria textil, y se sitúa en un entorno de ocio y centros comerciales realizados a partir de los restos de las antiguas factorías.

Al igual que los Archivos Nacionales, los 95 departamentos de la Francia continental están interesados en los archivos de empresas que contengan documentos de interés histórico y patrimonial. Para el conjunto de los archivos que son de menor volumen y que no han sido transferidos al centro de Roubaix, los archivos departamentales aparecen como la columna vertebral de la política francesa de salvaguarda de archivos de empresas.

Así, los 8 archivos departamentales de la región de Rhône-Alpes incluyen 293 fondos empresariales y casi 6 kilómetros de documentación. La región es el polo industrial más dinámico de Francia, con ciudades como Saint Etienne, Lyon y Grenoble. En 1993, con la dirección de François Robert, editaron el inventario de estos fondos, con una noticia histórica sobre cada empresa.

También hay que mencionar el Centro Renano de Archivos de Empresas creado en el edificio La Fonderie de Mulhouse en 1983 bajo el patrocinio de Mulhouse Industrial y de la cámara de comercio local, para salvaguardar la herencia industrial alsaciana. Dispone de unos 3,5 kilómetros de documentación de 109 fondos distintos que datan desde el siglo XIX. Además de recoger los fondos empresariales, el conjunto de especialistas del centro asesora a las empresas sobre la mejor manera de organizar y conservar sus documentos y participa en el diploma de estudios superiores sobre técnicas de archivo de la Universidad de Alsacia. El diploma fue creado en 1976 por iniciativa de la industria alsaciana y el archivo municipal de Mulhouse. Desde 2004 tienen un convenio con la universidad alsaciana de formación y apoyo a la docencia.

Las grandes empresas también sostienen sus propios archivos. Roger Nougaret ha contabilizado recientemente un total de 47 compañías con archiveros propios (TotalFina Elf, Renault, Saint Gobain, Crédit Lyonnaise, Crédit Agricole, Air France, France Télécom, Altadis, Société Générale, Sanofi Aventis, Electricité de France EDF, Société Nationale des Chemins de Fer SNCF, Charbonnages de France CdF, entre otros).

Deben destacarse varios archivos por su importancia. El archivo de Eléctricité de France (EDF-GDF) reúne en la sede de París información sobre más de 1.400 sociedades relacionadas con la electricidad y el gas antes de la nacionalización de 1946.

Los archivos de Saint-Gobain y Sanofi Aventis son dos ejemplos de centros que revalorizan el patrimonio histórico de la empresa a la que pertenecen y, además, tienen una función importante en la organización para la que trabajan. Saint Gobain es un grupo empresarial con una gran tradición que nace en 1665 cuando Colbert crea las manufacturas reales del vidrio. Hoy, tiene más 1.400 sociedades repartidas por 51 países del mundo. En 1970, su presidente, Roger Martin, manifestó expresamente  la deuda que tenía, en su carrera profesional, con el estudio de la historia y las relaciones que había descubierto entre la historia empresarial y la gestión, y consiguió que un archivero de la administración (Maurice Hamon) fuera destinado desde los Archivos Nationales a los archivos de la empresa para organizar toda su contribución a la historia y, además, para hacer frente a los problemas cotidianos. El archivo quedó adscrito a la Secretaría General y su campo de acción debía extenderse a todos los documentos independientemente del momento de su gestión. En 1979 se inauguró en Blois el nuevo edificio del archivo, con 50 kilómetros de capacidad, concebido para ofrecer sus servicios a todas las filiales de Saint-Gobain. El archivo es, en la actualidad, un centro autónomo que se autofinancia con las aportaciones por los servicios que ofrece y se organiza jurídicamente dentro de la legislación francesa como un proveedor de servicios (grupo de interés económico). Los asociados, en la actualidad más de 150, pagan una cantidad por los servicios que reciben que incluyen: metros lineales utilizados, organización de archivos administrativos, establecimiento de calendarios de conservación, respuesta a las consultas y organización de exposiciones, entre otros.

Por su parte, el archivo de Sanofi Aventis trabaja para una de las multinacionales farmaceúticas más importantes del mundo y, mediante un sistema integral de gestión de la documentación, defiende los intereses del grupo dentro de las políticas de defensa de la propiedad industrial y de las patentes.

Finalmente, la Asociación de Archiveros Franceses incluye una sección para los archivos económicos y de empresas, que tiene más de 300 miembros. Se dividen en varios grupos de trabajo que han elaborado documentos interesantes sobre distintos aspectos como la seguridad de los archivos o los requisitos que deberían tener en cuenta aquellas empresas que desean externalizar sus archivos y dejar su gestión en manos de empresas de servicios. Esta guía está dirigida a los responsables de las empresas, para ayudarles a encontrar la mejor relación calidad-precio.


4.4. Italia

Italia ha contado con una historiografía económica muy centrada en los temas medievales, dada la pujanza de las actividades mercantiles de las ciudades italianas en la Edad Media. Para esta época, uno de los referentes es el conjunto documental que forman los Archivos Datini, custodiados en el Archivio di Stato de Prato y gestionados por la Fondazione Istituto Internazionale di Storia Economica "Francesco di Marco Datini".Se trata de un conjunto formado por los documentos de las empresas de Datini entre 1363 y 1410, con más de 150.000 cartas y 600 libros de contabilidad, a los que se han aplicado modernas técnicas de digitalización. El conjunto de documentos mercantiles se considera el más importante de Europa para su época. El Archivio di Stato de Prato se encuentra en el mismo Palazzo Datini, que es un edificio que data, en su primera fábrica, del siglo XIV.

El interés por los documentos de las empresas contemporáneas nace también, como en otros países, dentro del ámbito de la historia económica. La obra de Valerio Castronovo sobre Fiat en 1971 y la mesa redonda sobre archivos de la empresa industrial organizadas por la administración pública en 1973 se consideran los puntos de partida de la historia empresarial en Italia y las aportaciones que le siguieron en la misma década tuvieron todas en común un considerable trabajo de archivo.

