Taller de conceptos 1-2 3 -4

El proceso de hominización

El homo sapiens sapiens al que pertenecemos los actuales hombres que poblamos la tierra es un animal que pertenece a la clase de los mamíferos, al orden de los primates, a la familia de los homínidos, al género homo y a la especie sapiens sapiens. Es errónea por tanto la afirmación de que el hombre procede del mono. El hombre es un primate, que comparte orígenes comunes con otros primates, como el chimpacé o el gorila. Dentro de los primates, son, efectivamente, el chimpancé, el gorila y el orangután, sus parientes más próximos. Los datos de comparación de secuencias muestran que hay una similitud del 98,5% entre el ADN humano y el del chimpancé. Esta semejanza es mayor que la que existe entre el chimpancé y el gorila o el gorila y nosotros, por lo que el chimpancé y los humanos compartimos un antecesor común más reciente que ambos con los gorilas. Esta cercanía, que se ha estimado en 5M de años, es mucho mayor de lo que se había inferido sólo con datos morfológicos, y muestra la capacidad de los datos de ADN para desvelar relaciones de parentesco.

Se denomina proceso de hominización a los cambios evolutivos que tuvieron lugar en los miembros del orden de los primates y especialmente en la familia de los homínidos hasta desembocar en la especie humana actual.

Son miembros de la familia de los hominidos los componentes del género australopithecus (A.Robustus, A Afarensis; A.Africanus...) y del género homo(homo habilis, homo erectus, homo ergaster, homo antecesor, homo sapiens neardenthal, homo sapiens sapiens).

Los homínidos no son un grupo biológico que se haya caracterizado nunca por su riqueza en especies . Nosotros somos los únicos representantes en la Biosfera actual y, a juzgar por el registro fósil conocido, durante los primeros dos millones de años de la evolución de nuestra familia biológica en ningún momento coexistieron, en el tiempo y el espacio, más de dos especies de homínido. Durante ese período de tiempo nuestros antepasados estuvieron ligados a medios forestales, más o menos cerrados. Pero hace cerca de 2'5 millones de años, los homínidos se aventuraron en ambientes más abiertos, que ofrecían nuevos recursos. Como consecuencia, la diversidad de los homínidos se incrementó hasta el punto de que hace alrededor de 1'8 millones de años al menos cuatro especies distintas, pertenecientes a dos géneros , poblaron el continente africano.

Diversas crisis climáticas han jalonado la historia evolutiva de nuestra familia, propiciando incluso el origen de los hominidos. También el momento de mayor esplendor (en cuanto a diversidad biológica) de nuestro grupo parece coincidir en el tiempo con un importante cambio climático. Hace cerca de 2'8 millones de años, el planeta Tierra contaba con un único casquete polar, el antártico. Pero a partir de ese momento, se produjo un incremento de la inestabilidad climática que determinó un enfriamiento paulatino en el hemisferio norte. Hace alrededor de los 2'4 millones de años hubo una crisis climática global asociada a la aparición de un segundo casquete polar, el ártico.

Este cambio climático produjo un gradual enfriamiento y aridificación de los ecosistemas africanos y pudo ser el responsable de la desaparición de Australopithecus africanus, a la vez que propició la selección de nuevas formas de homínido. Situaciones similares, cambios ambientales que eliminan a unas especies pero favorecen la aparición de otras nuevas, salpican la historia de la vida en nuestro planeta, y es cuestión de azar el encontrarse entre los beneficiarios o entre los damnificados de tales acontecimientos.

El género homo

Los primeros representantes del género Homo se caracterizan por tener un tamaño de cerebro mayor, y por lo tanto mayores capacidades cognitivas y una mayor inteligencia.

El tamaño del cerebro es la característica más notable del género Homo . La mayor parte de miembros del género Homo tiene tamaños cerebrales superiores a los 600 cc, considerablemente mayores que los grandes antropoides, los de Australopithecus y los de Paranthropus . Para comparar el encéfalo de especies de tamaños diferentes calculamos el peso encefálico que debería tener según su peso corporal y comparamos ese valor con su peso encefálico real. El índice entre valor esperado y el valor real se conoce como índice de encefalización. Los humanos tenemos un encéfalo 2,9 veces superior al tamaño de encéfalo esperado para un primate haplorrino que tuviera nuestro peso corporal. En los primeros Homo se produce un aumento en el índice de encefalización y aparece una estructura cerebral similar a la de la humanidad actual: presentan asimetrías entre los hemisferios cerebrales y el lóbulo frontal se hace más complejo y de mayor tamaño.

