IMA 2017. Informe de Medio Ambiente en Andalucía
381 El análisis de la erosión media en Andalucía muestra que los problemas erosivos se concentran en los piedemontes de los sistemas béticos, y en la cabecera de la depresión del Guadalquivir. Por el contrario, destaca la baja erosión registrada en el extremo suroriental, fundamentalmente Almería y mitad oeste de Granada, fruto de la escasez de precipitaciones. Casi el 70% de las zonas de Andalucía donde se producen perdidas altas y muy altas, son de dedicación agrícola, de las cuales casi el 50% son dedicadas a los herbáceos en secano y fundamentalmente, al olivar. De los usos forestales, es en los matorrales dispersos donde se producen los mayores niveles de pérdidas, representado un 12,5% de las superficies afectadas. A nivel provincial, es Huelva la que presenta unos niveles menores de territorio afectado por pérdidas de suelo. La conjunción de un relieve contenido en sus áreas agrícolas junto con la buena protección que ofrece la vegetación en las áreas de sierra del norte provincial hacen que, a pesar de ser una de las zonas donde se registra una mayor erosividad de la lluvia, sea la segunda después de Cádiz, no afectando la erosión alta y muy alta a más de un 3,5% de su superficie. En niveles bajos se mantienen también Sevilla y Almería (6,0 y 7,3% de sus superficies provinciales con fuertes pérdidas, respectivamente) aunque por razones bien diferentes. En Sevilla, con unos niveles de erosividad de la lluvia superiores a la media andaluza, la alta protección de la cobertura vegetal de Sierra Morena y la suave orografía de las tierras del valle del Guadalquivir, hacen que la erosión se muestre muy contenida. Solo en el piedemonte subbético del sur provincial, sobre suelos dedicados al secano y olivar, se registra un nivel alto de pérdidas. En Almería, por su parte, es la falta de precipitaciones la que provoca que los registros erosivos sean tan bajos. Básicamente, la erosión se produce en áreas de fuertes pendiente y con escasa cobertura vegetal. Córdoba y Granada se sitúan en un nivel intermedio, con el 9,6 y el 13,1%, respectivamente, de su superficie afectada por pérdidas altas y muy altas. En Córdoba, las áreas de mayores pérdidas de suelo se asocian al cultivo del olivar y, en menor medida, a los herbáceos en secano en la Campiñas Altas y en los olivares de sierra de la cuenca del Guadalmellato. En Granada, las pérdidas se concentran en la mitad occidental
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