La labor de sensibilización y la llamada a la responsabilidad de las empresas públicas y privadas hacia sus archivos comenzó a dar sus frutos en la década de 1980. Ansaldo, la gran empresa constructora y mecánica que nació en 1846 creó en Génova su archivo histórico en 1980, un acontecimiento innovador en el panorama italiano. En el año 2000, la Fundación Ansaldo amplió sus actividades a toda la región de Liguria, convirtiéndose en el primer archivo económico territorial de Italia e intentado así trasladar y fomentar el modelo alemán. El Archivo Ansaldo ocupa hoy en Génova un edificio de enorme valor arquitectónico y artístico como es la Villa Cattaneo que data del siglo XVII y que perteneció, primero a los Grimaldi, y luego a los Cattaneo, hasta que en 1978 la adquirió la empresa Ansaldo.

El Centro Studi per la Documentazione Storica e Economica dell´ Impresa, promovido por el propio Castronovo, fue el promotor de organizar numerosos archivos empresariales como los de Alfa Romeo, Fiat y Enel, entre otros, además de uno de los mayores logros de la historiografía empresarial en Italia: los cinco volúmenes de la Storia dell´ industria elettrica en Italia publicados entre 1992 y 1994, y los nueve sobre Storia dell´ Ansaldo aparecidos entre 1990 y 2002.

El caso más señalado fue el de Fiat que en 1987 inició un pormenorizado examen de sus fondos archivísticos hasta concretar un proyecto de mayor alcance, como fue la publicación de las fuentes documentales y la apertura de un centro de estudios para los investigadores. El archivo de Fiat está abierto a la investigación y tiene su sede en el edificio emblemático de Corso Dante de Turín donde nació la empresa. Conserva más de 5 kilómetros de documentos, relativos a la historia industrial del grupo.

En el sector financiero, la Banca d´ Italia fue precursora, con la publicación del inventario de su archivo en 1993. A continuación, otros bancos como el Banco di Roma o el Banco di Napoli, entre otros, organizaron también su patrimonio documental.

Existen dos iniciativas de gran interés en archivos de empresas. La necesidad de dar continuidad a la investigación llevó a un grupo de investigadores a crear la Associazione di Studi e Storia dell´Impresa en Milán en 1983. Transformada en fundación en 1986, editó 18 números de la revista Archivi e Imprese de 1990 a 1999, denominada Imprese e Storia desde el año 2000 al 2004 y transformada en la revista on-line Culture e Impresa desde el año 2004, con el apoyo añadido de la Fundación Ansaldo y del Consejo Internacional de Archivos. Por su parte, la desaparición en 1999 del gran instituto de la empresa pública italiana, el IRI, llevó a la creación de la Fundación IRI que, entre sus proyectos, incluye la ordenación del inmenso patrimonio archivístico de todas las empresas que dependían de cada sector.

Finalmente, la Asociación Nacional de Archiveros (ANAI) incluye un grupo de trabajo dedicado a los archivos de empresas, para coordinar y ofrecer un marco de discusión sobre los problemas comunes. Existen también dos manuales de archivos de empresas, uno a cargo de Paola Carucci  y M. Messina (1998 "Manuales d´archivistica per l´impresa", Roma, Carocci, 1998)  y otro escrito por Bonfiglio Dosio (2003 "Archivi d´impresa. Studi e proposte" Padova, Cleup).

En resumen, los archivos de empresas en Italia viven hoy un momento positivo, muy ligado a una historiografía empresarial que es una de las más pujantes y prolíficas a nivel internacional.


4.5. Bélgica

La legislación belga en materia de conservación de archivos de empresas está muy dispersa y es muy diversa. Las compañías deben respetar todas las normas mercantiles que obligan a unos plazos de conservación de los documentos, pero la conservación a largo plazo no está contemplada, y las transferencias a los archivos públicos dependen de la buena voluntad de las empresas.

La amplia difusión de la arqueología industrial en Bélgica y las destrucciones que han acompañado a los procesos de reconversión industrial, con sus cierres, liquidaciones y fusiones, han sido los impulsores del movimiento de conservación y recogida de los archivos, primando el valor histórico, patrimonial y testimonial de los documentos de las empresas.

Desde su fundación en 1982, el Centre d´Histoire des Sciences et des Techniques de la Universidad de Lieja ha tenido como objetivo la recuperación de todo tipo de patrimonio industrial de la región valona. En 2004, y bajo su dependencia, se abría un centro de estudios sobre la industria minera del carbón que ha recuperado más de 500 archivos industriales y los ha depositado en el Archivo de Estado de Lieja.

La Association pour la valorisation des archives d´entreprises (AVAE) es la asociación belga más antigua en esta materia. Fue creada en 1985 por iniciativa del Barón Coppée para la promoción de la gestión racional del patrimonio archivístico de las empresas y su difusión y para desarrollar en el seno de las entidades un sentimiento de responsabilidad hacia su patrimonio documental. Es, pues, una idea que nace del sector empresarial, en el momento en que se organizan y depositan en los Archivos Generales del Reino de Bruselas los documentos del Grupo Coppée, después de su fusión con Lafarge. Reúne a representantes de las universidades de Bruselas y Lovaina, los Archivos de Estado regionales, los Archivos Generales del Reino en Bruselas, además de empresas y otras asociaciones. La fórmula original de AVAE es su intermediación entre las empresas y los Archivos de Estado, su papel de punto de contacto entre el sector público y el sector privado. La asociación asesora a las empresas en la organización de sus archivos y ofrece posteriormente la posibilidad de gestionar el depósito de esos archivos en los centros públicos. En más de 20 años de existencia, AVAE ha ayudado a salvar y organizar más de 8 kilómetros de archivos de más de 300 empresas, muchas de las cuales ya han desaparecido, absorbidas por otras.

Un archivo importante es el del Grupo Delhaize, un distribuidor alimentario y cadena de supermercados repartido por 8 países que nació en 1866 cerca de Charleroi. La exposición celebrada en 1992 con motivo de su 125 aniversario tuvo un enorme éxito entre los visitantes y la prensa, y los directivos de la empresa decidieron seguir recopilando la herencia documental y en 1998 contrataron a un archivero. El archivo cubre el período que comienza en 1867 y se ha enriquecido con las transferencias de los departamentos de la empresa, que son responsables de sus documentos, además de donaciones, depósitos y compras.


