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Villas turísticas, viaje al interior de Andalucía

Los alojamientos de esta red, que gestiona la Junta desde 2012, se ubican en enclaves de gran riqueza natural, paisajística, cultural y gastronómica

30/08/2013
Balcón a la sierra en la Villa Turística de Grazalema.

Balcón a la sierra en la Villa Turística de Grazalema.

Andalucía puede hacer gala de las mejores playas y de un clima excepcional con el mayor número de horas de sol al año de toda Europa. Pero en la comunidad hay otros muchos atractivos con los que pocos destinos nacionales e internacionales pueden compararse. Entre otros recursos, cuenta con una amplia red de ciudades medias con un valiosísimo patrimonio monumental y etnográfico; una serie de entornos y parques de enorme relevancia medioambiental; una gran variedad de tradiciones y fiestas populares singulares; una gran riqueza gastronómica y enológica, así como una gama de establecimientos hoteleros y casas rurales de calidad.

De este modo, el turismo de interior es una alternativa muy apetecible, ya que une la posibilidad de realizar actividades complementarias integradas en la naturaleza y en el espacio rural con la oportunidad de disfrutar de otros ambientes culturales, mediante el contacto directo con los lugares y sus gentes.

El segmento de interior es estratégico para el conjunto de la actividad turística porque aporta un número significativo de viajeros al año y contribuye tanto a la lucha contra la estacionalidad como a diversificar la oferta generando nuevos productos, como el turismo rural y de naturaleza, el activo, el gastronómico, e incluso algunos tan especializados como el ornitológico o el micológico.

Un rincón de la Villa Turística de Cazorla.

En este sentido, hay que destacar que esta tipología atrae en torno a 3,7 millones de visitantes hacia Andalucía, que generan más de cinco millones de pernoctaciones, presentan unos índices de gasto diario (69,13 euros) superiores a la media y tienen un alto grado de fidelidad. Y, al mismo tiempo, se ajusta a las nuevas tendencias en cuanto a la organización particular de los viajes, las motivaciones de los visitantes o la configuración de los periodos vacacionales, cada vez más cortos pero distribuidos a lo largo del año.

Atendiendo a esta importancia, el Gobierno andaluz viene desarrollando una serie de iniciativas para crear un producto único que atraiga a los viajeros y que contribuya a la vertebración de distintos municipios, cuyo eje vertebrador es el Plan de Fomento de Turismo Interior Sostenible, que ya se está elaborando en colaboración con el sector. En el marco de la apuesta por este segmento, se sitúa también la revitalización de la red de villas turísticas, que tiene operativas actualmente las instalaciones de Grazalema, en la provincia de Cádiz; Bubión, en la Alpujarra granadina; la de Láujar, en Almería; la de Cazorla (Jaén) y la de Priego de Córdoba.

Esta red, que gestiona la Consejería de Turismo y Comercio desde 2012, y los entornos donde están ubicadas mezclan los mejores ingredientes para que los visitantes accedan a una experiencia integral: un alojamiento especial, la naturaleza, actividades variadas y pueblos llenos de encanto. En la edificación de estas villas se ve reflejada toda la tradición del legado cultural andaluz, ya sea en su arquitectura, jardines, miradores, paseos o en sus patios y terrazas.

Sendero en la Villa Turística de Láujar.

Los viajeros descubrirán elementos característicos de la arquitectura morisca como los tejados planos (terraos) coronados por infinidad de típicas chimeneas, pizarra, mampostería de piedra y fachadas encaladas. Y por supuesto, una decoración interior cálida y detallista, que combina elementos rústicos como la cerámica y el barro cocido en las zonas comunes, con maderas nobles, pinturas decorativas y mobiliario clásico en los dormitorios. Ello da lugar a un ambiente confortable y funcional, en el que lo tradicional no conlleva ninguna limitación para quien viaja con los estándares del siglo XXI.

Gastronomía y actividades de ocio

El gusto por la excelencia gastronómica es otra de las bases de la red de villas turísticas. Los paladares más exigentes encontrarán satisfacción en las cartas elaboradas por profesionales; de hecho, la oferta de restauración es por sí misma un motivo de visita. Jamón, gazpacho, ajoblanco, migas, salmorejo, pipirrana, 'pescaíto' frito, quisquillas, rabo de toro, atún mechado, guisos de caza, postres tradicionales, aceite de oliva o vinos de Jerez y Córdoba son algunas de las propuestas que aguardan a los comensales.

Las villas ofrecen también multitud de posibilidades para gozar del tiempo libre, con espacios deportivos o instalaciones para la salud y belleza. De igual modo, cuentan con salones especialmente equipados para reuniones, jornadas de trabajo o celebraciones. Pero además, los enclaves donde se encuentran son puntos estratégicos desde los que desarrollar multitud de opciones de ocio o desde los que realizar excursiones para disfrutar del conjunto de la oferta turística de Andalucía, como los kilómetros de playa o la propuestas de las grandes ciudades.