IMA 2017. Informe de Medio Ambiente en Andalucía

444 Este contaminante ocupó un lugar central en los años ochenta del pasado siglo, pero su incidencia ha disminuido en los últimos años debido principalmente a la sustitución de los combustibles más contaminantes en las calderas de calefacción. El progresivo abandono del carbón y la prohibición del uso del fuelóleo, así como la limitación del contenido de azufre permitido en las calefacciones han reducido su presencia en la atmósfera de la mayoría las ciudades en general, aunque aún constituye un contaminante importante en determinados enclaves, especialmente en las inmediaciones de las centrales térmicas de carbón. La tendencia marcada por los datos de arsénico (As) da muestra de los resultados que han traído consigo la aplicación de diferentes medidas y tecnologías de reducción de emisiones, a partir de 2008, en sectores que inciden de manera considerable en los niveles de arsénico en el aire ambiente, tales como las fundiciones de cobre, principal fuente de emisión de arsénico a la atmósfera. De hecho, algunos estudios realizados para la Zona Industrial de Huelva hablan de una reducción de entre un 50% y un 70% de estos elementos en la composición de las partículas en suspensión. En este sentido, puede observarse que, desde 2010, las continuas mejoras implantadas por la industria en la zona de Huelva han conseguido que las concentraciones de arsénico se mantengan muy por debajo del objetivo legal. Entre los metales contenidos en las partículas en suspensión, el arsénico se considera un contaminante tóxico que puede recorrer largas distancias en la atmósfera y que puede provocar efectos agudos sobre la salud ante una alta concentración, y cáncer después de una exposición a largo plazo.

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