4.6. El consejo Internacional de Archivos (Sección de Archivos Económicos y del Mundo del Trabajo)


El Consejo Internacional de Archivos (CIA) nació en 1948 y los archivos de empresas habían sido tratados en varios congresos internacionales desde el primero en París en 1950. Su importancia y el creciente interés hacia ellos de los investigadores llevaron a la creación en 1974 de un Comité de Archivos de Empresas, por iniciativa de los archiveros británicos del Business Archives Council, para establecer directivas sobre su tratamiento, conocer su situación en todo el mundo y estimular las publicaciones. Después de diversas encuestas y de los informes recibidos desde distintos países sus trabajos  se materializaron en 1983 con la monografía "Business Archives. Studies on International Practices" que se pretendía una guía para el trabajo de los profesionales. De los resultados se concluía la evidencia de que el grado de desarrollo de los archivos de empresas variaba de forma notable de unos países a otros y que su uso mayoritario era con fines históricos.

En 1988 el CIA decidió convertir el Comité en una Sección de Archivos Económicos y Laborales, abierta a todas las instituciones relacionadas con la empresa y el mundo laboral, para el estudio, desarrollo y promoción de todas las cuestiones relacionadas con estos archivos, como la selección y el acceso, como instrumento de cohesión internacional y un lugar de encuentro profesional para los archiveros de empresa. En la actualidad, la Sección tiene más de 100 miembros, con un comité directivo de 20 miembros y un comité ejecutivo más reducido de 6 miembros. Los informes de situación se han sucedido desde el de 1996 ("Overview of Business Archives in Western Europe"), siendo especialmente significativo el de 2004, presentado en el Congreso de Viena ("Business Archives: in International Comparison") y actualizado en 2006. Desde 2004, el objetivo del ICA SBL ha sido disponer de informes individualizados y actualizados de la situación existente en el mayor número posible de países. En la actualidad, existe el plan de separar las secciones para constituirse en distintas la de empresas y la de archivos laborales.

Un ejemplo significativo de la realización de proyectos ideados en el CIA es la "Guía de fuentes sobre inversiones extranjeras en España 1780-1914" realizada por Teresa Tortella, del Archivo del Banco de España, y editada en el año 2000. La idea se remonta a 1984, cuando el Comité celebró su reunión en Colonia (Alemania). Uno de los temas allí tratados fue la relación existente entre los archivos de empresas y el estudio de la historia empresarial en cada país. Dado que existen países, como España, en que este estudio no puede obviar el impacto de las inversiones extranjeras, se consideró útil elaborar una guía de fuentes sobre inversiones extranjeras. La guía ofrece información suministrada por 53 archivos pertenecientes a 7 países: Alemania (5), Bélgica (3), España (20), Francia (14), Holanda (1), Italia (2) y Reino Unido (8).


5. Los archivos de empresas en España


5.1. De ayer a hoy

El término "archivos de empresas" se ha introducido muy recientemente en España ya que anteriormente estos archivos eran prácticamente inexistentes. Sin embargo, la empresa contemporánea española ya está esbozada en el siglo XVIII ilustrado y se afianza en los periodos de acumulación de capital de finales del siglo XIX y con las iniciativas públicas puestas en marcha desde 1939. En España, una legislación favorable favorece desde el siglo XIX la creación de numerosas sociedades en las que el capital extranjero inglés, francés y belga tienen un papel muy importante. De esta legislación podemos destacar: el Código de Comercio de 1825 y el de 1885, la Ley de Sociedades por Acciones de 1848, las leyes bancarias de 1849, 1851 y 1856, la Ley General de Ferrocarriles de 1855, la Ley de Sociedades por Acciones de 1869, las leyes sobre minería de 1825, 1849, 1859 y 1868, entre otras.

De la mayoría de estas empresas hoy nada se sabe. Su nombre ha permanecido en las estadísticas y registros pero sus documentos han desaparecido víctimas del desinterés, de la depredación, de los conflictos y de las transformaciones empresariales. En este contexto, el retraso español en la puesta en marcha de proyectos de organización y conservación de archivos de empresas ha sido evidente por varias causas, que han sido señaladas por Eduardo Núñez:

  • El tradicional retraso en la incorporación de España al proceso industrializador.
  • El escaso arraigo de una cultura empresarial.
  • El desarrollo tardío de los estudios de historia económica.
  • El desentendimiento generalizado de los especialistas en patrimonio.

 
Hay que tener en cuenta la situación de la que se partía hace pocas décadas. Entonces existía una nula consideración de los archivos en las empresas, en el caso que existieran. Reunidos por simple acumulación, los documentos eran expurgados sin ningún tipo de criterio. Cuando existía un archivo, se le suponía gestionado por personas sin ningún tipo de preparación, mal atendido en lugares inadecuados y cerrados a cualquier investigador. Aún teniendo en cuenta este retraso, observado el asunto con la perspectiva del tiempo, la situación de los archivos de empresas en España ha cambiado sustancialmente en las últimas dos décadas por las siguientes razones:

-La bibliografía sobre los archivos de empresas españoles ha aumentado en las revistas especializadas.

-El número de sitios en Internet dedicados a su existencia e informando sobre ellos está en aumento.

-Los archiveros de las empresas están presentes en coloquios y congresos donde aportan sus experiencias y la situación de los archivos en los que trabajan, dan conocer los programas de descripción de los fondos documentales y opinan sobre la aplicación de las normas archivísticas que afectan a todos los profesionales.

-La historia económica ha convertido a la empresa en uno de sus objetos de atención, como unidades de producción de nuestro tiempo a partir de las cuales se puede estudiar la estructura económica general del país, puesto que queda fuera de toda duda la importancia de la empresa en el desarrollo de una nación. En muchos programas docentes de gestión y administración de empresas se incluye la historia de la empresa como una disciplina en la que se analiza la evolución de la figura histórica del empresario y los casos concretos de estrategias empresariales paradigmáticas de éxitos, fracasos o adaptaciones al entorno.

-Las empresas han modernizado sus estructuras organizativas acorde con un número creciente de exigencias normativas nacionales y comunitarias. Por un lado, la necesidad de mantener procesos documentados ha llevado a la puesta en marcha de archivos como centros específicos mantenidas por profesionales titulados en la gestión de la documentación administrativa; por otro lado, debido a una mayor conexión de la empresa con la sociedad de la que forman parte, han desarrollado un amplio elenco de iniciativas culturales en las que han tenido su lugar la creación y mantenimiento de archivos históricos.

-La mayor sensibilidad social hacia la recuperación y conservación de la memoria industrial, sobre todo después de los procesos de reconversión industrial de la década de 1980. La transmisión de la memoria colectiva no es posible sin la conservación de todos los restos materiales, incluidos archivos, que unen a los colectivos con su entorno.

