Majestad, recibid la más cordial bienvenida a Andalucía, y en concreto a Sevilla, en nombre de sus ciudadanos, entidades e instituciones. Todos conocemos su interés y preocupación por cuanto acontece en esta Comunidad, por verla crecer y desarrollarse, por lo que significa para el conjunto de España en términos demográficos, históricos y económicos. Y se lo agradecemos de corazón.

Estamos inaugurando un tiempo nuevo, en lo económico y en lo político. Si para España éste es un momento clave para situarse en el lugar que, por historia y potencial, le corresponde, para Andalucía esta etapa ha de ser decisiva. Ha de permitirnos recuperar todas nuestras potencialidades y mejorar el bienestar de todas las personas.

Es hora de levantarnos, de creer en nosotros mismos y en nuestras posibilidades, que pueden ser todas las que queramos que sean porque tenemos impulso, capacidad y talento. Porque contamos con las generaciones más y mejor preparadas, como queda hoy acreditado; y porque cada vez más está calando en nuestra gente la importancia de apostar por la cultura del esfuerzo, por el emprendimiento y por la innovación y la investigación como faros rectores de nuestro modelo productivo.

Es hora de encarar el presente con decisión y ganas de recuperar los derechos, libertades y condiciones perdidos o mutilados. Sólo así podremos escribir el futuro que ansiamos, el mejor, para nuestra tierra. Y ese renacimiento ciudadano, de país y de Andalucía, no podemos afrontarlo con garantías sin contar con nuestros jóvenes. Darle la espalda a las generaciones que vienen, no priorizar acciones de gobierno al respecto, equivaldría a desperdiciar un potencial sobresaliente.

Por eso debemos todos, tanto en la esfera pública como en la privada, hacer cuanto esté en nuestras manos para que nuestros jóvenes, y en especial los más preparados, cuenten de verdad con oportunidades laborales, con expectativas, con ese apoyo imprescindible que les sirva para llegar donde cada uno se lo proponga.

Tener capacidad para retener nuestro mejor talento, e incluso para convencer a los que se nos han ido de que vuelvan; y estrechar las relaciones entre nuestras universidades y las empresas con la investigación y la innovación como claves esenciales para crecer y competir. Ésta es parte de nuestra hoja de ruta para relanzar nuestra tierra en este nuevo tiempo. Y no tenemos un minuto que perder.

Enhorabuena, premiados y premiadas, por ser el reflejo de esa cultura del esfuerzo que tanto necesitamos. Tened mi compromiso como Presidenta del Gobierno andaluz de que trabajaremos sin descanso para hacer de Andalucía la tierra de oportunidades que puede ser.

Y mi reconocimiento a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, una institución varias veces centenaria que ha sabido evolucionar sabiamente para integrarse plenamente en el devenir social y cultural de esta ciudad, y de toda Andalucía,  sabiendo fomentar, reconocer y recompensar el arte, el talento y la excelencia de sus ciudadanos.

Felicidades, también, a los profesionales de la Tauromaquia que han sido destacados, herederos de un arte que en nuestra tierra es percibido, por una parte significativa de la sociedad, como seña de identidad cultural, como una expresión festiva, una tradición popular, un universo en sí mismo.

A todos los que hoy han obtenido recompensa por su esfuerzo y entrega, tanto en la esfera universitaria como en la taurina, os animo a que no perdáis ni un ápice de esa ambición que os ha traído hasta aquí.

Vuestra dedicación y vuestro compromiso son un orgullo para todos y un valor que garantiza nuestra apuesta por un futuro mejor para Andalucía y para España. En ese camino, tenéis el compromiso de la presidenta de la Junta de Andalucía y del Gobierno que inmediatamente voy a constituir.