Jóvenes participantes en una pasada edición en el taller de creación audiovisual.

Viernes, 1 de julio. El calor ha llegado a Granada. La comunidad escolar comienza su éxodo veraniego hacia las playas. Las aulas han quedado vacías. Salvo en el Instituto de Educación Secundaria Hermenegildo Lanz. Allí, a la entrada, ante un aforo de 150 personas de 14 a 17 años, un cartel con una ocurrente imagen invita a pasar tres días de convivencia, repartidos entre estas instalaciones y las del Albergue Inturjoven, para aprender qué es igualdad de género, en todos sus sentidos. Arranca la III Escuela de Igualdad de Andalucía.

Ese cartel de la entrada fue realizado por una de las personas participantes de la anterior edición. Y es que la Escuela de Igualdad, promovida por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ) y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), no es un foro de encuentro cualquiera, con charlas teóricas al uso. Es una auténtica convivencia, adaptada al lenguaje y a la demanda juvenil, con talleres prácticos que enseñan que las propuestas políticas e ideológicas son mucho más que eso, porque influyen en su día a día, y pueden tener resultados.

La iniciativa parte de que la desigualdad se transmite a todos los niveles mediáticos: en el lenguaje, el teatro, el humor, la música, la publicidad, las películas... Y, a través de los mismos, se puede fomentar la igualdad. "Hay que hacer una reflexión a partir de lo que estamos viviendo como roles de género establecidos tradicionales e intentar reconstruir una nueva imagen", destaca Tarha Erena Sarmiento, responsable del taller de Fotografía, uno de los seis grupos prácticos que desarrolla la Escuela de Igualdad, cuyo éxito se basa en la participación activa.

De hecho, si en las dos primeras ediciones la participación alcanzó las cien personas, la demanda de este año ha llevado a elevar el cupo a las 150. Son todas personas jóvenes, de entre 14 y 17 años, que reciben educación no formal en igualdad y prevención de la violencia de género a través de charlas, dinámicas de grupo y, sobre todo, talleres prácticos juveniles, cuyos productos o resultados finales tendrán una utilidad real (fotografías para carteles, spots para campañas de sensibilización, etc).

Contenidos

Los talleres versan sobre fotografía (como cauce de expresión para visualizar la lucha contra los estereotipos); teatro (lenguaje corporal para reclamar la igualdad y la prevención de la violencia); música (como medio de difusión de mensajes); audiovisual (para la elaboración de spots o imágenes para la sensibilización); cómics (para fomentar viñetas más igualitarias y rompedoras de estereotipos sexistas) y cuentos (que puedan ser usados como recurso educativo).

Abel Ippólito, coordinador del taller de Viñetas, cree que el "humor es una herramienta maravillosa a la hora de comunicarnos, de transmitir ideas, de educar". En la misma línea hablan las monitoras del taller de teatro, que definen éste como una vía de comunicación "inmejorable" que permite educar, a través del autoconocimiento previo y del conocimiento de la realidad. En los talleres de música, audiovisual y fotografía, los participantes también analizan cuál es la realidad y la imagen de la mujer que transmiten los medios de comunicación, al tiempo que disfrutan experimentando y elaborando sus propias propuestas, descubriendo así que las alternativas son posibles.

Pero los talleres no son la única propuesta de la Escuela, que se completa con charlas participativas y debates, en las que se estudia la situación de desigualdad de las mujeres en diferentes ámbitos y se analiza el papel de la juventud como agente de cambio. Asimismo, cuenta con una ponencia sobre violencia de género, que analiza este año los riesgos de internet y el uso de las redes sociales, y una mesa redonda sobre mujeres en el mundo, para exponer la experiencia vital de diversos países.

Agentes activos

Para la Consejería para la Igualdad, este foro de convivencia es una herramienta de educación no formal, que por su mismo formato contribuye a llegar más fácilmente a la juventud y difundir en ella el concepto de igualdad.

Un valor añadido es la puesta en común de experiencias y buenas prácticas que ayuden a poner en marcha iniciativas con perspectiva de género. Pero, sobre todo, el mayor valor añadido es concienciar de ello a 150 jóvenes de toda Andalucía, que luego serán el altavoz en sus territorios, ya que la mayoría de las personas participantes suelen tener vinculación con los espacios juveniles de sus municipios, como corresponsales juveniles, alumnado mediador o jóvenes de centros de menores.