De manera que diversas circunstancias han confluido para que hayan existido avances positivos en lo que respecta a la gestión de los documentos dentro de las empresas con distintos fines.


5.2. Los sectores

Por sectores, cabe destacar:

-La importancia de los archivos de las pequeñas compañías mercantiles, comercios, negocios familiares en activo a lo largo de varias generaciones. Son archivos locales y de pequeño tamaño, que generalmente han sido salvados gracias a la intervención de los archivos municipales y de los archivos histórico provinciales.

-La importancia de los archivos bancarios, lo cual coincide con la realidad de otros países europeos, donde el sector bancario ha organizado mayoritariamente sus archivos. En España cabe destacar los trabajos realizados por dos centros: primero el Archivo del Banco de España, un Archivo con más de 40 kilómetros de documentos relacionados con sus actividades desde 1782. Abierto a los investigadores desde 1982, es uno de los principales archivos españoles y, además, referencia imprescindible por sus trabajos para el conocimiento de los Archivos de empresas en España; y segundo, el Archivo del BBVA, un archivo histórico fundamental para conocer la banca industrial en España y pionero en el desarrollo de series de publicaciones sobre sus fondos (las colecciones "Informaciones. Cuadernos de Archivos", "Estudios bancarios" y "Estudios económicos").

-La importancia de los archivos de empresas mineras, que viene a dar testimonio de la importancia histórica de este sector en el desarrollo económico español y en la creación de capitales, infraestructuras y mercados. Hay dos archivos de referencia en este sector: el Archivo de Hullera Vasco-Leonesa, creado en 1989 por la empresa para conservar la memoria de más de veinte sociedades de la minería del carbón en León y Palencia y para realizar tareas de gestión documental integral dentro de la organización. En este sentido, ha elaborado normas técnicas (Reglamento del Archivo, normas de transferencias) y editado la "Guía del Archivo de Hullera Vasco-Leonesa", que contó con la colaboración del Ministerio de Cultura, entre otras publicaciones y trabajos sobre los archivos de empresas en España; y el Archivo de la Fundación Riotinto, un conjunto documental de extraordinaria importancia por su significación histórica y su entidad (más de 28.000 unidades de instalación).


5.3. Elementos positivos

-La presencia en foros profesionales y el aumento de la bibliografía. El Primer Congreso sobre Archivos Económicos de Entidades Privadas celebrado en el Banco de España y las actas que se editaron en 1983 han sido el primer intento serio de realizar un diagnóstico sobre la situación de la gestión de los documentos de las empresas en el ámbito español. La mayoría de los participantes fueron investigadores del ámbito universitario que por diversas circunstancias habían tenido acceso o conocimiento de los documentos, excepcionalmente gestionados por profesionales archiveros. Las referencias a los fondos empresariales eran muy vagas, se sospechaba de su existencia pero no se podía asegurar que existieran archivos organizados. El mérito de esta iniciativa fue llamar la atención sobre la dispersión de estas fuentes primarias y la falta de atención hacia los documentos de quienes han sido protagonistas del desarrollo económico español. 

En 1991, la directora del Archivo del Banco de España, Teresa Tortella, realizó la primera contribución española al estado general de la cuestión con un artículo en "Archivi e imprese", nº 3, 1991 en el que destacaba el lamentable estado de los documentos empresariales y el retraso con respecto a otros países. Teresa Tortella ha presentado también diversos informes al CIA sobre España en 1996 y 2004, como representante española en esta Sección.

Desde finales de los años 1990 la bibliografía se ha ampliado de forma considerable en cuanto al número y en cuanto a los temas a tratar, sobre todo gracias a la incorporación de archiveros profesionales en las empresas y a la introducción de esta materia en las Universidades bien a través de Cursos de Verano o en las asignaturas sobre Archivística.

En 1999 Eduardo Núñez incluye por primera vez en su manual "Organización y gestión de Archivos" un capítulo dedicado a los archivos de empresas desde el punto de vista de la gestión y la planificación de un sistema de archivos dentro de la empresa. Desde el mundo universitario, diversos profesores (José Ramón Cruz Mundet, Manuela Moro Cabero) han reflexionado sobre la faceta del archivo como recurso estratégico dentro de la gestión administrativa de la empresa, rentable por su eficacia y su eficiencia. El archivo de empresa se contempla así desde la óptica de la gestión documental en las organizaciones (ISO 15489) y de las normas sobre gestión de la calidad en los servicios.

En 2002-2003, la Revista de Historia TST (Transportes, Servicios y Telecomunicaciones) realizó la primera aportación nacional a la situación de los Archivos de Empresas en España con cuatro artículos divididos en regiones (Andalucía, Manuel Simón Rodríguez, 2002; Cataluña, Albert Taulé, 2002; Castilla-León, Castilla La Mancha y Extremadura, José Andrés González, 2003; Asturias Cantabria y Galicia, Eduardo Núñez, 2003).

También en el año 2003 el volumen conjunto "Historia empresarial, pasado, presente y retos de futuro" incluyó un artículo de Teresa Tortella, directora del Archivo del Banco de España, que situaba a los archivos de empresas en España en un contexto europeo, señalando las diferencias con lo ocurrido en otros países. La inclusión en este volumen de la opinión de una archivera profesional al mismo nivel que las opiniones de historiadores especialistas era una prueba del cambio producido entre los historiadores, y la conciencia de la importancia fundamental de los archivos de empresa para realizar una historia de la empresa.

En 2005 y 2008 dos reuniones nacionales han impulsado el interés por los archivos de empresas. En 2005 el VIII Congreso de la Asociación Española de Historia Económica (Santiago de Compostela) reunió a 10 archivos de empresas españoles que presentaron sus actividades y su importancia como fuentes para los estudios de historia económica. Por su parte, en 2008, en el marco del VIII Congreso Nacional de ANABAD, se desarrolló una mesa redonda en torno a este tema por iniciativa del Grupo de Archiveros de Empresas de la Comunidad de Madrid. Un total de dieciocho ponencias presentaron a distintos archivos españoles como custodios de la memoria y, a la vez, centros de aplicación de modernas tecnologías.

-Los archivos de empresas están descubriendo la utilidad de la red para la difusión de sus trabajos. Existe gran diversidad en cuanto a la cantidad de información que se ofrece pero, generalmente, se presenta el archivo, su historia, el cuadro de clasificación, la dirección, las condiciones de acceso, pero no se ofrece un acceso al La presencia en Internet inventario de documentos. Tampoco existe un portal que ofrezca un único punto de acceso a la información de archivos dispersos geográficamente o del mismo sector de actividad empresarial.

