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Discursos

Intervención de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en la apertura del curso universitario 2013/2014

04/10/2013
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La solemne apertura del curso académico de la Universidad es siempre un acto trascendente y de gran repercusión social, y se convierte en un momento de encuentro entre la comunidad universitaria y la sociedad. Este momento ha de servir, más allá de las consideraciones estrictamente protocolarias, para reflexionar sobre las cuestiones universitarias del momento, que tienen gran relevancia sobre el presente y el futuro de nuestra máxima institución académica y, también sobre el futuro de Andalucía.

Me complace especialmente estar en la Universidad de Jaén en el año que se celebra su 20 aniversario, también de la Universidades de Almería y Huelva; porque considero que estas instituciones son, en cierta medida, un emblema del cambio producido por nuestro sistema universitario.

Quizás, en determinadas ocasiones, no seamos capaces de valorar los logros conseguidos en estos años. Pero baste decir, hablando solo desde la perspectiva económica, que estamos ante una fuente directa de dinamización económica y de generación de riqueza que, estoy segura de ello, los ciudadanos y ciudadanas valoran en toda su plenitud.

Debemos valorar, igualmente, la importante contribución que la Universidad hace a la articulación y cohesión social.

Difícilmente se puede encontrar un ejemplo mejor y más claro de las políticas de equidad e igualdad de oportunidades. Debemos seguir trabajando para que lo que determine que un joven o una joven de Andalucía pueda ir a la Universidad no sea la renta de su familia, sino el trabajo y la aplicación de cada uno; que lo que cuente no sean los recursos familiares sino la vocación y el esfuerzo.

El reciente cambio de requisitos de rendimiento para ser beneficiario de una beca por el Ministerio, así como la disminución de su aportación al programa ERASMUS, no hacen sino generar incertidumbres y poner nuevas dificultades. En Andalucía, tenemos la necesidad y la convicción de dar respuesta a estas y otras incertidumbres generadas, para que no dificulten el compromiso social de las Universidades Públicas, garantes de la equidad e igualdad de oportunidades.

El éxito de nuestro sistema educativo se mide por su capacidad para atender a los que tienen más dificultades y menos recursos. Mantenemos un año más el precio de la educación superior en el mínimo de la horquilla fijada por el Ministerio de Educación, con una mínima subida por debajo del IPC, sin distinción por rama de conocimiento, para que la elección de unos estudios no esté condicionada por el coste de los mismos.

Junto a los precios públicos, las ayudas al estudio deben garantizar las oportunidades y permiten que los alumnos desarrollen al máximo sus capacidades, no sólo en lo académico sino también en lo profesional.

Durante años la apuesta sostenida del Gobierno Andaluz se centró en el desarrollo de un Sistema Universitario con implantación en todo el territorio, garantía de accesibilidad y cohesión territorial. De manera que hoy Andalucía cuenta con diez universidades públicas y 234.000 alumnos, por cierto con una mayoría de mujeres. Cada provincia acoge, al menos, una Universidad, y además contamos con una Universidad Internacional con presencia también en esta provincia, con su sede de Baeza.

En 2012, las Universidades públicas andaluzas, con más de 700 millones de euros, han realizado el mayor esfuerzo de I+D de toda España. Son, además, las más activas en la creación de empresas de base tecnológica y spin-off, con más de 150 empresas que generan unos 700 empleos.

Somos conscientes de que las Universidades Públicas son un elemento clave para el desarrollo económico y social de la comunidad autónoma. Un motor de cambio, capaz de construir un nuevo modelo productivo sobre las bases del conocimiento y la innovación. Una tarea que se materializa a través de la transferencia del conocimiento científico hacia las empresas, pero también de la formación, permanente y de calidad, del capital humano. De ahí la importancia de que nos acompañe la Universidad en la necesidad que tiene esta tierra de redefinir su modelo productivo.

En Andalucía, aún con las limitaciones financieras e imposiciones del momento, seguimos dando prioridad a estas políticas.

Para una sociedad como la nuestra, esta apuesta no es una opción, sino una necesidad. Es vital tener una actitud proactiva e impulsar la construcción de nuestro futuro, marcando los ritmos, poniendo acentos y definiendo prioridades.

Hoy, en todas las sociedades desarrolladas, existe un amplio consenso sobre una idea: el conocimiento es ya el primer factor de producción y la innovación, la única garantía de competitividad y de mantenimiento de nuestro Estado de bienestar.

Debemos ser plenamente conscientes de que, si queremos avanzar, es necesario ganar la batalla del talento. Una batalla para la que tenemos un gran arma: la educación.

El futuro de Andalucía depende del presente de sus jóvenes. Cuando concedemos una beca, estamos invirtiendo en conocimiento que mejora nuestra capacidad productiva.

El Gobierno andaluz va a mantener este año el esfuerzo presupuestario para las Becas Talentia, que permitirán a 120 alumnos desarrollar sus estudios de posgrado en universidades prestigiosas de todo el mundo. También reforzamos el complemento autonómico de las becas del Ministerio y del programa Erasmus, de las que se beneficiarán 8.000 andaluces. Además, mantenemos otras ayudas dirigidas a cofinanciar prácticas en empresas.

Abrir nuevos horizontes a la formación y a la educación, generando excelencia y calidad, son bases sólidas para mejorar la competitividad y aumentar la vinculación de nuestras universidades y centros de investigación con el tejido social y productivo.

