Efectos
sobre la salud y posibles actuaciones de prevención, control
y reducción de la contaminación
Dióxido
de azufre
El dióxido de azufre
es un gas incoloro que resulta irritante a concentraciones elevadas.
Se trata de un contaminante primario que cuando se encuentra en
la atmósfera es susceptible de transformarse en anhídrido sulfúrico
mediante oxidación.
Origen y formación
del Dióxido de Azufre
El origen fundamental
del dióxido de azufre hay que buscarlo en los procesos de combustión
de combustibles fósiles, principalmente carbón y derivados del
petróleo. Estos combustibles presentan azufre en su composición.
Este azufre se transforma en el proceso de combustión, combinándose
con oxígeno, pasando de esta forma a la atmósfera. Los principales
focos emisores son las centrales térmicas, las refinerías de petróleo,
la industria del cobre, la del ácido sulfúrico y otras.
Dióxido de Azufre.
Su influencia en la salud
El dióxido de azufre
tiene un carácter irritante. Tiene la posibilidad de transformarse
en ácido sulfúrico en los órganos respiratorios internos, si penetra
en ellos en forma de aerosol, pudiendo afectar a todo el tracto
respiratorio así como a la conjuntiva.
Los efectos más perjudiciales
del dióxido de azufre se producen cuando éste se introduce en
el organismo humano adsorbido sobre la materia particulada, o
disuelto en las gotas de agua presentes en la atmósfera.
Posibles actuaciones
de prevención, control y reducción de la contaminación
Para la reducción de
la contaminación por dióxido de azufre, habría que actuar directamente
sobre las fuentes de emisión. Por ejemplo, limitación del tráfico,
uso en los procesos de combustión de combustibles con menor contenido
de azufre, e instalación en procesos industriales productores
de este contaminante de adecuados sistemas de depuración.
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