La página web del Archivo Histórico Ferroviario de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (Madrid) es la más completa ya que ofrece la posibilidad de una búsqueda en el catálogo automatizado de los documentos sobre compañías ferroviarias, además de acceso gratuito a las Actas de los Congresos de Historia Ferroviaria. También ofrece una recopilación de legislación y estadísticas históricas sobre ferrocarriles. Es importante la inclusión de las imágenes digitalizadas de numerosos documentos del Archivo como acciones, obligaciones, billetes, felicitaciones de Navidad y folletos. La página web es compartida con la Biblioteca y está también disponible en lengua inglesa (http://www.ffe.es).

El Archivo de Hullera Vasco-Leonesa (León) también ha desarrollado su página web dentro de la Fundación Hullera Vasco-Leonesa y asimismo la comparte con el Centro de Documentación de la empresa. Ofrece información sobre los proyectos desarrollados, el cuadro de clasificación, las áreas de investigación y acceso gratuito en formato pdf a una numerosa bibliografía sobre archivos de empresas realizada por el propio Archivo. (http://www.fhvl.es).

El Centro de Documentación de Sepi (Madrid) es imprescindible para el estudio de la empresa pública española. Además de la información general, la página web incluye una plantilla con la descripción del archivo según la nueva norma ISDIAH (http://archivo.sepi.es).

La página web del Archivo del Banco de España (Madrid) presenta al archivo como uno de los servicios al público del Banco e incluye una pequeña historia del Archivo y las condiciones de acceso (http://www.bde.es/servicio/historic/histori.htm).

Por último, el Archivo de Gas Natural presenta su información dentro del Centro de Historia del Gas con un breve resumen de los servicios que presta el Archivo (http://www.gasnatural.com).

-La empresa como objeto de atención histórica
. El estudio de las empresas está de moda en la investigación científica como demuestra su presencia en los programas docentes de Economía y Gestión y Administración de Empresas. La concepción de la empresa como el lugar en el que se ha producido el desarrollo económico y tecnológico ha revalorizado el estudio de las empresas como casos individuales en los que analizar sus éxitos, sus fracasos y las transformaciones que han ocurrido en su seno.

-La conexión de la empresa con la sociedad. Las empresas han dejado de estar exclusivamente centradas en su ámbito laboral y de mercado para abrirse a la sociedad y colaborar con instituciones educativas y culturales, abandonando progresivamente la tradicional desconfianza hacia el mundo cultural. Diversos factores han presionado en este sentido. Las prácticas de responsabilidad social corporativa han valorado la relación positiva de la empresa con la sociedad adoptando buenas prácticas de gestión que sean, además, transparentes. Así, la participación en proyectos de mecenazgo, de conservación, de restauración del patrimonio etc.. Asimismo, la extensión del concepto de calidad en la gestión y la normalización y estandarización de los procesos de trabajo ha exigido el desarrollo de tareas que estén documentadas para controlar los procedimientos y proceder a su mejora.


5.4. Elementos negativos


-La ausencia de una visión global del proceso documental. Esto ya resulta imposible en fondos que sean solamente históricos. Pero en aquellas empresas que están aún en actividad, los archiveros no suelen estar presentes en las oficinas y predomina una separación de las funciones archivísticas que, en el caso de las oficinas de gestión, se entiende relacionadas con las secretarías u oficinas de registro y no con el archivo. Generalmente, los archivos de empresas en España han sido creados para organizar y difundir la memoria histórica y no para poner en práctica una política de gestión de documentos.

-La ausencia de una perspectiva empresarial del archivo. El archivo no es visto como un centro que puede llegar a ser rentable. Se le concibe como un añadido cultural subordinado a una política de imagen de la empresa ante la sociedad pero no integrado en la gestión administrativa. De esta manera, no asume la filosofía empresarial de difusión y márquetin de los productos. En realidad, el archivo es creador de un producto que, en forma de instrumentos de descripción o de información, es el resultado del trabajo sobre los fondos documentales. Dada la ausencia de normas que obliguen a las empresas a crear y mantener un centro de archivo, incidir en este aspecto es fundamental para afirmar su valía y su utilidad.

-La ausencia de políticas específicas a escala nacional
. Los órganos estatales responsables de las políticas de coordinación y salvaguarda del patrimonio documental español no han puesto en marcha ninguna política específica destinada a los archivos de las empresas, aunque, de forma indirecta, algunas iniciativas estatales han podido ser aprovechadas por estos archivos. Cabe señalar tres ejemplos: el Censo-Guía de Archivos, las subvenciones para proyectos archivísticos de entidades privadas sin ánimo de lucro, y el Portal de Archivos Españoles (PARES) que admite, en principio, la posibilidad de extenderse a otros archivos que no sean los públicos.

Por su parte, las comunidades autónomas, en general, han prestado poca atención a los archivos de empresas en su ámbito. Existen, no obstante, notables excepciones, en iniciativas que han sido puestas en marcha por los respectivos archivos generales. Un ejemplo notable es el de Andalucía y, sobre todo, el de Cataluña, donde el Archivo Nacional ha desarrollado, desde sus inicios, una política activa de recuperación de archivos empresariales históricos. Esta política ha dado resultados positivos para recuperar la memoria de empresas que fueron en su día motores del desarrollo económico catalán en los sectores textil, metalúrgico, editorial, comercial etc.

-El vacío legislativo
. En España la Ley 16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español y el Real Decreto 11/86 que la desarrolla son la legislación que ordena las grandes líneas del patrimonio documental español. El concepto amplio de patrimonio histórico incluye a los archivos y el artículo 49.2 incluye en el patrimonio documental español los documentos con una antigüedad superior a los 40 años "generados, conservados y reunidos en el ejercicio de la función (...) por las personas jurídicas en cuyo capital participe mayoritariamente el Estado u otras entidades públicas (...)", en cuyo caso, se podía aplicar esta norma a las empresas públicas. A continuación, en el punto 49.4 se incluye en el patrimonio documental español "los documentos con una antigüedad superior a los 100 años generados, conservados o reunidos por cualesquiera otras entidades particulares o personas físicas", norma que sería la aplicable a casi todas las sociedades mercantiles como entidades particulares. En todo caso, no existe una mención expresa a los archivos de las empresas.