El cerebro humano tiene una estructura distinta a la de otros primates y en la superficie cerebral podemos localizar regiones que participan de forma especializada en diferentes actividades físicas o cognitivas. Debido a la especialización de las diferentes regiones del cerebro podemos observar grandes diferencias morfológicas en la estructura del cerebro de los humanos y los chimpancés.

En los fósiles, la estructura del cerebro puede ser estudiada a través de las impresiones que deja en las paredes internas del cráneo los surcos, circumvoluciones, cisuras y venas meníngeas. En muchos casos estas impresiones son muy tenues y limitan nuestro estudio únicamente a la superficie del cerebro.

En los Australopithecus y Paranthropus existe disparidad de opiniones sobre el grado de reorganización cerebral que tienen respecto de los antropomorfos. Sin embargo, todos los autores están de acuerdo en que Homo habilis y Homo ergaster ya tienen una morfología cerebral similar a la de humanos modernos y presentan las siguientes características:

1) Asimetría entre los hemisferios.

2) Desarrollo y complejidad del lóbulo frontal.

El cerebro humano actual es muy asimétrico. La asimetría entre ambos hemisferios cerebrales esta relacionada con la lateralización cerebral, es decir, la especialización de cada una de las regiones cerebrales en distintas funciones. En los cráneos de los primeros Homo ya puede observarse esta asimetría cerebral.

El lóbulo frontal es responsable de algunas capacidades cognitivas exclusivas de los humanos o que en éstos están mucho más desarrolladas. Entre las funciones del lóbulo frontal se encuentran la de establecer la secuencia de movimientos del aparato fonador, el control de las emociones, la concentración, la planificación y anticipación, el control de la memoria...

A lo largo de la evolución humana, el lóbulo frontal ha crecido en tamaño absoluto y en relación al resto del cerebro. Además, su superficie se ha hecho más compleja aumentando el número de surcos en su superficie.

Algunos autores relacionan el aumento del tamaño cerebral de los primeros humanos con las ventajas que les proporcionaría para desenvolverse socialmente dentro de un grupo, porque el tamaño del neocórtex respecto al resto del encéfalo está en función directa al tamaño del grupo social. También el mayor tamaño del cerebro se relaciona con el desarrollo de las capacidades lingüísticas en los primeros Homo , necesario para tener una mayor complejidad social.

El bipedismo

En los últimos años se han barajado las anteriores y muchas otras hipótesis para explicar la aparición del bipedismo que impulsó a estos homínidos a evolucionar. En los últimos años, sin embargo, hubo una en especial que tomó mucho más fuerza que las anteriores y se ha tornado como la más "atractiva" para los científicos: es aquella que explica el origen de la postura erguida como consecuencia de un cambio en la distribución de los recursos disponibles. Esta teoría no reniega de las anteriores, por el contrario, todo podía estar relacionado, siendo las anteriores consecuencias de ésta última.

Hacia el final del Mioceno el hábitat africano comienza a modificarse. Africa, para ese entonces, estaba cubierta de selvas tropicales (hace unos 20.000.000 de años). Diversos procesos tectónicos, junto con el aumento gradual de la temperatura global del planeta condujeron a un clima seco estacional. Así, proliferaron los espacios abiertos de bosques y sabanas.

En este nuevo contexto, los homínidos debieron movilizarse más en búsqueda de alimentos: "lo obligan a bajarse del árbol y a ir a los llanos".

Una disposición de recursos más dispersos y fluctuantes fue la presión selectiva que llevó hacia el bipedismo.

La explotación de tales recursos requería una locomoción más eficaz energéticamente. Ya no importaba tanto la velocidad de desplazamiento, como la superficie plausible de ser recorrida.

