IMA 2017. Informe de Medio Ambiente en Andalucía

358 El seguimiento conjunto de la pluviometría registrada a través del Índice Estandarizado de Sequía Pluviométrica (IESP), y el estado de estrés de la vegetación a través del (NDVI) permite la obtención de un valor sintético del estado de sequía y su distribución espacial. Así, en el gráfico de evolución del índice de vegetación medio (2002-2017) se observa una correlación entre años húmedos-vegetación activa (por ejemplo, año hidrológico 2014-2015) y años secos- decaimiento/estrés de la vegetación (por ejemplo, año hidrológico 2004-2005). Los resultados indican que existe una relación directa entre el NDVI y la precipitación anual a escala regional. Dicha relación se encuentra modulada por la presencia de periodos de déficit hídrico, al disminuir la precipitación particularmente en los años secos. El efecto de la variación inter e intra-anual de la relación NDVI-lluvia es mayor en los tipos de vegetación dispersa y pastizales que en los tipos de vegetación densa. Por otra parte, la variabilidad intra-anual del NDVI presenta un retraso con respecto a los ciclos de lluvia, dependiente de los distintos tipos de vegetación. En terminos generales, cabe destacar que las anomalias identificadas sobre el comportamiento de la vegetación indican que los valores mínimos de actividad se presentan casi en las mismas fechas (época estival), no así los valores máximos. Además, la vegetación cuya fenología depende de la precipitación como caducifolias, dehesas y pastizales, se encuentra muy cercana a los umbrales de estrés durante los años de déficit de lluvia, sin embargo la vegetación se recupera en años subsecuentes. Por el contrario, una mayor cantidad de lluvia inhibe la fotosíntesis, por lo que un incremento en los eventos extremos (exceso de precipitación) no significará un aumento en la productividad ni el verdor de la vegetación (por ejemplo, año hidrológico 2009-2010). Por tanto, el conocimiento del pronóstico del clima con anticipación, permite preveer el grado de estrés que sufrirá anualmente la vegetación, permitiendo, entre otras, aplicar acciones de protección y conservación del medio (prevención de incendios, calendarios de reforestación, pronóstico de plagas, etc.).

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