La legislación nacional construye el sistema archivístico estatal como un conjunto de órganos, centros y servicios que cooperan para la creación de una infraestructura archivística. Cualquier archivo de empresa privada podrá formar parte del sistema si firma un convenio con las autoridades ministeriales mediante el cual podrá utilizar los recursos del sistema pero también deberá seguir las normas técnicas y administrativas aplicadas a todos los archivos del sistema.
Las compañías o sociedades mercantiles estatales o con mayoría de capital público se rigen por la normativa mercantil general como si fueran de naturaleza privada salvo en las materias en las que sean de aplicación las normas presupuestarias, de auditorías o de contratación de la administración pública (Ley 6/97 de 14 de abril, de Organización y funcionamiento de la Administración General del Estado, Disposición Adicional Duodécima).

Las 17 comunidades autónomas del Estado español han asumido las competencias en materia de archivos y patrimonio documental y han publicado sus respectivas leyes. En todas ellas, los archivos de empresas se suponen incluidos en el apartado general dedicado a los archivos privados o, definidos por exclusión, archivos no públicos. Los propietarios de estos documentos tienen obligaciones generales de comunicar su existencia, conservarlos, organizarlos y permitir su acceso, aunque no se ofrecen más criterios sobre cómo debe ser su organización y las formas de acceso.

Cada comunidad autónoma ha diseñado su propio sistema de archivos en el que los archivos privados, se entiende que también los archivos de empresas privadas, pueden incorporarse mediante un convenio, para pasar a tener los mismos derechos y obligaciones que el resto de archivos del sistema. En Andalucía, la Orden de la Consejería de Cultura de 16 de junio de 2004, regula el procedimiento para la integración de archivos de titularidad privada en el Sistema Andaluz de Archivos.

Existen varias comunidades autónomas donde se ha realizado un esfuerzo legislativo importante para definir y estructurar los sistemas de archivos. En Cataluña, de nuevo ejemplo por su excepcionalidad, la Ley 10/2001 de 13 de julio, de Archivos y Documentos establece en su Preámbulo que los archivos, además de base para la memoria histórica, son la base para la construcción de un sistema de gestión documental en administraciones públicas e instituciones y empresas privadas. Los artículos 13 al 15 están dedicados a los archivos privados. Los titulares de documentos que formen parte del patrimonio documental (más de 40 años) tienen la obligación de ordenarlos e inventariarlos, de conservarlos y no desmembrarlos, de permitir el acceso a las personas que acrediten su condición de investigador, y de no eliminarlos sin autorización previa de la Comisión Nacional de Acceso, Evaluación y Selección documental (artículo 13). Los propietarios de documentos privados pueden depositarlos en archivos públicos donde se facilitará su difusión, su acceso y el tratamiento según las normas que se apliquen en el centro. (Artículo 14).

-La ausencia de asociaciones de archiveros de empresas. En este punto, la diferencia es notable con lo que ocurre en el resto de Europa. No existe ninguna Asociación de Archivos de Empresas en España. Existe un Grupo de Trabajo de Archivos Económicos y de Empresa dentro de la Asociación de Archiveros de la Comunidad de Madrid, que agrupa a todos los archiveros de la Comunidad de Madrid. El Grupo de Trabajo se presentó en 2008 con una importante Mesa Redonda de Archivos de Empresas dentro del VIII Congreso de la Asociación Nacional de Archiveros, Bibliotecarios y Documentalistas (Anabad).

En muchas regiones de España han aparecido asociaciones privadas para la defensa del patrimonio industrial. La Asociación de Arqueología Industrial, Patrimonio Cultural y Natural (Incuna) (Asturias) agrupa a todas las personas interesadas en la protección, estudio y fomento del patrimonio industrial. Uno de sus Grupos de Trabajo se denomina "Archivos y patrimonio industrial" Incuna ha impulsado la creación en 2004 de la sección española de TICCIH (The International Commette for the Conservation of the Industrial Heritage) para defender los restos de patrimonio industrial (incluidos los Archivos) como patrimonio cultural y memoria colectiva. TICCIH es una asociación internacional dedicada al estudio de la arqueología industrial y a la promoción, protección e interpretación del patrimonio industrial. La defensa de los Archivos industriales es un campo emergente, sobre todo a causa de la rápida obsolescencia de las técnicas y maquinarias y la necesidad de crear una memoria de los procedimientos técnicos existentes. Incuna editó en el año 2000 un "Estudio básico sobre el patrimonio documental asturiano".


5.5. Los centros

5.5.1. Archivos públicos

Los archivos de empresas en España no están reunidos en un único archivo público que funcione como un centro temático sino que, por razones históricas y de formación de los archivos, están repartidos por distintos archivos públicos en todo el país.
Se incluyen en este apartado los archivos mantenidos por las propias empresas públicas y los archivos sean públicos o privados que están depositados y custodiados en archivos públicos junto a otros fondos documentales.

El sector público empresarial existió desde 1940 a 1981 dependiente del Instituto Nacional de Industria y con grandes empresas en su seno (Ensidesa, Endesa, Repsol, Iberia, Seat, Hunosa) que, en su mayoría, han sido privatizadas o están en este proceso. Otros archivos regionales y locales, sobre todo el Archivo Nacional de Cataluña, han recogido documentos de empresas que existieron en su ámbito geográfico.


5.5.1.1. Archivos de entidades públicas:

-Archivo del Banco de España (Madrid): El Banco de España es una entidad de derecho público con personalidad jurídica propia. El Archivo está abierto a los investigadores desde 1982. Contiene más de 40 kilómetros de documentos relacionados con sus actividades bancarias desde 1782. Es el principal archivo bancario de España y uno de los más importantes en todo el país. Es miembro fundador de la Asociación para la Historia Bancaria Europea y ha editado monografías pioneras para el estudio de los Archivos de Empresas en España. El Archivo está incluido, dentro de la estructura del Banco, como un servicio más, dependiente de la Dirección General de Secretaría. Últimamente, ha finalizado la digitalización de los 83 volúmenes de Actas del Banco de San Carlos (1782-1829) y de la colección de billetes bancarios (http://www.bde.es/servicio/historic/histori.htm).

