Sevilla (abril de 2006). El Parque Natural Sierra María-Los Vélez, al norte de la provincia de Almería, ha acogido durante cuatro días (25 y 26 de marzo, y 1 y 2 de abril) a decenas de visitantes interesados no solo por los valores naturales de este espacio protegido, sino también por sus ricos yacimientos arqueológicos del Paleolítico y el Neolítico. Es el caso de la Cueva de Ambrosio, abrigo rupestre que recoge pinturas y grabados del Solutrense (Paleolítico Superior); de los abrigos del Lavadero del Tello, con muestras del arte rupestre levantino, o del Estrecho de Santonje; además de la Cueva de los Letreros, en Vélez-Blanco, con ejemplos de la pintura esquemática neolítica, como el Indalo, un tótem que se ha convertido en el símbolo de la provincia de Almería.

Todas estas cuevas y abrigos cuentan en sus paredes con ricas muestras del Arte Rupestre, restos pictóricos que narran episodios de cacería, ritos y costumbres que demuestran que Sierra María-Los Vélez y su entorno fueron importantes centros de asentamiento del hombre primitivo.

De época de dominación romana aparecen otros vestigios de gran relevancia, como el poblado romano del Caramel, incluido también en esta visita que, bajo el título 'Prehistoria y Naturaleza', se enmarca dentro de la iniciativa 'Andalucía en sus Parques Naturales', promovida cada año por la Consejería de Medio Ambiente para dar a conocer de forma activa la riqueza y diversidad del medio natural andaluz.

Pero, como su título indica, junto a estas expresiones prehistóricas de la creación humana se pueden contemplar, durante esta visita en vehículos todoterreno, aquellos lugares que identifican y justifican la declaración de Sierra María-Los Vélez como parque natural. Así, los participantes bajaron de los 4x4 para caminar junto al arroyo del Moral y se acercaron a admirar la Encina de Leria, reconocida como árbol singular.

Con esta completa programación, la Consejería de Medio Ambiente ha querido brindar una oportunidad única a los andaluces para que conozcan, no solo el alto valor natural de este espacio protegido, sino también los más interesantes elementos del arte rupestre de los Vélez, declarados en 1998 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.