Las primeras actuaciones se están llevando a cabo por cuadrillas que realizan labores de preparación del terreno. Progresivamente, en función de la dinámica del propio tratamiento selvícola y de las áreas de actuación de estos montes públicos, se incorporarán especialistas como motoserristas y otros grupos de peones que han recibido formación y equipos para la prevención de riesgos laborales.
Los trabajos se centran inicialmente en una superficie de 1.000 hectáreas de la zona, para la poda, corta y clareo de pino carrasco con criterios preventivos de incendios, así como para la retirada de los residuos generados por esta actividad mediante la quema o el astillado. Este tipo de trabajos permite minimizar el riesgo de fuegos en época de mayor peligro forestal al tiempo que mejora el crecimiento y el estado de las masas forestales al reducir su densidad, especialmente en el caso de los pinares.