-Archivo del INI (Instituto Nacional de Industria-SEPI) (Madrid): contiene los documentos del sector público estatal español que tuvo importancia desde la creación del Instituto Nacional de Industria en 1941. Desde 2001 el Centro de Documentación de Sepi inicia el proyecto de organización de todos los documentos, que son imprescindibles para el conocimiento de las empresas públicas estatales. Hay que destacar la sección del Registro General, que nace en 1942 y donde se conserva toda la correspondencia recibida y emitida, y es reflejo de toda la actividad del INI, su organización interna y sus proyectos. El archivo ha sido trasladado desde el antiguo depósito al nuevo Centro de Almacenamiento de Documentos Administrativos, que pertenece a la Sociedad Estatal de Gestión Inmobiliaria del Patrimonio. Allí se realiza el almacenamiento, transporte y custodia, manteniendo el Archivo de SEPI los criterios de organización (http://archivo.sepi.es).

-Archivo de Autoridades Portuarias (Tarragona, Huelva, Sevilla, Ferrol, Santander, Gijón, entre otros): las Autoridades Portuarias nacen en 1993  como herederas de las antiguas Juntas de Puerto y son entes públicos que dependen orgánicamente del Ministerio de Fomento  y forman un holding de puertos comerciales españoles denominado "Puertos del Estado" regido por leyes del ordenamiento privado y con mentalidad empresarial. También reúnen documentos históricos. Desde la primera reunión del año 2004, los archiveros portuarios se han constituido en grupos de trabajo, y en sucesivas reuniones han ido elaborando el censo de archivos, normalizando los cuadros de clasificación y estudiando las tablas de valoración de las series documentales comunes a todos.

-Archivo de la Confederación Hidrográfica del Duero (Valladolid): la Confederación es un organismo autónomo de carácter comercial con particularidades propias de una empresa pero dependientes del Ministerio de Medio Ambiente. El origen de las Confederaciones se sitúa en los años 1926-1927. El Archivo depende de la Secretaría General y está abierto a la investigación. Hay que destacar los documentos que ha asumido como los de la Comisaría de Aguas o los documentos del Canal de Castilla, la mayor obra de la ingeniería española en el siglo XVIII para el transporte de harina y otras mercancías.

-Archivo Histórico Ferroviario (Madrid): incluido dentro de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que nace en 1985 como fundación cultural privada y desde 2002 pertenece al sector público estatal. Custodia fondos documentales de 8 compañías ferroviarias privadas con documentos de los siglos XIX y XX y desarrolla una muy importante labor de difusión, con la creación en Internet de un portal de archivos ferroviarios (Docutren) y la edición de los "Cuadernos del Archivo Histórico Ferroviario". La página web ofrece la posibilidad de una búsqueda en el catálogo automatizado de los documentos sobre compañías ferroviarias, además de acceso gratuito a las actas de los Congresos de Historia Ferroviaria. También ofrece una recopilación de legislación y estadísticas históricas sobre ferrocarriles (http://www.ffe.es/documentacion/archivo.htm).

-Archivo Histórico de Minas de Almadén (Ciudad Real): abrió sus puertas en 2004 con más de 2 kilómetros de documentos sobre la explotación de mercurio más importante del mundo. Minas de Almadén y Arrayanes S.A. nace en 1982 como sociedad estatal de capital público adscrita al INI y heredera del antiguo organismo autónomo Consejo de Administración de Minas de Almadén y Arrayanes. En 1999 crea la fundación Almadén Francisco Javier Villegas para organizar el patrimonio documental que se encontraba en desorden en el edificio del hospital de mineros. Los documentos de las minas de Almadén se hallan repartidos por varios archivos. El Archivo Histórico Nacional conserva una importante fracción del fondo, que corresponde a las trasferencias realizadas en 1962 y 1963 por Matilla Tascón desde la propia empresa.

-Archivo del Canal de Isabel II (Madrid): empresa pública dependiente actualmente de la Comunidad de Madrid dedicada a la gestión del abastecimiento de agua a Madrid desde 1851. En el primer depósito de la empresa, emplazado en torno a la actual calle de Bravo Murillo, fue instalado en uno de sus pisos el archivo central de la compañía.

-Archivo de Hunosa (Hulleras del Norte S.A.) (Langreo, Asturias): Hunosa es una empresa que nace en 1967 para integrar dentro del sector público estatal a las principales empresas mineras privadas del carbón en Asturias. En 1994 decidió concentrar todos sus documentos en el Pozo Fondón de Langreo. El archivo histórico nació como tal en 1996, está abierto a los investigadores e incluye documentos de sociedades anónimas que fueron privadas en los siglos XIX y XX. Destacan sobre todo tres fondos documentales: la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, la empresa que fundó en 1857 Pedro Duro; el fondo de la Fábrica de Mieres, constituida en 1873; y el fondo de la Sociedad Hullera Española, creada en 1892 por el segundo Marqués de Comillas.


5.5.1.2. Archivos de empresas depositados en centros públicos

-Archivo General de Andalucía (Sevilla): incluye documentos de la Real Fábrica de Artillería desde 1716 que procedían de la Empresa Nacional Santa Bárbara, documentos de Renfe de la zona andaluza desde 1953, de la Empresa Pública de Radio y Televisión desde 1988, de la Empresa Pública del suelo desde 1961 y de Pabellón de Andalucía S.A.

-Archivo General de Indias (Sevilla): En diciembre de 2005 Altadis, la antigua Tabacalera, cedió al AGI los legajos y libros que recogen la historia de la fabricación y comercialización del  tabaco desde 1636 hasta 1999 en que se cerró la fábrica. El Archivo de la Fábrica de Tabacos de Sevilla fue creado por Tabacalera S.A. a mediados de los años 80 en el edificio de la fábrica y en 1993 publicó su Guía.

-Archivo Histórico de Sabadell (Barcelona): archivo local con más de cincuenta fondos de empresas, sobre todo relacionados con el sector textil, aspecto en el que Sabadell fue el centro más importante de España. Las relaciones con el gremio de fabricantes, que agrupa a los industriales de la lana y la colaboración de los particulares, ha sido fundamental para la recogida de los fondos documentales de antiguas empresas  (http://www.sabadell.cat/websajsab/arxiu).

-Archivo Nacional de Cataluña (Barcelona): Cataluña es una excepción en el panorama regional español, pues el Archivo Nacional de Cataluña ha desarrollado, desde sus inicios, una política activa de recuperación de archivos empresariales históricos. Esta política ha dado resultados positivos para recuperar la memoria de empresas que fueron en su día motores del desarrollo económico catalán en los sectores textil, metalúrgico, editorial, comercial etc. Actualmente conserva documentos de cerca de cien empresas desde el siglo XVIII, entre ellos La España Industrial S.A., La Maquinista Terrestre y Marítima S.A. y la Compañía General de Tabacos de Filipinas S.A.

