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Discursos

Intervención del presidente de la Junta en la entrega de los Premios Andalucía de Investigación

05/11/2010
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Es para mí un honor compartir con ustedes este acto de entrega de los Premios Andalucía de Investigación, con los que se reconoce la iniciativa, el tesón y el compromiso de los investigadores que hacen ciencia en Andalucía. También el de las empresas y entidades que destacan en el fomento de la investigación científica y el desarrollo tecnológico. Quiero felicitar a los galardonados por sus brillantes trayectorias profesionales, que representan la proyección y diversidad de la comunidad científica andaluza.

Este premio que habéis recibido hoy es el reconocimiento por un trabajo que nos alcanza a todos, que a todos nos incumbe porque es el conjunto de la sociedad andaluza la que gana con vuestra labor científica.

Antonio Villar me hablaba de la apuesta por la educación, que es la única apuesta que puede hacer un gobierno. Lo demás es siempre contingente, más o menos coyuntural y, en momentos de crisis como éste, lo coyuntural se convierte en importante, por el amplio problema del desempleo y por lo mal que lo pasan algunas familias. Muchas veces tenemos que preterir lo importante por lo coyuntural. No será en el caso de la educación. La educación es el único trayecto que no podemos interrumpir.

El PIB del mañana es la educación de hoy. Lo que hagamos hoy en educación será riqueza mañana y, además, esa apuesta por la educación crea demanda. Si nosotros mejoramos la competencia de todos los factores productivos, si somos capaces de mejorar la competencia del factor empresarial, que las empresas investiguen, que innoven, que usen las nuevas tecnologías, que formen a los trabajadores...

Si mejoramos la competencia del factor trabajo con formación continua para toda la vida y si mejoramos la competencia de la distribución de los bienes y servicios, los canales de comercialización, habremos obtenido lo que todo el mundo dice que tenemos que obtener: competitividad.

Pero no al revés, porque si buscamos la competitividad solamente, de forma instantánea, alargando las jornadas de trabajo, reduciendo los sueldos, tendremos pan para hoy y hambre para mañana. La mejor manera de ganar competitividad es hacer más competentes a todos los factores productivos. Eso son muchas cosas, pero es sobre todo la educación y la ciencia.

La ciencia ha sido esa gran desconocida para el ciudadano. Y aunque se observa un gran interés social por los asuntos relacionados con la ciencia y con la tecnología, nunca ha sido así hasta ahora. Quizás porque el envejecimiento nos plantea problemas en investigación genómica o celular, que esperemos que puedan tener respuestas en un futuro inmediato.

La investigación, la ciencia se han hecho patrimonio cultural de todos. Todos ambicionamos esa investigación y todos tenemos interés por conocer, por formular preguntas, ser capaces de desplazar el límite un poco más allá, arriesgar un poco más. El conocimiento empieza y se desarrolla siempre como actividad de investigación. Prueba y error, investigación, que es tanto como decir impugnarte a ti mismo. Impugnar continuamente lo que sabes.

El objetivo último de la investigación es el estudio profundo de la realidad. Una búsqueda de conocimiento que se extiende desde el análisis de los procesos naturales y sociales, al de los puramente lógicos. Un conocimiento que debe trascender y ya está trascendiendo el ámbito académico para ser difundido y compartido por la sociedad, como instrumento para derribar las barreras de la desinformación. Y la mejor manera de derribarla es el conocimiento. Insisto, no es lo mismo información que conocimiento. El conocimiento es algo más profundo que la información.

El profesor Narbona Jiménez con su intenso trabajo ha contribuido también a la autoestima de lo andaluz. Aquí los conceptos se aquilatan mucho más con la palabra. Lo que ha hecho el profesor Jiménez es evitarnos el considerar que solamente existe un andaluz normalizado. Hay hablas andaluzas, naturalmente que sí, en la Sierra de María no se habla igual que en Sanlúcar de Barrameda.

