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Turistas a caballo

Municipios de la ribera del Guadalquivir reciben 7,2 millones para poner en valor recursos ecuestres que atraigan visitantes a la zona

15/04/2011
El Pura Raza Española está íntimamente ligado al río Guadalquivir.

El Pura Raza Española está íntimamente ligado al río Guadalquivir.

"...Y que quería que el ausencia fuese que los dos nos viniésemos en casa de mi padre, con ocasión que darían al duque que venía a ver y feriar unos muy buenos caballos que en mi ciudad había, que es madre de los mejores del mundo". Con estas palabras, puestas en boca del personaje Cardonio de El Quijote, se refiere Miguel de Cervantes a la ciudad de Córdoba en su condición de centro neurálgico de la cría caballar en España a partir del siglo XVI.

El Pura Raza Española (P.R.E.) es conocido desde tiempos ancestrales como caballo andaluz y su origen está íntimamente ligado al río Guadalquivir. Ya en el siglo IV a.C. era elogiado por Aristóteles y, posteriormente, por historiadores como Plinio El Viejo, Virgilio y Columela. Los ejemplares de Iberia eran famosos y ensalzados en todo el mundo, y por eso fueron exportados para cruzarlos con otras razas fuera de nuestras fronteras. Apreciados para el circo y las campañas bélicas, fue en la época romana cuando empezó a gestarse su reconocimiento internacional.

Ya en la Edad Media, eran apreciados los caballos de Abderramán y Almanzor. Y más tarde, dada la calidad de los équidos del área meridional de la Península, los reyes marcaron la denominada 'Raya Real', una región ecuestre privilegiada que incluía a Andalucía, Extremadura y Murcia y al sur de la cual se prohibió, entre los siglos XIII y XIX, cruzar yeguas con asnos para preservar la pureza del linaje.

En este contexto, fue Felipe II quien planificó la ordenación de la cabaña existente y sentó las bases definitivas de la raza. En 1567 creó las Caballerizas Reales de Córdoba, un centro emblemático que reuniría a los mejores ejemplares de las provincias del entorno del río Guadalquivir en la denominada 'Yeguada Real'. En esta época surgen también las maestranzas de caballería como corporaciones nobiliarias cuyo principal fin era el ejercicio de la monta. A partir de entonces y durante varias centurias, los ejemplares equinos nacionales fueron los más apreciados en Europa y protagonizaron retratos de reyes y nobles de la época.

Sin embargo, esta edad de oro entró en decadencia a principios del siglo XIX a partir de la Guerra de la Independencia. Los distintos avatares políticos que la sucedieron provocaron que la cabaña nacional sufriera un importante deterioro. Los intentos de recuperación estuvieron auspiciados en un primer momento, entre otros, por la Escuela de Veterinaria de Córdoba y, más tarde, por el Ministerio de Guerra, la Cría Caballar dependiente del Ejército español y sucesivos ministerios en la Segunda República. Fue durante el franquismo cuando la 'yeguada nacional' pasó a denominarse 'yeguada militar'.

Caballos olímpicos

Pese a estos altibajos, no se ha perturbado la esencia de la raza, gracias a los esfuerzos en la preservación del linaje que han desarrollado en la historia contemporánea tanto el Ejército español como instituciones públicas y privadas, y ganaderos andaluces particulares. En los últimos años, los equinos nacionales han empezado una nueva edad de oro y han alcanzado su máxima proyección mundial debido, entre otros motivos, a sus clasificaciones en la disciplina de doma clásica en diferentes competiciones ecuestres y Juegos Olímpicos, obteniendo diploma en las citas de Atlanta 1996 y Sidney 2000, y la medalla de plata por equipos en Atenas 2004, por mencionar algunos de los ejemplos más recientes.

En definitiva, el caballo español forma parte del patrimonio cultural andaluz y su origen está estrechamente ligado al entorno del río Guadalquivir, lo que lo convierte en una sólida base para la creación de un producto turístico de enorme atractivo. Y éste es, precisamente, el leitmotiv que ha llevado a impulsar medidas para poner en valor los recursos ecuestres de la comunidad y convertirlos en una referencia europea en este segmento, gracias a la colaboración entre a la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte y la Asociación de Ciudades Andaluzas de Turismo del Caballo (ACATC).

Recursos turísticos

Con este objetivo, se está ejecutando la Iniciativa de Turismo Sostenible (ITS) 'Guadalquivir a Caballo', que fortalecerá la posición del valle del río como destino vinculado con la práctica de la actividad ecuestre. El programa cuenta con una inversión global de 7,2 millones de euros y beneficia a seis municipios de tres provincias: Sanlúcar de Barrameda y Jerez de la Frontera (Cádiz), Écija y Dos Hermanas (Sevilla), y Córdoba y Palma del Río (Córdoba).

Las medidas que recoge esta ITS se encaminan a la adecuación turística de las márgenes del río, el aprovechamiento sostenible de los recursos relacionados con el entorno natural y el patrimonio histórico, y la articulación de una oferta conjunta de productos y servicios con la que atraer a visitantes para la práctica de actividades recreativas y deportivas relacionadas con el caballo.

En el marco de este plan, acaba de ver la luz un estudio que pretende facilitar la organización y planificación del patrimonio de todos los municipios de la ribera del Guadalquivir que mantienen un vínculo estrecho con el turismo ecuestre, con el objetivo de evaluar la situación actual y diseñar un calendario de eventos tradicionales y actividades singulares relacionadas con el caballo.

Estudio de situación

Este informe ha identificado un total de 407 elementos con potencial turístico en este segmento, entre los que se encuentran estancias hípicas (10), eventos (197), rutas (71) y museos ecuestres (4), establecimientos de artesanía (32), recursos estratégicos (3), centros ecuestres (22), yeguadas (11) y otras empresas especializadas (56).

El estudio hace especial mención a las estancias y centros hípicos, a los que considera la piedra angular de este producto turístico. Así, detalla que estos establecimientos aglutinan 226 plazas hoteleras y 1.565 boxes para el alojamiento de caballos. El perfil del viajero que visita este tipo de instalaciones es de entre 20 y 45 años y residente en la provincia, aunque se aprecia también una presencia destacable de extranjeros procedentes, sobre todo, de países del entorno europeo y de Estados Unidos.

Con carácter general, en este análisis se propone el desarrollo de una estrategia territorial conjunta para la puesta en valor del caballo como recurso económico, social y cultural en Andalucía. En este sentido, apuesta por potenciar la red de centros hípicos y reforzarla con nuevos establecimientos de alojamiento rural, y por una línea promocional ligada a la unión de los productos ecuestres con la oferta complementaria que trate de captar al turista extranjero de nivel medio-alto. También recomienda la creación de una ruta que enlace Córdoba con Sanlúcar de Barrameda e incide en el potencial de las romerías, ferias y eventos ecuestres como polos de atracción de visitantes.

Esta estrategia se sumará a otras iniciativas en la comunidad para convertir el mundo del caballo en un referente de autenticidad. En esta línea se encuentra la labor que desarrolla la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, dependiente de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, para la preservación de la raza y la difusión del patrimonio histórico y cultural de la disciplina. Finalmente, merece especial mención el patrocinio de eventos deportivo-turístico tan importantes como las temporadas de los hipódromos de Dos Hermanas y Mijas, o de citas únicas a nivel mundial como son las Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda o el Raid Kaliber-Andalucía, entre otros.