Ricardo Molina : dulce es vivir

Estudios especializados y recorrido por la vida y obra del poeta Ricardo Molina (1917-1968) acompañan al catálogo de la exposición con la que la Consejería de Cultura pone en marcha, con el objetivo de rescatar la memoria de autores relevantes cuya obra y figura son poco conocidos para el público general, una serie de conmemoraciones que se han denominado "Nuevos Clásicos Andaluces". En palabras de su amigo Pablo García Baena, Ricardo Molina era "un lector perfecto" y un "trabajador incansable". También un formidable poeta que admiraba la música y se dejó seducir por el flamenco, hasta el punto de llegar a definir este arte y sus formas de la mano de Antonio Mairena, creando un canon para conservar su esencia. Su temprano fallecimiento en 1968 le impidió saborear el aire libre en el que probablemente su poesía, su curiosidad incansable y su labor divulgadora del flamenco habrían alcanzado mayores cotas. Pero nos engañaríamos si pensáramos que su vida bajo la dictadura le impidió alcanzar la plenitud creativa. Ricardo Molina siempre fue un superviviente y la belleza de su obra le ha sobrevivido.