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EL REINA SOFÍA EDUCÓ A 280 PACIENTES DIABÉTICOS ESTE AÑO

La enfermera responsable de este programa, Rosa Adam, les enseña las instrucciones que han de seguir para controlar su enfermedad

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Un total de 280 personas ha sido atendida este año por la sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Reina Sofía, 110 más que en 2001, a quienes se les ha explicado las recomendaciones que deben seguir para llevar un control adecuado de la diabetes.

La responsable de impartir este programa, la enfermera de endocrinología Rosa Adam, señaló que de estos 280 pacientes 80 correspondieron a personas con Diabetes Mellitus tipo 1 (DM-1) y 200 con diabetes gestacional (que aparece durante el embarazo).

La responsable añadió que desde que esta formación empezó a impartirse en 1983 se han beneficiado del programa unas 1.300 personas, la mayoría se concentraron a partir de 1996 (con 770 asistencias en los últimos seis años) mientras que en los trece años anteriores se acogieron a este programa unas 450 personas.

Adam destacó “el lugar de primer orden” que debe ocupar la educación diabetológica como parte esencial en el tratamiento de esta patología, a lo que añadió que si un diabético sabe manejar el programa, que consta de seis sesiones de una hora y media de duración, puede llevar “una vida normal dentro de las limitaciones que implica el control de la diabetes”.

Entre los consejos y recomendaciones que reciben los diabéticos que se benefician de este programa destacan, una vez que han aprendido a inyectarse la insulina y a rotar de zona de inyección, la manera en que deben repartir las comidas durante la jornada, el ejercicio físico aconsejable o el modo de cumplimentar el diario en el que anotan los autoanálisis que se hacen y cualquier tipo de incidencia.

El grupo que se beneficia especialmente de la educación diabetológica es el de las diabéticas embarazadas, ya que en estas circunstancias el control de la patología debe ser más estricto de lo habitual para evitar problemas durante el periodo de gestación o malformaciones fetales.

El objetivo fundamental de este programa se centra en “educar a los pacientes para que la glucosa se mantenga en cifras normales que deben oscilar entre 80 y 120 miligramos antes de las comidas y entre 120 y 160 miligramos dos horas después de comer para evitar así las complicaciones crónicas y agudas”.

En este sentido, los problemas crónicos más frecuentes que ocasiona son la retinopatía y nefropatía diabética y los trastornos cardiovasculares en general. La retinopatía puede llegar a producir ceguera mientras que la nefropatía puede degenerar en una insuficiencia renal que precise de diálisis o trasplante de riñón.

Además, la diabetes puede provocar problemas en cualquier órgano, de ahí que estos pacientes “estén más predispuestos a sufrir infecciones”, puesto que la diabetes deteriora muchos órganos.

Entre las complicaciones agudas que se pueden originar destacan la hipoglucemia (azúcar en sangre por debajo de 60 miligramos) y la hiperglucemia (azúcar en sangre por encima 200 miligramos). Esta última puede llevar a la cetoacidosis, un grave trastorno que se produce cuando la glucosa se sitúa por encima de los 400 miligramos y se origina acetona, un producto muy tóxico para el organismo.

La diabetes tipo 1 es una patología que se produce cuando el páncreas deja de segregar insulina, una hormona cuya función principal es hacer que la glucosa entre en las células del organismo, por lo que se origina una subida de los niveles de esta última sustancia.

La tipo 1 suele aparecer en personas jóvenes y hasta los 40 años, mientras que habitualmente la que se diagnostica a partir de esta edad es la diabetes Mellitus tipo 2 (DM-2), que se da con frecuencia en personas obesas y no se controla en la consulta del hospital sino en los centros de salud, excepto en caso de complicaciones.

La consejería de Salud presentó el pasado 13 de noviembre el Plan andaluz de Diabetes para el periodo 2003-006 con el que se pretende reducir la incidencia de esta enfermedad en nuestra comunidad autónoma, mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen, y favorecer su asistencia por parte del Sistema Sanitario público andaluz de forma continua, cercana y ágil.

Así, en Córdoba se acaba de implantar la gestión integral del proceso de atención a los diabéticos siguiendo las líneas de este plan que permite trabajar en equipo a los médicos de familia y a los especialistas del hospital sobre la base de objetivos comunes y donde la educación diabetológica cobra especial relevancia.

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