El bipedismo tenía ventajas e inconvenientes

Ventajas .

- Aumenta el radio visual.

- Libera las manos de la función locomotriz

- Las manos liberadas asumen funciones de manipulación y acarreo

- La locomoción se vuelve mucho más eficaz energéticamente a largo plazo

Desventajas .

- Frena la velocidad

- Limita la agilidad

- Supone más dificultades en el parto al aumentar la capacidad craneana

El bipedismo fue facilitado por una conjunción de adaptaciones:

- Pelvis más corta y más ancha

- Columna vertebral curvada

- Dedo gordo del pie se vuelve paralelo al resto: el pie de Gorila es un órgano prensil, el dedo mayor es oponible

- Mayor longitud de las extremidades Inferiores

- Menor longitud de las extremidades Superiores

Hace unos 5.000.000 de años una especie de rasgos simiescos se erigió en sus dos patas y caminó tan erguida como dificultosamente por el sendero evolutivo que la llevaría a través de sucesivas mutaciones y muchas especies descendientes al Homo Sapiens de nuestro tiempo.

La liberalización de la mano

Según el zoólogo español José Antonio Valverde, los primeros homínidos habrían sido granívoros, y para obtener las semillas haría falta un órgano que funcionase como una pinza de precisión. Y ese órgano sería la mano «con el pulgar oponible, característica que convierte a este dedo en el instrumento más valioso de la mano», añade.

Esa pinza que el pulgar puede formar con los otros dedos es la clave que explica el porqué de que el hombre, a diferencia de cualquier otra especie, pueda fabricar, dominar la forma de la materia para plasmar a través de ella su pensamiento. Sólo el hombre puede pensar la rueda y después hacerla. Sólo tiene que ejercitar la precisión de la pinza.

Así el homínido irá entrenando la articulación hasta empezar a manufacturar la blanda madera. El australopitecus afarensis es anterior a la época en que se empieza a desarrollar la industria lítica. De hecho, su pulgar aún no estaba suficientemente formado para la disciplina que exige la talla de la piedra. De hecho, era más estrecho, carecía aún de fuerza suficiente para este trabajo. Y tenía un hueso menos que el del hombre actual. El resto de dedos tampoco tenía exactamente la morfología que posee hoy.

Hace unos cuatro millones de años, nuestros antepasados adquirieron la marcha erguida, adaptación que liberó las extremidades superiores de la función locomotora. De este modo, las manos quedaban libres para dedicarse a cosas bien distintas. Los dedos de los homínidos se pusieron al servicio del cerebro: las cosas que manipulaban se convertían en objetos. Las manos hicieron posible que los Homo habilis –o tal vez un predecesor de éste– fabricaran en un lugar de Etiopía, hace 2,5 millones de años, las primeras herramientas de piedra. Y además al dejar de ser la boca el órgano de defensa, de presa y trabajo permitirán que ésta llegue a ser parte de un rostro capaz de una mímica expresiva

 

La capacidad técnica

Es un hecho indicutible que la capacidad técnica de nuestros antepasados estuvo unida desde sus orígenes a la aparición del fuego.
Un temprano e importante descubrimiento hecho por los seres humanos o por los más primitivos hominidos, o sea nuestros antepasados, fue el uso del fuego; pero nunca hemos sabido exactamente cuánto tiempo hace que se realizó este descubrimiento. Sin embargo, dos arqueólogos sudafricanos han aportado pruebas de que pudo realizarse muchísimo antes de lo que nos figurábamos.

Los Poderes Del Fuego
 El fuego fue un accidente común desde que aparecieron los bosques, hace aproximadamente unos 400 millones de años. Éstos podían arder, y desde luego ardieron inflamados por el rayo, de modo que los animales temían el fuego y huían de él, cientos de millones de años antes de que los seres humanos entrasen en escena.
Sin embargo; los seres humanos o prehumanos fueron los primeros organismos que no se limitaron a huir del fuego. Lo dominaron y utilizaron. Llevaban cautelosamente una rama encendida a algún lugar conveniente, la resguardaban, añadían combustible y conservaban el fuego.
Al principio, los seres humanos o sus antepasados tuvieron que depender del rayo para encender fuego. Si éste se apagaba, tenían que pedirlo a una tribu vecina o esperar que cayese otro rayo. Tardaron muchos miles de años en aprender a encenderlo, a hacer la función del rayo, por así decirlo. No sabemos exactamente cuándo ni cómo ocurrió.
Sin embargo, el mero empleo del fuego, incluso por gente que no sabía encenderlo, marcó una gran diferencia.Estos son algunos de sus poderes.

