Reseña Histórica
El teatro Villamarta fue proyectado por Teodoro Anasagasti (1880-1938) en 1926 y construido entre 1927 y 1928. Promovido por el marqués de Villamarta, cambió pronto de propietario, modificándose al tiempo sus fines iniciales y ornamentos interiores. Los austeros acabados originales se fueron alterando y enriqueciendo paulatinamente hasta alcanzar la fisonomía que aún muchos jerezanos mantienen en su memoria. En ocasiones como teatro de revista y muchas veces como cinematógrafo, abrió sus puertas hasta el año 1986, fecha en la que, tras su cierre definitivo, fue adquirido por el Municipio.
Descripcón del edificio
Eran muchos y acusados los problemas que presentaba la sala en cuanto a accesibilidad, seguridad, acústica y visibilidad de algunas de sus localidades; notoria y rancia la separación entre públicos, con diferentes áreas de relación; precarios su equipamiento escénico, sus camerinos y salas de apoyo a escena; y, en general, carentes de adecuación a las prescripciones actuales el conjunto de sus instalaciones. Unas primeras obras de reconocimiento llevadas a cabo en 1992 probaron, además, al mostrar con la acritud que ofrece la disección, la verdadera historia de su construcción, las muchas y graves deficiencias de concepción, ejecución y estabilidad de su estructura (una de las primeras en Andalucía en emplear el hormigón armado), la provisionalidad de sus terminaciones interiores y, en definitiva, un estado de conservación muy alejado del óptimo que se suponía.
Por todo lo anterior, se hizo aconsejable la rehabilitación del teatro desde la renovación de muchos de sus elementos básicos. Así, palcos, anfiteatro, vestíbulo, foyer, escaleras y coronación de escena, hoy renovados, perviven con las fachadas exteriores, crujías perimetrales y armaduras de cubierta del edficio original.
Los problemas de acústica, visibilidad y dificultad de acceso y evacuación de la antigua sala derivaban del trazo primitivo del plano del anfiteatro; los de acústica de su excesivo vuelo sobre el patio de butacas; los de visibilidad de los obligados pilares intermedios, que apeaban este vuelo sobre el patio; y los de evacuación y acceso de su también desproporcionado aforo.
Propuesta de intervención
La nueva sala, al objeto de dar respuesta a estas cuestiones, dispone ahora de un patio de butacas algo más reducido, al que lateralmente arropan las plateas, y un anfiteatro en el que se diferencian dos sectores: un plano medio, el principal, prolongado en los palcos, y otro superior, o anfiteatro propiamente dicho. Se han mantenido y restaurado, contribuyendo así a preservar la identidad de la sala, el arco de embocadura de escena, sus escudos nobiliarios y los lienzos costumbristas, y el reducido ámbito del patio de butacas es enmarcado por una nueva cornisa que alberga los difusores de aire acondicionado y algunos de los proyectores de iluminación de escena.
Bajo el graderío del anfiteatro, evidenciando el plano inclinado que lo construye, se sitúan el foyer o salón principal y, bajo éste, el vestíbulo de la planta baja. Ambos espacios mantienen una fuerte presencia, a través de sus grandes cristaleras, en la plaza Romero Martínez, también remodelada.
Las nuevas escaleras, giradas respecto a las anteriores, enfrentan sus arranques y desembarcos con los vestíbulos, en un intento de hacer coincidir en ellos al público que se dirige hacia sus localidades.
Los acabados de estas áreas y de la propia sala, mármoles, piedras naturales, maderas, acero, cobre, vidrio, así como su color, entran en consonancia a tráves del diálogo obligado entre viejas y nuevas estructuras del teatro. Especial atención se ha dedicado al diseño y ejecución de la que habrá de sustituir a la perdida y apreciada butaca del antiguo teatro.
La nueva escena, manteniendo sus dimensiones, ha sido reformada y equipada en su totalidad. Sus fosos, tablero de escena desmontable y tramoya han sido sustituidos y actualizado todo su equipamiento hasta adecuarse a los actuales requerimientos. El peine se ha dotado de cortes o tiros motorizados y el foso de orquesta dispone de una plataforma móvil que posibilitará la ampliación de la escena. Han sido redistribuidos los camerinos, las salas de trabajo o almacén, las oficinas y los aseos, hasta dar respuesta a las nuevas necesidades.
Aforo: 1.265 localidades