EDUCACIÓN AMBIENTAL Y VOLUNTARIADO :
el aula en la naturaleza
imprimir | enviar
Más de 200 escolares de la Sierra de Huelva participan en una campaña de sensibilización sobre el buitre negro

Sevilla, (abril de 2006). La Consejería de Medio Ambiente trabaja en la conservación del buitre negro a través de un programa de inversión que pone en práctica medidas para el seguimiento y recuperación de esta especie. Uno de los objetivos de este programa se concentra en las medidas destinadas a la intervención social y la educación ambiental. Las actividades dirigidas a la población escolar se han desplegado en nueve centros educativos de las localidades pertenecientes al Paraje Natural Sierra Pelada y Rivera del Aserrador en las que se distribuye esta especie.

Para el desarrollo de estas iniciativas, técnicos de la Consejería de Medio Ambiente han visitado del 6 al 16 de marzo distintos colegios en los que han realizado charlas, coloquios y exposiciones. A los 224 alumnos participantes se les ha entregado una unidad didáctica compuesta por un cuaderno con textos explicativos y una serie de cuestionarios que deberán completar. En total, dentro de este programa de educación ambiental sobre esta rapaz protegida y amenazada se han efectuado aproximadamente unas cuarenta charlas.
 
El buitre negro (Aegypius monachus), es un ave en peligro de extinción en Andalucía, vulnerable a la extinción en España y con riesgo menor, casi amenazada, en el ámbito internacional. El principal problema en la actualidad es la utilización ilegal de venenos que afectan a esta especie, la pérdida de hábitat y los cambios recientes registrados en el tratamiento agrícola y ganadero en el campo.

Esta rapaz disponía hasta la década de los sesenta de nutrientes proporcionados por la ganadería y la agricultura intensivas, cuyas labores requerían de la presencia de caballerías y bueyes que, una vez muertos, se convertían en su alimento.

La más importante colonia andaluza es la ubicada, precisamente, en Sierra Pelada. Los motivos de esta concentración son la conservación de los hábitats naturales, que lleva implícita una aceptable fuente de recursos alimenticios de forma natural o proporcionados por los despojos de las monterías aportados en los comederos o muladares, en su mayoría construidos por la Consejería de Medio Ambiente.

El censo de buitre negro en 2005 fue de 83 parejas de las que nacieron 57 pollos (53 de los cuales fueron volantones), lo que significa que el éxito reproductor se elevó al setenta por ciento, hecho que no ocurría desde la década de los ochenta debido a la incidencia de los venenos, fundamentalmente.