Page 43 - Almería Mediterránea 2010

Basic HTML Version

a l me r í a me d i t e r r á n e a . 2 0 1 0 [
3 7
]
Hermelindo Castro Nogueira
Universidad de Almería
Humedales y salinas
del cabo de Gata.
Foto J. Bayo.
El agua de la tierra.
La provincia de Almería constituye el vértice de
aridez más intenso de Europa. Su situación geográ-
fica al socaire de los frentes atlánticos condiciona y
enmarca su biogeografía. Los paisajes erosivos y los
badlands
delimitan escenarios de fuerte sabor afri-
cano que los vientos dominantes pulimentan y las
avenidas torrenciales esculpen periódicamente. Al
subdesierto climático se añaden los desiertos edá-
ficos que representan los suelos fósiles y salinos de
los pasillos intramontanos. Las calizas recifales de
los valles interiores y las “mesas” que coronan los
cerros volcánicos del Cabo de Gata revelan episodios
de ascenso y descenso del nivel del mar. Las ramblas
cruzan estos paisajes con morfología de grandes ríos
pero con comportamiento de torrente, y los taraya-
les que ocupan sus cauces describen oasis lineales
que reverdecen el desierto. La ausencia de precipita-
ciones se compensa con la elevada humedad del aire
que se resuelve en rocío nocturno y empapa el suelo,
contribuyendo al mantenimiento de los tomillares y
matorrales esteparios.
El agua del mar.
La Virgen del Mar que dejaron los ponientes en la
playa de Torregarcía, patrona de la ciudad de Alme-
ría, marinera y pescadora, es bien conocedora de la
encrucijada de biodiversidad que representa el en-
cuentro de las aguas atlánticas y mediterráneas para
configurar nuestro mar de Alborán. Sin embargo, los
caladeros tradicionales de la pesca industrial y arte-
sanal están esquilmados por haberse sobrepasado su
capacidad de carga. También conoce los frágiles equi-
librios y la dinámica sedimentaria de la bahía, entre
ponientes y levantes, que nos empeñamos en per-
turbar con intervenciones agresivas, y vigila la salud
)
Almería,
los dilemas del agua