-Archivo Histórico Provincial de Valladolid (Valladolid): acoge el conjunto de documentos de la firma comercial de Simón Ruiz desde el siglo XVI. Sus 56.000 cartas representan un conjunto excepcional en los archivos europeos.

-Archivo Histórico del Ejército del Aire (Madrid): acoge los fondos documentales de Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA), compañía primero aérea y luego aerospacial, creada en 1923.

-Archivo General de la Administración (Madrid): incluye, entre otros, los fondos documentales de la Compañía Española de Petróleos S.A. (CEPSA), Empresa Nacional de Petróleos (ENPETROL), el Banco de Crédito Local y la Empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO).

-Archivo Municipal de Gijón (Gijón): el Archivo puso en marcha en 1997 los trabajos de un censo que logró controlar a más de 70 empresas locales con documentos históricos, a la vez que se fomentaba su conservación. Gracias a este plan, en el Archivo municipal se conserva el fondo documental de Astilleros del Cantábrico y Riera S.A., con más de 500 metros lineales, el fondo de la Financiera Monasterio que es uno de los más completos fondos de comercio conservados, con documentos desde 1865.

-Ministerio de Economía y Hacienda: Archivo de Rumasa (Madrid). La sociedad Rumasa S.A. se constituyó en 1961. El entramado empresarial pasó a ser de titularidad pública por expropiación forzosa desde 1983, para pasar a depender de la Dirección General de Patrimonio del Estado. El Archivo existe desde 1985 y ha identificado los documentos de un total de 885 sociedades.


5.5.2. Archivos privados

-Archivo de Hullera Vasco-Leonesa (León): Hullera Vasco-Leonesa nació en 1893  para la extracción del carbón en las minas de León. El Archivo de la compañía fue creado en 1989 para conservar la memoria de más de 20 empresas distintas y también como Archivo administrativo de la propia empresa. Está incluido dentro de la Fundación Hullera Vasco-Leonesa, junto con una importante biblioteca empresarial (más de 8.000 volúmenes) y la hemeroteca. El Archivo contribuye a la gestión de la empresa a través del contacto con las oficinas y la atención a sus solicitudes de información. En 2001 la Fundación Hullera Vasco-Leonesa editó la "Guía del Archivo de Hullera Vasco-Leonesa", la primera guía extensa (220 páginas) de un Archivo de Empresa en España, con la colaboración de la Subdirección General de Archivos del Ministerio de Cultura. En 2007, se finalizó la digitalización de dos series documentales que se inician en el siglo XIX: los expedientes de concesiones mineras y los expedientes de personal, resultando más de 20.000 imágenes en formato jpg. El Archivo de Hullera Vasco-Leonesa (León) también ha desarrollado su portal web dentro de la Fundación Hullera Vasco-Leonesa y asimismo la comparte con el Centro de Documentación de la empresa. Ofrece información sobre los proyectos desarrollados, el cuadro de clasificación, las áreas de investigación y acceso gratuito en formato pdf a una numerosa bibliografía sobre archivos de empresas realizada por el propio Archivo (http://www.fhvl.es).

-Archivo de Iberdrola (Cáceres): el Archivo fue creado en 1997  para organizar, custodiar y difundir los documentos de más de 250 empresas del sector eléctrico español en los siglos XIX y XX. La recogida de documentos en distintas sedes de la empresa en toda España han concentrado una cantidad ingente de documentos en los Archivos de Alcántara (Cáceres) y Ricobayo (Zamora), que hacen de este archivo el más importante de España para el estudio del sector eléctrico.

-Archivo Histórico Minero de la Fundación Riotinto (Huelva): Río Tinto Company nació en Londres en 1873 y hacia 1912 producía en Huelva (España) el 44% de las piritas del mundo. El capital extranjero estuvo presente hasta el año 1954 y entre los principales accionistas destacaron los Rotschild. El Archivo Histórico comenzó a organizarse en 1990 y hoy es un conjunto de fondos documentales de extraordinaria importancia, con cerca de 29.000 unidades de instalación.

-Archivo de Asturiana de Zinc (Asturias): llamada en su origen desde 1833 Real Compañía Asturiana de Minas, se dedicó a la investigación, explotación y comercialización de toda clase de sustancias minerales, especialmente el zinc. En su época, fue el primer proyecto industrial moderno puesto en marcha en Asturias. En 1983 fue absorbida por Asturiana de Zinc S.A. que en la actualidad pertenece al grupo suizo multinacional Xtrata Zinc. El archivo fue abierto por primera vez al público en el año 2008 y gran parte de sus documentos se conservaron gracias a estar dentro de 200 cajas de zinc. La correspondencia y más de 4.000 libros de contabilidad son la base de este archivo histórico.

-Archivo del Banco de Bilbao-Vizcaya-Argentaria (Bilbao): El Banco de Bilbao fue la primera empresa española en comenzar la organización de sus documentos históricos en el año 1977. El Archivo incluye todos los documentos de bancos y empresas que confluyen en el actual BBVA. El Archivo ha desarrollado importantes colecciones de publicaciones como 5 volúmenes de inventario, la Colección "Informaciones. Cuadernos de Archivo", "Estudios Bancarios" y, desde 2007, "Revista de la Historia de la Economía y de la Empresa". La sede del Banco se ubica en el edificio San Nicolás, un palacete de estilo neoclásico de aire francés. En el edificio se instalaron en 1868 las primeras dependencias del banco para la atención al público.

-Archivo de Caja España (León): Caja España nace en 1990 como resultado de la fusión de 5 bancos regionales. Reúne los documentos del conjunto de bancos que dieron lugar a Caja España y que son testimonio de la historia bancaria en Castilla y León en los siglos XIX y XX.

-Archivo de Gas Natural (Barcelona): archivo creado en 1987 con los documentos del Grupo Gas Natural más todas las empresas antecesoras, cerca de 20 fondos documentales desde mediados del siglo XIX. Desde 2004 el Centro de Historia del Gas tiene como objetivo la preservación del patrimonio histórico de la compañía. El Archivo de Gas Natural presenta su información dentro del Centro de Historia del Gas con un breve resumen de los servicios que presta el Archivo (http://www.gasnatural.com).


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