Cómo seguimos el curso desde casa

Desde que se decretó el estado de alarma en nuestro país, los centros educativos se han visto obligados a cerrar, pero eso no implica que la labor docente se haya interrumpido: profesorado y alumnado siguen trabajando en un nuevo contexto, a distancia, un escenario para el que no toda la comunidad educativa estaba preparada. El paréntesis vacacional puede ser un buen momento para hacer balance de cómo están marchando las cosas, por eso nos hemos puesto en contacto con docentes de diferentes centros andaluces y, aunque hay muchas coincidencias, también hay contrastes, a menudo relacionados con el entorno sociocultural en que se sitúa cada uno de ellos.

A favor de algunos centros juega el hecho de contar con una experiencia previa en entornos virtuales, como ocurre en el IES El Fontanal de Lebrija: “Desde el viernes, 13 de marzo, dejamos habilitadas las aulas virtuales de todas las materias, cursos y grupos en Classroom. Todo el alumnado y el profesorado tiene su usuario desde que el curso 2018 implantamos este recurso digital para la gestión del centro”, afirma su director, Tomás Rodríguez, y prosigue: “A la semana siguiente, establecimos cronogramas de actuaciones por equipos docentes con el fin de fijar pautas de desarrollo, cantidad y tipo de tareas”.  En cuanto al uso de los medios propuestos por la administración, afirma: "todas las comunicaciones oficiales y las noticias más relevantes las transmitimos en el Tablón de anuncios virtual de Pasen y Séneca. Igualmente, enviamos los informes de evaluación de las tutorías, de las materias que no conllevan calificaciones, del alumnado que no está mostrando actividad en las aulas telemáticas. Por otro lado, en Educación Secundaria para Personas Adultas, en la modalidad Semipresencial, seguimos con el soporte de Moodle". En una línea similar apunta la experiencia de Vicente Mazón, director del IES Pablo de Olavide, de La Luisiana: “Desde el primer día se comunicó al profesorado que debía trabajar con el alumnado siguiendo el horario habitual de clase. Se ofreció la posibilidad de usar Meet para videoclases o remitir al inicio de cada tramo horario por classroom el material para que el alumnado desarrollase la actividad de cada materia en esa hora. Tras terminarlas, el alumnado las remite diariamente (o en el plazo indicado por el profesorado) para su corrección y calificación. Las dudas y consultas por parte del alumnado se han seguido por classroom y correo electrónico".

En otros centros la adaptación ha tenido que hacerse de forma más precipitada: “el viernes 13 de marzo para salir del centro fue un poco de descontrol ya que teníamos que indicar las pautas tanto para el alumnado como para el profesorado. Tuvimos un claustro en el recreo, y de ahí, se sacaron las líneas de actuación que a día de hoy hemos y estamos desarrollando”, cuenta Juana García Cárdenas, secretaria del centro IES Bûry Al-Hamma de Baños de la Encina (Jaén). “Uno de nuestros puntos débiles es que no usábamos Moodle pero algunos compañeros y compañeras utilizábamos Edmodo, Classroom y Blogs, de tal forma que el profesorado que hasta el momento no usaba ninguna plataforma, se hizo su cuenta y, a través de los grupos de Madres Delegadas, se dieron a conocer todas las claves para el uso de las mismas y los correos tanto de profesorado como de alumnado para enviar y recibir tareas. Todo esto se enlazó en el primer fin de semana por lo que a partir del martes o miércoles, 17 de marzo, empezamos a trabajar con cierta coordinación tanto profesorado como alumnado". 

Por su parte, Evelina Asián, del IES Maestro D. José Jurado Espada, de El Rubio (Sevilla) asegura que la vía principal de comunicación con la familia es IPasen de Séneca: “Se notifica a las familias las tareas a realizar y el seguimiento de las mismas. El profesorado tutor ha confeccionado listas de los emails del alumnado de sus grupos y a través de estos se hacen llegar y se reciben las tareas”. Para comunicar orientaciones o información de interés se valen de las RRSS. También Andrés Soler, director del CEIP Federico García Lorca de Pulpí (Almería) cuenta que recurren a las redes y grupos de Whatsapp para plantear trabajos por proyectos: “Se lanza un proyecto con cinco retos, uno para cada día de la semana, asociados a una competencia diferente”. Precisamente, el uso del teléfono móvil es la vía que se está imponiendo para superar la brecha digital en el caso del alumnado perteneciente a sectores más vulnerables de la sociedad: “Como sabemos que muchos de nuestros alumnos no tienen herramientas ni soportes digitales tipo tableta u ordenador hemos creado grupos de Whatsapp, porque móvil sí que tienen, y a través de este llegan las actividades al alumnado. Las respuestas y dudas van a un email genérico o personalmente a cada maestro”, cuenta Andrés Soler.