  • Con fuego podían tener luz por la noche y calor en invierno.
  •  El fuego permitía disponer de más horas para las actividades y los seres humanos pudieron extenderse más allá de los trópicos en regiones más frías.
  • El fuego asustaba a los otros animales, incluso a los depredadores, de manera que los seres humanos podían dormir tranquilos en el interior de una cueva que tuviese una hoguera ante la entrada. Esto dio más seguridad a la raza humana.
  • Con fuego se podía asar la carne, dándole mejor sabor y al mismo tiempo ablandando las fibras para que se pudiese masticar más fácilmente.
  • Se podía tostar el grano y hacerlo suave y comestible, aumentando de este modo las reservas de comida.
  • El fuego además mataba los gérmenes y parásitos de la comida, reduciendo las enfermedades.
  • Finalmente, los seres humanos aprendieron a cocer la arcilla, haciendo así posible la alfarería. También aprendieron a calentar arena y hacer vidrio con ella, y a calentar minerales para extraer metales.

Dicho en pocas palabras, el fuego fue el principio indispensable de la tecnología humana. Por muy inteligentes que sean los delfines y otras criaturas marinas, sin fuego nunca podrán crear éstos ni la más elemental tecnología. Y no se puede encender fuego en un mundo acuático.

¿Cuándo se empleó por primera vez el fuego?
Hasta los años ochenta no se detectaron las más antiguas huellas de fuego en unas cuevas de Zukudián, cerca de Pekín, la capital de China. Allí se encontraron rastros de antiguas hogueras, de hace unos 500.000 años.
Ningún ser humano del tipo Horno sapiens vivió en aquellas cuevas. En realidad, el Homo sapiens aún no había aparecido. En aquellas cuevas vivía un homínido más simple, llamado Horno erectus, que se parecía más a nosotros que a cualquier clase de simio, pero que tenía un cerebro sólo un poco mayor que la mitad del nuestro. Sin embargo era lo bastante inteligente como para descubrir la manera de conservar y emplear el fuego, y por esto hemos de estar agradecidos a este antepasado nuestro.
Pero ¿fue realmente entonces cuando se empezó a utilizar el fuego? Tal vez no, porque el 1 de diciembre de 1988, dos arqueólogos, C.K. Brain y A. Sillen, informaron que habían encontrado rastros de fogatas mucho más antiguas en ciertas cuevas de África del Sur, a unos cincuenta y seis kilómetros al oeste de Pretoria. En estas cuevas se encontraron restos de huesos que al parecer habían sido quemados. Los huesos frescos están llenos de tuétano y de grasa. Si se queman con fuego de leña, arden y despiden mucha luz y mucho calor, como las antorchas resinosas. Al parecer eso es lo que hicieron los primitivos habitantes: utilizar antorchas de hueso para iluminarse en las cavernas y mantener calientes las cosas cuando hacía frío. Estos huesos quemados tienen 1.500.000 años de antigüedad, tres veces más que las fogatas de Zukudián. No había rastros de huesos quemados enterrados en capas más antiguas de las cuevas; pero en cuanto comenzaron a aparecer, siguieron apareciendo en capas más recientes. En otras palabras: desde que empezó a utilizarse el fuego, siguió empleándose. Era demasiado útil como para dejar que cayese en el olvido.
En aquellas cavernas vivieron individuos más antiguos que el Homo erectus, por lo que parece que aquellos homínidos empezaron a valerse del fuego poco después de su evolución.De hecho hay señales de que también vivió en aquellas cuevas, en una época diferente, un homínido todavía más antiguo y primitivo llamado Australopithecus robustus. Esta especie se extinguió poco después de cuando se utilizó el fuego en las cavernas dejando el dominio de la Tierra al Homo erectus y a su descendiente, el Horno sapiens. ¿Nos legó el Australopithecus robustus el uso del fuego, antes de morir? En una pregunta para la que todavía no tenemos respuesta.
Es tal la importancia del fuego en la vida humana que desde antiguo todas las culturas han reflexionado sobre sus poderes. Y las culturas precientíficas han ideado mitos para entender y relatar la importancia del fuego. Veamos un mito griego sobre los orígenes y poderes del fuego.

