La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha fijado como prioridades de su mandato durante la décima legislatura la creación de empleo, la regeneración democrática y lucha contra la corrupción, y la consolidación y el logro de nuevos derechos sociales. Estos compromisos, plasmados en un programa con 135 medidas, se llevarán a cabo de la mano de un gobierno "sólido, potente, con capacidad, fuerza y, sobre todo, con ganas" de conseguir que, en esta legislatura, Andalucía dé "un gran salto adelante" y ocupe "el lugar que merece y que está en condiciones de ocupar".

El Ejecutivo está integrado por 13 consejerías, al frente de las cuales Díaz ha situado a "gente distinta, diversa, plural", que son "reflejo de Andalucía" y de sus aspiraciones. Con una marcada apuesta por el desarrollo económico, la educación y la salud, el nuevo gabinete se marca el objetivo de "poner toda la Administración andaluza al servicio de las necesidades de los ciudadanos". Ello se llevará a cabo, en palabras de Susana Díaz, "con rigor, con austeridad" y manteniendo, al mismo tiempo, "la calidad de los servicios públicos con la estabilidad prespuestaria en la que Andalucía está comprometida".

La investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía en la décima legislatura se produjo el 11 de junio de 2015, tras ser elegida en el Parlamento autonómico con 56 votos a favor del PSOE-A y Ciudadanos, 51 en contra y dos ausencias. La presidenta asumía su responsabilidad en esta nueva etapa tendiendo la mano al resto de formaciones políticas presentes en la Cámara y con la voluntad de estar "a la altura de un gran pueblo y del trabajo de casi nueve millones de personas que se levantan cada día para hacer esta tierra mejor".

Tres días después, el 14 de junio, Díaz tomaba posesión de su cargo en un acto celebrado en el Parlamento, en el que se comprometía a "dejarse la piel" para conseguir "una Andalucía más justa, más próspera y más igualitaria", con un recuerdo especial a los "millones de andaluces" que peor lo están pasando. Por ello, sus primeras palabras estuvieron dirigidas a las madres que no pueden garantizar tres comidas a sus hijos, los pensionistas que ayudan a sus familias, aquellos que viven bajo la amenaza de los desahucios, los trabajadores sin empleo, los autónomos y los empresarios.

En la misma línea, tras presidir el 18 de junio la toma de posesión de los nuevos consejeros, celebrada en San Telmo, la presidenta se mostró convencida de que el nuevo gobierno estaba "en condiciones de abrir, junto a los andaluces y las andaluzas, los mejores años de nuestra tierra", poniendo las necesidades y aspiraciones de la comunidad "en el centro de sus preocupaciones".

Un día después de la toma de posesión de los nuevos miembros del Ejecutivo y de que éstos recibieran sus carteras al frente de sus respectivos departamentos, Díaz presidió el primer Consejo de Gobierno del nuevo equipo. En el mismo, tal y como ya había comprometido la presidenta, se dio luz verde a dos anteproyectos de ley para ampliar y reforzar las medidas contra los desahucios en la comunidad autónoma. Asimismo, se informó de la orden que regulará las ayudas a universitarios para la acreditación de competencias idiomáticas de nivel B1 o superior durante el próximo curso escolar, dentro de la apuesta de la Junta por la universidad pública.