A finales de los años 40 y principios de los 50, Manuel Barbadillo se forma como pintor en diversos talleres y escuelas sevillanas, un aprendizaje que alterna con sus estudios de Derecho. Tras una estancia en Marruecos, su pintura se acerca a una abstracción, en principio, expresionista, aunque a comienzos de los años 60, después de un viaje a Nueva York, se hace más sobria y contenida, decantándose hacia la abstracción geométrica.

Por su interés por la geometría y por su tendencia a aplicar un orden estructural en sus cuadros es invitado a participar en el Seminario de “Generación Automática de Formas Plásticas” del Centro de cálculo de la Universidad Complutense de Madrid (cuyo objetivo es la investigación de la forma con el uso de computadoras), donde también colaboraron artistas como Soledad Sevilla, José Luis Alexanco, Eusebio Sempere, Elena Asins o José María Yturralde.

Ya en la década de los setenta, coincidiendo con los años de la transición, comienza a utilizar la lógica combinatoria de los sistemas informáticos para generar estructuras modulares, algo que seguirá haciendo hasta el final de su carrera.

En el proceso de creación de Manuel Barbadillo juega un papel fundamental la ordenación del espacio a través de la repetición de un módulo. Un punto de partida  simple pero que posibilita un gran número de combinaciones de las que Barbadillo sólo escoge aquellas que tienen un ritmo suficientemente expresivo y poético.

Este artista sevillano cree que existe un orden común en todas las culturas. Dicho orden parte del concepto de número y une a elementos contrarios con un ritmo íntimamente ligado a la naturaleza.

Descripción

La obra Flecha es una estructura modular formada por doce unidades cuadradas con dos curvas que delimitan tres planos de dos colores. Los módulos tienen la misma forma base pero no son idénticos sino que presentan cuatro variaciones: forma base; forma base en negativo; forma base invertida y girada; y forma base en negativo invertida y girada. A su vez, los módulos están agrupados de tres en tres, de modo que se crean cuatro macro-módulos con apariencia de flecha. Vemos, por tanto, que Barbadillo realiza distintas combinaciones a partir de una forma base y que la unión de los diferentes módulos permite generar figuras nuevas.

Relación

El resultado parece un juego de formas positivas y negativas que nos remite al símbolo con el que se representa el concepto del yin y yang (que alude a la dualidad de todo lo existente en el universo). En este sentido, cabe recordar que Barbadillo consideraba que las formas pueden acercarnos a órdenes absolutos y mostrar que las culturas orientales y occidentales están profundamente interrelacionadas.

La combinación que realiza da lugar a una composición tremendamente dinámica, no sólo porque los cuadrados estén reclinados sobre uno de sus vértices (cuando estamos habituados a verlos apoyados sobre un lado), sino también por las formas serpenteantes que se originan. El título, Flecha, remarca este efecto.

A diferencia de la mayoría de sus obras, que son en blanco y negro, en esta ocasión Barbadillo combina el marrón y el color crema, dotando a la pieza de connotaciones étnicas y primarias, de una cierta dimensión telúrica.

Reflexión

A Barbadillo -que ha sido pionero en el uso del ordenador para generar formas- le interesa el número y su combinatoria por su capacidad para organizar el espacio. Al mostrar las múltiples (casi infinitas) posibilidades que ofrece la repetición de elementos muy simples, nos invita a sentir la inmensa complejidad del universo y evidencia nuestra incapacidad de aprehensión del orden cósmico. Barbadillo trata de apresar rastros de ese orden desarrollando diferentes combinaciones que, según su intuición, pueden servir para expresar energías o ritmos de validez universal.

CONTENIDOS EDUCATIVOS	combinatoria · Módulo · Número · Repetición · Ritmo
MOVIMIENTOS, ARTISTAS	abstracción geométrica · Centro de Cálculo
PROCEDIMIENTO ARTISTICO	Pintura