Pero, como dice el profesor, estas hablas andaluzas han hecho continente, ese espíritu Atlántico que tenemos los andaluces, que a veces se olvida. Pensamos que somos un pueblo Mediterráneo, pero somos un pueblo que nos hemos hecho en el Atlántico. Un pueblo que hemos salido al otro lado y en esa ida y vuelta hemos construido otras hablas, como las hablas colombianas o las peruanas o incluso las argentinas. Los investigadores que premiamos representan una ciencia útil, que busca soluciones a las necesidades de la sociedad y las empresas andaluzas.

El talento y el conocimiento de nuestras universidades y centros de investigación son un factor determinante de nuestro bienestar económico y social, es el elemento fundamental. La investigación básica ha de transformarse en aplicada y trasladarse a nuestro tejido productivo.

Y Joaquín y Adelaida, o José Manuel, lo sabéis muy bien. Rectores que han sabido ver cómo toda la investigación, la básica, es fundamental, pero luego además hay que saber trasladarla a aquello que, como decía antes, hace PIB.

Mi enhorabuena a Bartolomé Simonet Suau, por sus investigaciones realizadas en nanociencia y sus aplicaciones en nanotecnología. El gran impacto de sus aportaciones científicas y de sus actividades de transferencia del conocimiento, son una muestra de la necesaria interacción entre ciencia e innovación, que ya se da en Córdoba. Su inquietud científica y espíritu emprendedor le han valido para transformar conocimiento en un proyecto empresarial de futuro.

Apostar por la cooperación, el talento, la calidad, la innovación y el desarrollo tec-nológico, aseguran el éxito de un proyecto. La empresa malagueña AT4 Wireless es un buen ejemplo de todo esto. Muchas felicidades por vuestro trabajo y por vuestra brillante trayectoria. Es verdad que empezó siendo una empresa pública, una empresa de la Junta de Andalucía y hoy es una empresa en el mercado.

Es una empresa que se ha consolidado como centro de referencia internacional en un sector de fuerte contenido tecnológico, como es el de las telecomunicaciones y tecnologías de la información. El saber científico también mejora la calidad de las empresas. Su papel es esencial en el desarrollo de la capacidad del sector productivo para solucionar problemas complejos. Mi enhorabuena al profesor Domínguez Abascal, por la brillantez y amplitud de su trayectoria científica en el campo de la ingeniería mecánica.

Su labor al frente del Centro Andaluz de Metrología es una muestra de ello. El soporte tecnológico a la industria andaluza facilita el uso de la tecnología como herramienta para estimular la innovación y la competitividad. Hoy reconocemos una ciencia que debe estar al servicio de la sociedad. Y, por ello, debe dar respuesta a los nuevos desafíos que se plantean.

Esta crisis nos está obligando a encontrar nuevas respuestas, y además, la palabra crisis siempre se resuelve en afirmativo. Nos debe hacer de la necesidad virtud, y debemos saber que había un modo de entender el crecimiento económico y que después de esta crisis estamos obligados a entenderlo de manera distinta.

Mis felicitaciones a Antonio Villar Notario, usted es de los que hacen números con la economía. Mis felicitaciones por su implicación en el desarrollo de la ciencia económica en Andalucía y la relevancia teórica de sus trabajos. Un conocimiento que aplica a temas tan fundamentales para la sociedad como el desarrollo humano, la mujer y su relación con el mercado de trabajo, o la desigualdad y el bienestar social. Eso es enormemente importante porque es lo que de verdad hace que la economía sea valiosa, ayuda a comprender que todavía existen desigualdades contra las que luchar y que podemos hacerlo.

Asimismo, el envejecimiento de la población, las enfermedades crónicas, son un reto cotidiano para muchas personas, para muchos que vivimos ese problema, a veces, de forma angustiosa, sabiendo que pasa el tiempo y que no alcanzamos esa solución a la enfermedad de un ser querido.

