No todos los proyectos son iguales. Cada centro en función de su familia profesional, de su entorno empresarial e incluso del profesorado que imparte Formación Profesional deberá configurar el proyecto de FP Dual. Esta es una de las ventajas fundamentales de la Formación Profesional Dual: su flexibilidad.

El proyecto debe contar con una adecuada configuración del ciclo formativo, indicando los módulos profesionales que se prevéen desarrollar en alternancia entre el centro educativo y la empresa, o totalmente en ésta.

Esto lo haremos teniendo en cuenta las actividades que desarrollan las empresas participantes. Para ello, una vez que hemos contactado con las empresas y analizado sus actividades, las asociaremos a las unidades de competencia que corresponda, y estas a los módulos profesionales. No se trata de un mero reparto de horas por curso y módulo entre empresa y centro educativo; se trata de plantear, describir y desarrollar una propuesta metodológica concreta, diferenciando qué parte de la formación asumen el centro educativo y la empresa, diferenciando qué parte de la formación asumen el centro educativo y la empresa.

Otros aspectos importantes de la configuración del proyecto son la temporalización, la concreción de cuántos alumnos/as estarían implicados y el procedimiento de selección y asignación de alumnos/as a empresas y departamentos.