Por ello, además de adquirir conocimientos, hay que buscar la aplicabilidad de los mismos para que reviertan en la sociedad. Y el emprendimiento está directamente relacionado con este factor.

Vamos a seguir trabajando, además, por ofrecer nuevas oportunidades laborales a los egresados universitarios que les permitan sacar adelante sus ideas y aportar su energía a la recuperación económica.

La vinculación entre ciencia, universidad y empresa es la mejor fórmula para que los logros de nuestra comunidad científica retornen a la sociedad convertidos en avances en calidad de vida, bienestar social y desarrollo económico. Este es un camino que iniciamos hace tiempo y en el que vamos a perseverar.

Por eso, vamos a poner en marcha un programa para facilitar la contratación por parte de las pequeñas y medianas empresas de doctores o estudiantes de doctorado en las universidades andaluzas. El desarrollo de la innovación en nuestras empresas necesita de todo el talento y creatividad de la sociedad andaluza.

Sabemos que una de nuestras grandes fortalezas es, sin duda, el capital humano: el "músculo" de nuestro sistema y el conocimiento su corazón y vida. Por ello, estamos convencidos de que nuestra apuesta debe ser por las personas. El 92% de las empresas andaluzas tiene menos de cinco trabajadores y ahí es donde se hace fundamental la cooperación entre la universidad y la empresa.

También somos conscientes de que una educación y una investigación de calidad requieren de buenas infraestructuras y servicios. En este sentido, el nuevo curso académico comienza con un importante esfuerzo presupuestario por parte del Gobierno andaluz que permitirá culminar una veintena de proyectos de ampliación y mejora de instalaciones, equipamientos y servicios en las universidades andaluzas. Más de 100 millones de euros que permitirán, por ejemplo, concluir la zona docente del Parque Tecnológico de la Salud de Granada o adecuar dotaciones ya finalizadas, como la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Cádiz, este esfuerzo unido al realizado en los últimos 10 años, han permitido contar con un "campus", como el que nos alberga; o el desarrollo del nuevo "campus científico-tecnológico" de Linares en avanzado estado de construcción.

Como les decía, Andalucía mantiene una actividad investigadora de calidad. Esto es así gracias al capital humano, la experiencia y los medios, que permiten a la región estar a la altura de las circunstancias.

Por ello, el siguiente paso para la Junta de Andalucía es facilitar a las empresas el desarrollo de I+D+i y su aplicación eficaz a su actividad productiva. Con esto se busca incrementar la inversión privada en este campo, que actualmente representa solo un tercio (30%) del total de Andalucía, frente al 63% de la media europea.

El Gobierno andaluz está trabajando en un programa específico para implicar a la iniciativa privada en el desarrollo de proyectos de investigación con los centros de excelencia andaluces. Queremos potenciar la colaboración público-privada para multiplicar la inversión y acercarnos a los modelos de los países más avanzados.

En este marco, estamos trabajando en el diseño del nuevo plan de I+D+i de cara al horizonte 2020, en colaboración con las universidades y el CSIC. En él habremos de fijar los retos para reforzar nuestra posición en contextos globales de producción y distribución de conocimiento.

Buen ejemplo de la decidida apuesta de Andalucía por la investigación y la innovación como factores clave para construir un nuevo modelo de crecimiento sostenible, son nuestros Campus de Excelencia Internacional. Se trata de proyectos que amplían a la comunidad internacional el ámbito y los horizontes de nuestras 10 Universidades públicas, abriéndolas a la colaboración con empresas, parques tecnológicos e institutos y centros de investigación nacionales e internacionales.

Las Universidades andaluzas, cada una desde su identidad propia y con sus singularidades específicas, han sabido aunar objetivos y prioridades. Y esta es una de las mayores fortalezas de nuestro sistema universitario público.

Queremos una universidad transparente, enhorabuena rectora por el reciente reconocimiento en esta materia, y cercana a la sociedad, pero también una institución participativa, en la que toda la comunidad universitaria se sienta embarcada en un proyecto común. Universidades en las que se ponga en valor la estima y el aprecio por la labor del profesorado. La función docente, esencial para el cumplimiento del objetivo prioritario de las Universidades, y de todo el sistema educativo, necesita ser revalorizada y a ello debemos contribuir todos.

Podría decirse que le pedimos mucho a la Universidad, y puede que sea cierto. Le pedimos mucho porque confiamos en la potencia y capacidad de nuestras universidades.

Vamos a seguir colaborando y dialogando con las Universidades Andaluzas para que sean Universidades humanas y humanistas, comprometidas con la calidad y la profundidad del saber; y ello desde el respeto mutuo a nuestros distintos ámbitos competenciales y, especialmente, al de la autonomía universitaria en la formación, generación de conocimiento y compromiso social.

Una Universidad competente y competitiva, centrada en el estudiante y abierta a la sociedad y a sus necesidades y que contribuya a que abordemos, entre todos, el desafío colectivo de transmitir a las generaciones futuras un mundo mejor.

Trabajemos por nuestra sociedad y por nuestras universidades, que nos hacen más iguales y capaces y de las que depende, en gran medida, un futuro mejor para los andaluces y andaluzas, en definitiva para Andalucía.

Concluyo con una frase de Séneca: "Ningún descubrimiento se haría ya si nos contentásemos con lo que sabemos". Aprovechemos este nuevo curso para seguir aprendiendo, para seguir creciendo y para seguir formándonos como ciudadanos y profesionales.