El Mito Del Fuego
<< ... Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las revistiesen de facultades distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho la distribución, dijo, tú la supervisas " . Con este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba.
De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la precaución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando les suministró los medios para evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente, y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y adecuado a cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre. Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a una hierbas de la tierra; a otras, frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales. Concedió a aquellas descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad; procurando, así, salvar la especie
Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.
El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los hombres vivían al principio dispersos y no en ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras, al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y salvarse construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por no poseer el arte de la política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la justicia, a fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad. Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los hombres: "¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?".
Pues éstas fueron distribuidas así: Con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos?. "Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad''.>>

La Técnica
Después de haber dejado constancia de la importancia del fuego en la aparición de la capacidad técnica de nuestros antepasados,reflexionemos sobre más detalladamente sobre ella.
La idea de «técnica» es polivalente. Si, de forma elemental, entendemos por técnica el empleo inteligente de algún útil extrasomático para la solución de un problema o la consecución de un objetivo, entonces el reino animal está plagado de especies con habilidades técnicas, comenzando por algunos peces o por insectos como las hormigas. Para usar herramientas no hace falta un gran cerebro. Hay pájaros que utilizan piedras para romper la cáscara de huevos de avestruz. Diversos mamíferos utilizan ocasionalmente objetos para rascarse, despiojarse, machacar, extraer, defenderse... Entre los primates subhumanos, los monos y simios muestran una gran pericia manual en el manejo instrumental de objetos. Los chimpancés, por ejemplo, en Tanzania, preparan una fina ramita, la introducen por el orificio de un termitero, aguardan un tiempo para que las termitas la muerdan, luego la sacan con cuidado y se comen el exquisito bocado. También fabrican una especie de esponja con un puñado de hojas masticadas durante un rato; este tipo de esponja les sirve para empapar agua de beber, para secarse, asearse o limpiar a las crías.

En la genealogía de la familia homínida, los primeros australopitécinos, con un nivel intelectual similar al de los chimpancés, pero con las manos ya liberadas por el avance en la postura erguida y la bipedación seguramente desarrollaron la fabricación y uso de algunos útiles en su modo de vida cotidiano.
El siguiente paso es la emergencia del género Homo: «La selección natural favoreció a los individuos que aprendieron antes a fabricar las mejores herramientas, que tomaron las decisiones más inteligentes sobre cuándo usarlas y que podían optimizar la producción con arreglo a los cambios diarios o estacionales de la cantidad o disponibilidad de los alimentos de origen animal y de origen vegetal» (Harris 1989: 53). El resultado de esta selección es sin duda Homo hábilis Con la aparición de la especie Homo erectus, cazador avezado y dominador del fuego, llega la cultura achelense, caracterizada por instrumentos mejor tallados a partir de núcleos de piedra: hachas de mano bifaces, lascas retocadas, cuchillas, etc., que fueron perfeccionándose con el tiempo. Esta cultura se mantuvo hasta hace unos 200.000 años. De manera que los presapiens, con un cerebro mayor, siguieron utilizando técnicas achelenses.
El Homo sapiens neandertalensis (150.000-60.000 años) desarrolló la cultura musteriense (Paleolítico medio), de talla lítica más cuidada: Preparaban los núcleos de sílex para extraer lascas, luego perfiladas para producir hasta 60 útiles diferentes. Con todo, el ritmo de evolución técnica era todavía sumamente lento.

