SENDERO 5

Molinos de Isfalada

(Huéneja) • PR-A30

HUÉNEJA. Con 1.228 habitantes y a una altitud de 1.158 metros, el pueblo de Huéneja está situado al pie de Sierra Nevada, en el extremo oriental del Sened, entre las comarcas del Marquesado del Zenete y el Valle del Río Nacimiento, y en el límite de las dos cuencas hidrográficas, la del Mediterráneo y la del Atlántico. Este carácter fronterizo le ha  hecho estar vinculado históricamente, tanto a Fiñana, en Almería, como al Marquesado en Granada. Su posición estratégica, su riqueza agrícola, su minería y  abundante agua, le proporcionaron a esta población una considerable importancia. Se conservan diferentes asentamientos históricos, aunque fue bajo la dominación musulmana, cuando adquirió relevancia su fortaleza y sus cultivos de morales y huertas, que se perdieron con la expulsión de los moriscos.

La estructura del núcleo urbano, presenta un aspecto concéntrico en su zona más antigua, con numerosos callejones estrechos y sin salida, propios de la cultura musulmana. De época nazarí son los restos de los baños árabes, recientemente descubiertos. Sus casas tradicionales tienen cubiertas y aleros de lajas de pizarra.

Celebra fiestas en honor a Nuestra Señora de la Presentación y a San Francisco Serrano. Su iglesia parroquial es del siglo XVII, de estilo mudéjar.

Los habitantes de Huéneja eran conocidos como los loberos por su capacidad, según la leyenda, para capturar y criar lobos de la Sierra.

Alberga Huéneja numerosos molinos harineros y ejemplares de castaños centenarios, que podemos conocer a través de este sendero.

Huéneja. Archivo GDR de Guadix

INICIO SENDERO 5/ • ÁREA RECREATIVA DE LOS CASTAÑOS

Frente al Área Recreativa de los Castaños, al otro lado del Río Isfalada, se encuentra el Molino Bajo, recientemente restaurado y acondicionado como Museo Etnológico y Centro de Interpretación del Agua (informarse en el Ayuntamiento sobre fechas y horarios de visita). El cartel de Inicio de sendero está junto a este antiguo molino, a cuyas espaldas se inicia el recorrido circular, por un carril agrícola que atraviesa cultivos, entre almendros y olivos.  Pasamos junto a los restos del Molino de Enmedio y más adelante, a la derecha, cercanos al río, observamos algunos ejemplares de castaños.

El camino asciende luego entre almendros. Si volvemos la vista atrás, observamos la llanura del Marquesado y la Sierra de Baza y Filabres cerrando el horizonte. En primer plano, las estribaciones de Sierra Nevada, a ambos lados del Río Isfalada. Almendros y champarros cubren los cerros próximos al pueblo. Enfrente, un cortijillo muestra diferentes tipos de cubierta (lajas de pizarra, teja árabe y uralita, un compendio de arquitectura popular).

Dejamos a la izquierda el Camino de la Alpujarra (1), que asciende entre almendros,  y seguimos llaneando por la vereda que bordea un chaparral.

Más adelante el sendero se adentra en un encinar, con arbustos variados como la retama, aulaga, mejorana, tomillo, etc. La senda cruza dos barrancos y recorre un bosquete de pinos. Antes de descender al cauce del río se puede hacer una parada en el borde rocoso del mismo y disfrutar del apacible paraje donde nos encontramos. Observamos enfrente el camino de vuelta por la otra vertiente. Abajo, el molino y una frondosa vegetación de ribera, compuesta, sobre todo, por sauces y alisos. Es fácil escuchar el canto de la oropéndola.

Continuamos el camino pasando por una espéndida era, que como todas, está elevada sobre el terreno, para aprovechar el aire con el que aventar el cereal. Aún conserva la era, a pesar de su abandono, la perfecta traza circular de sus grandes lajas de pizarra, que tanto singulariza estos bellos elementos del patrimonio etnológico.

Cruzamos el río de Huéneja o de Isfalada, que dependiendo la época del año nos lo encontraremos con  un caudal muy variado. En verano, apenas si lleva agua, muy mermada por las acequias de Huéneja. Al otro lado del río nos topamos con el Molino Alto o de Pedro (2), recientemente restaurado, punto más alejado del recorrido y donde iniciamos el camino de vuelta por  la vertiente izquierda del río.  La vereda asciende hasta llegar a una pista forestal, que debemos seguir a la derecha.

La bajada por la pista nos ofrece la oportunidad de contemplar el entorno del pueblo de Huéneja. Merece la pena desviarnos del camino para visitar la Pantaneta de Isfalada, reserva de agua  destinada al riego de campos. Continuamos por la pista, dejando a la izquierda el Cortijo del Bailaor (3), que está debajo de la pantaneta, para enfilar la larga recta que nos conduce al punto final del itinerario, en el Área Recreativa de los Castaños. Esta zona de esparcimiento del Parque Natural de Sierra Nevada, conserva ejemplares impresionantes de castaños centenarios, algunos de los cuales necesitan de 5 o 6 personas para abrazar el perímetro de sus troncos. Cuenta este paraje, surcado por una acequia, con un merendero (no siempre abierto). Estos castaños están catalogados y protegidos como árboles singulares.