Imágenes: CEIP García Lorca

El reto de superar la brecha digital

Un caso especialmente complicado es el que suponen los centros de compensatoria, como el CEIP Albolafia, de Córdoba, situado en el Polígono Guadalquivir, una zona en transformación social, conocida por sus problemas de índole sociocultural y económicos. Cuando Paqui Carmona, maestra en este colegio, habla sobre la continuidad académica durante la cuarentena, no puede evitar aludir al contexto de los problemas habituales de su alumnado: inadaptación escolar, dificultades de aprendizaje, bajo rendimiento, desfase entre edad cronológica y madurez para el aprendizaje, alimentación inadecuada fuera del horario escolar, inseguridad emocional, inestabilidad, agresividad, falta de concentración, carencia de hábitos higiénicos y también, demasiadas veces, convivencia violenta o malos tratos. En este contexto, aunque el centro cuenta con la plataforma GSuite, no se usa para el alumnado, sino como repositorio de materiales. También disponen de la plataforma Moodle para centros, pero el alumnado no cuenta con la autonomía suficiente para usarla: “Por otra parte, las familias no disponen de dispositivos electrónicos en casa, a excepción del teléfono móvil. En la mayoría de las casas, puede ser que tengan uno o dos teléfonos, pero no disponen de red WIFI doméstica y, por tanto, tienen que contentarse con los megas de su contrato de línea móvil que, en la mayoría de los casos, son insuficientes”. Sobre la forma de llevar a cabo esta tarea, Paqui da algunos detalles del procedimiento que siguen: “Las tareas se mandan por WhatsApp y el alumnado lo hace en sus cuadernos, debido a que  la mayoría no disponen de ordenador portátil o tablet en casa. En algunos casos, ni siquiera tienen cuadernos o lápices. Gracias al reparto del plan de comidas escolares, el equipo directivo, que acude al centro a ayudar con el reparto, está haciendo llegar a los alumnos material fungible y fotocopias de actividades, así como lápices, colores, etc. El centro no dispone de recursos suficientes para ayudar a superar la brecha digital de nuestro alumnado en casa. No tenemos ultraportátiles suficientes para dejar en préstamo y no podemos solventar el problema de la falta de WIFI en muchos domicilios. Sin embargo, estamos manteniendo un contacto constante con las familias por medio del teléfono, del WhatsApp y de videollamadas.

También Tomás Rodríguez, del IES El Fontanal de Lebrija, coincide con estas apreciaciones: “la brecha digital no consiste solo en no tener acceso a Internet sino en tenerlo y no saber manejarlo”. En su centro se han puesto en contacto con el ayuntamiento y, con la colaboración del AMPA, tratan de detectar los casos de familias con dificultades para darles una solución. Juana García, De Baños de la Encina, sobre la atención de los más desfavorecidos, afirma que “una de nuestras premisas es que el alumnado pueda realizar todas las tareas propuestas sin necesidad de imprimir papel y todos aquellos que no disponen de ordenador o tienen dificultades para ello nos están enviando las actividades a través de fotografías. El alumnado está trabajando con sus móviles y acceden a las plataformas a través de ellos. Pocos están utilizando los ordenadores”.

Una visión diferente nos aporta Patricia Ruiz, del IES Puerta del Mar, de Almuñécar (Granada). Como maestra especialista de Pedagogía Terapéutica, ha tenido que imprimir las actividades y aprovecha los desplazamientos necesarios para entregarlas a su alumnado. Así nos cuenta su experiencia: "Me gustaría señalar que no todo el alumnado, y más este tipo (ACNEAE), disponen de medios digitales en sus hogares, estamos hablando en la mayoría de los casos de familias separadas, con diversidades funcionales asociadas a autismo, hiperactividad mixta, sordera, discapacidades intelectuales moderadas, etc., cuya respuesta educativa se centra mayoritariamente desde un enfoque sistémico, con rutinas establecidas donde se priman más los contenidos funcionales que los estrictamente cerrados que la administración marca en la normativa vigente. Por lo tanto, el proceso de enseñanza hacia este alumnado es complejo si nos centramos únicamente en un uso adecuado de las TACs".

En cuanto a las herramientas que proporciona la administración, parece que, si bien la plataforma Moodle está resultando útil sobre todo en aquellos centros que ya contaban con una trayectoria de uso, el medio de comunicación más efectivo parece ser iPasen. Como apunta Juana García, “tenemos, desde inicio de curso, las vías de comunicación bien establecidas a través de Pasen y toda la información ya se estaba canalizando a través de Comunicaciones en Pasen y Observaciones compartidas entre los equipos docentes y las familias y el Cuaderno de Séneca con lo que, en ese sentido, el trabajo lo tenemos mucho más fácil y el proceso de evaluación no nos está causando problemas. Muy distinto hubiese sido no tener esta línea de trabajo asentada en el centro”.

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Imágenes: CEIP García Lorca, de Pulpí (Almería)