La investigación en salud es una seña de identidad de Andalucía. Hemos decidido investigar en salud porque creemos en un modelo de bienestar que no debe ser resistente. Es decir, a veces decimos que hay quien quiere derogar el sistema de protección social; y, otros dicen, hay que resistir. No, hay que consolidar. Y consolidar es hacer reformas. Y reformas significa que un modelo de bienestar que históricamente se concibió como simplemente sostenimiento de rentas, un modelo de bienestar social pasivo, debe pasar a ser activo.

En el campo de la salud lo podemos hacer perfectamente: promoción de la salud, prevención de la enfermedad, vida sana, pero, investigación. Ese es el modelo que tenemos que aplicar al desempleo, a la vejez, a todo lo que compone el sistema de bienestar, pero, desde luego, en la sanidad. No tengo ninguna duda de que lo prioritario en sanidad hoy es investigación, docencia y asistencia, por supuesto. Todos sabemos que un gran centro hospitalario, un gran centro de especialidades se hace grande porque hay investigación y docencia.

Mi felicitación al profesor Aguilera López, vicedirector del Centro Andaluz de Biología Molecular (Cabimer), por su labor en el ámbito de la genética y la biología molecular, por su dedicación en Andalucía, donde ha creado escuela y, sobre todo, porque me permite decir este discurso, enseñando que hay personas con nombres y apellidos que lo hacen realidad, que es lo bueno que tiene un discurso, ver que se encarna.

En Andalucía se está haciendo realidad por el profesor Aguilera y otros muchos que comparten esa ambición por liberarnos de problemas que aún todavía hoy no tienen solución.

Estos premios demuestran que en Andalucía contamos con una importante masa crítica, eso es lo que hace a Andalucía, el impugnarnos todos los días, el querer hacer mejor lo que creemos que hacemos bien. Tenemos excelentes profesionales, tenemos infraestructuras científicas y tecnológicas y tenemos que seguir avanzando en ese terreno.

El Campus de Rabanales es un buen ejemplo de ello. El edificio Leonardo da Vinci va a suponer un importante salto en la calidad de la docencia e investigación en el ámbito científico-técnico en la Universidad de Córdoba.

Desde el año 2000 Andalucía ha duplicado los recursos destinados a la I+D. Hoy somos la tercera comunidad española, con una inversión en I+D de más de 1.500 millones de euros (más del 1% del PIB), y la cuarta en solicitud de patentes. Cataluña y Andalucía están en la vanguardia, sin duda alguna. Cataluña y Andalucía van creciendo y queda mucho.

Tenemos un compromiso por la excelencia: El Campus Agroalimentario, liderado por la Universidad de Córdoba, y en el que participan también las de Almería, Cádiz, Huelva y Jaén; Andalucía Tech, de las universidades de Málaga y Sevilla, y bioTic, de la Universidad de Granada.

A veces nos regocijamos en entender lo que no se paga, lo que nos diferencia. A veces enfrentamos a una provincia con otra, pero aquí tienen rectores que se unen en un proyecto compartido. Esa unión es la que permite saber que uno más uno son tres, que no son dos, que son más, porque están uniendo muchos esfuerzos y eso hace que crezca todo de forma exponencial. Es en estos momentos, más que nunca, cuando el fomento de la investigación y de las actividades en I+D+i se convierten en una prioridad estratégica, política y social, es cuando no podemos retroceder.

Me lo han oído decir muchas veces, se es joven cuando se trabaja para un tiempo que uno no va a vivir. Esa es la mejor manera de hacerse joven en la política y, sobre todo, en la política educativa en la que yo sé que todos ustedes creen. Eso es también conservar nuestro nivel de bienestar social y nuestro nivel de desarrollo económico. No se engañen nunca, la política educativa es la política económica, no es una política social. Es una política que crea riqueza, que creará una oferta sostenible y que nos hará a todos mucho mejores.

Soy consciente de que hay muchos desafíos en el futuro, que tropezaremos y nos levantaremos, pero sé que los andaluces tenemos fuerza, capacidad y ambición suficientes para conseguir los objetivos que nos propongamos. Por eso, hoy, los premiados son un estímulo y a ellos dedico mi última palabra.