Si queremos visitar el pueblo de Huéneja, podemos ir a pie, siguiendo la acequia del Área Recreativa, hasta enlazar con un carril que nos lleva al pueblo.

FIN SENDERO 5/ • ÁREA RECREATIVA DE LOS CASTAÑOS

EQUIPAMIENTOS DE USO PÚBLICO //////////

ÁREA RECREATIVA LOS CASTAÑOS.

Molino Bajo. Centro de Interpretación del Agua

 

Vista del recorrido en la Cuesta de la Alpujarra

Molino de Pedro. Foto de Enrique Ferrer

OTROS LUGARES DE INTERÉS //////////

LOS MOLINOS DE ISFALADA. Estos viejos molinos harineros se encuentran ubicados en el cauce del Río Isfalada o junto al curso de alguna de las acequias que surcan ambas márgenes del valle. Algunos molinos están en estado ruinoso y otros han sido recientemente restaurados, como el Molino Bajo, el Molino de Juan Miguel o el Molino Alto.

El Molino Bajo, enfrente del Área Recreativa, ha sido restaurado y acondicionado como Museo Etnológico y Centro de Interpretación del Agua. Este edificio está formado por dos salas en las que se puede recorrer la tradición de las típicas construcciones de la comarca. Como reza el cartel de su fachada: “De las bóvedas de este antiguo molino salía el agua después de haber atravesado y puesto en marcha la maquinaria del molino. En cada una de las bóvedas se encontraba un rodezno, un mecanismo de madera dotado de más de cuarenta cucharas que recibían el impacto del agua a presión que salía por el saetillo, haciéndolo girar con más o menos intensidad, según el flujo de agua. Este movimiento rotatorio se transfería a los empiedros ubicados en la planta superior del molino.”

El grano se molía entre dos piedras, una fija situada en la parte inferior llamada solera y otra móvil en la parte superior llamada corredera. Mediante una tolva se vertía el cereal sobre la solera y una vez molido se recogía en esteras de pleita o en bandejas de madera.

Para conocer el museo, hay que informarse en el Ayuntamiento sobre fechas y horarios de visita.

 

MARQUESADO DEL ZENETE. Es una comarca muy bien definida gracias a la altiplanicie y a su espectacular contraste con la muralla natural de Sierra Nevada como telón de fondo. Cuando se asciende desde las cárcavas arcillosas de la Hoya de Guadix impresiona contemplar las cumbres nevadas de la Sierra sobre un dilatado llano. El nombre de Zenete o Cenete deriva de la palabra Sened, Sanad o Acened, y  significa ladera, haciendo alusión a la Sierra,  y está formado por los municipios de Huéneja, Dólar, Ferreira, La Calahorra, Aldeire, Alquife, Lanteira y Jérez del Marquesado, villas que fueron donadas por los Reyes Católicos a favor del gran Cardenal de España, Pedro González de Mendoza y heredadas por su hijo primogénito don Rodrigo de Mendoza, que mandó construir el extraordinario Castillo de La Calahorra.

La comarca del Marquesado tuvo importancia a lo largo de la historia por su estratégica situación entre la costa mediterránea y el interior, como lo atestiguan su vía romana y las numerosas fortalezas que jalonan su recorrido. También por su riqueza minera, su abundancia de agua y sus pastos. Bajo la dominación musulmana tuvo esta dura tierra su mayor esplendor. La industria de la seda y la ganadería impulsaron su economía. Baños, aljibes, molinos y acequias crecieron por todas sus poblaciones.  Con la expulsión morisca reinó la desolación del páramo.  La repoblación castellana fue lenta y tardó tiempo en recuperar la comarca la alegría de las fuentes y acequias, y el ritmo de sus molinos harineros.  Las explotaciones mineras del siglo XIX y XX devolvieron las mejores expectativas  a la región, hoy ya abandonadas. En la actualidad, prospera el desarrollo de otras fuentes de energía alternativas, el turismo rural, el patrimonio natural y cultural, y una agricultura intensiva que llenan de buenos augurios el futuro de esta bella tierra.

 

PERFIL DEL RECORRIDO

Cómo llegar/

Desde la autovía A-92 tomar la salida de Huéneja. Seguimos 2 km por la carretera antigua (A-4103) que rodea el pueblo, desviándonos a la derecha (en sentido Almería) a 400 metros del  puente que cruza el Río de Huéneja o Isfalada. Este desvío por carreterilla asfaltada nos lleva al Área Recreativa de los Castaños, en cuyas inmediaciones comienza el sendero.

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