IMA 2017. Informe de Medio Ambiente en Andalucía

452 Debido a que la cantidad de gases que agotan la capa de ozono se modifica lentamente, el tamaño del agujero de ozono en un año particular queda determinado en gran medida por las condiciones meteorológicas. En este sentido, en 2016 y 2017 se ha observado una menor extensión en el agujero de la capa de ozono debido a ciertas condiciones climáticas (temperaturas estratosféricas más cálidas), aunque este agujero sigue siendo grande porque los niveles de sustancias que agotan el ozono, como el cloro y el bromo, siguen siendo lo suficientemente altos como para producir una pérdida significativa de esta sustancia. Según un reciente estudio publicado por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), aunque el ozono sobre los casquetes polares se está recuperando y su concentración en la parte superior de la estratosfera ha aumentado en los últimos años, en las capas medias y bajas de la estratosfera la cantidad de O 3 por metro cúbico de aire no ha dejado de reducirse. Así, la concentración de ozono en la parte superior de la estratosfera, por encima de los 30 kilómetros, ha subido en 0,8 unidades Dobson (medida del espesor de la capa de ozono). Sin embargo, en las capas media y baja se ha producido un descenso de 2,6 unidades Dobson . La bajada, además, ha sido en la mayor parte del planeta, entre el paralelo 60º norte (que pasa por los países nórdicos) y el paralelo 60º sur, justo por encima del océano Antártico. El estudio también pone de relevancia otro fenómeno preocupante. La concentración de ozono en la capa más baja de la atmósfera (a nivel del suelo) no ha dejado de aumentar en los últimos años. De hecho, el aumento de O 3 en la troposfera casi iguala al descenso observado en la estratosfera. El ozono a nivel del suelo es un contaminante con efectos muy dañinos para la salud, por tanto, y aunque el ozono troposférico pueda ayudar a filtrar la radiación ultravioleta, no puede representar una alternativa.

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