Los fósiles más tempranos del hombre moderno, Homo sapiens sapiens, datan de hace unos 120.000 años. Su genoma --que es el nuestro-- hizo presente el cerebro, el aparato fonador y la capacidad cognoscitiva y técnica que nos distingue a los humanos actuales. Sin embargo, no se dieron innovaciones técnicas y culturales con respecto al neandertal (con el que existió en paralelo durante milenios) hasta hace 35.000 años. A partir de entonces, se suceden las culturas perigordiense, auriñacience, solutrense, magdaleniense, propias del Paleolítico superior. Los artefactos de piedra, madera, hueso, marfil y asta alcanzan un acabado inédito y una variedad enorme; se fabrican objetos decorativos y aparecen artes pictóricas.
Pero la gran revolución técnica de nuestros antepasados tuvo lugar en el neolítico, fue la llamada revolución neolítica.

Revolución neolítica
Hace unos 10.000 años, se produjo la transición hacia la revolución neolítica. Surgieron sistemas culturales basados en nuevas técnicas tocantes a la domesticación de plantas y de animales. Sociedades de recolectores-cazadores transformaron su economía, implantando la agricultura, o la ganadería. Alcanzaron gran eficiencia los medios de transporte, los útiles para fabricar herramientas y para el abastecimiento. El hombre neolítico perfeccionó la pulimentación de la piedra, el hilado y tejido, la alfarería y cerámica, la construcción de viviendas, la navegación, el arte. Los poblados llegaron a hacerse sedentarios y crecieron demográficamente. La organización interna se complejificó.
Las causas del Neolítico parecen estar en una crisis en el sistema de producción de alimentos, por agotamiento de la caza mayor y la recolección de vegetales silvestres. El cultivo de cereales fue la solución. Pero el aumento demográfico obligó a ampliar las tierras de cultivo, a introducir el regadío, a establecer el comercio, con lo que se incrementó aún más la población. Los habitantes de Oriente Medio se multiplicaron por 30 entre hace 10.000 y 6.000 años. La mejora inicial del Neolítico desembocó en un empeoramiento: nivel más bajo de nutrición y salud, menos ocio y menor esperanza de vida que en el Paleolítico superior. Se agudizó la competencia por los recursos básicos, sobrevinieron guerras y se formaron los sistemas políticos de jefatura.
La llamada revolución urbana fue la salida: La necesidad de organizar el regadío artificial en gran escala, a partir de grandes corrientes fluviales, la necesidad de regular el comercio y de centralizar el control militar dieron origen a la aparición núcleos burocráticos, la estratificación social y el estado incipiente. Las primeras ciudades (a nivel de civilización) se levantaron en Mesopotamia, hace cerca de 6.000 años. Los logros tecnológicos que aportan las artes básicas de la civilización son: la metalurgia del bronce, el ladrillo cocido y el arco de mampostería, el torno de alfarero, el vehículo de ruedas, el barco de vela, la escritura, el calendario, las unidades de peso y medida, y los rudimentos de las matemáticas. Además, el mercadeo, las clases sociales, la institucionalización del estado y de la religión. (...)

LA PALABRA
Es difícil saber en que momento empezarían a comunicarse mediante palabras, porque se han perdido las partes físicas relacionadas con el lenguaje. Pero estudiando los moldes endocraneales del hemisferio izquierdo, en el que reside la capacidad del lenguaje, se ha observado que hay dos zonas concretas que se van desarrollando progresivamente a partir del Australopithecus. En la película "En busca del fuego se recrea el carácter rudimentario del lenguaje de los homínidos.
No se ha podido llegar a ninguna conclusión sobre el momento en que aparecería el lenguaje, porque se va desarrollando poco a poco. Es posible que un Neanderthal tuviese una capacidad de articulación como un niño entre 6 y 9 años
Las primeras muestras conocidas de arte figurativo (cabezas y cuartos delanteros de animales pintadas en piedra) datan de hace unos 30.000 años. Este avance hay que asociarlo a una significativa evolución intelectual. Es imposible poner fechas a esto, pero el hombre adquirió la capacidad de pensamiento abstracto, es decir, la capacidad de pensar en algo sin necesidad de ningún estímulo externo que le impulsara a ello. Así mismo desarrolló el lenguaje articulado: los homínidos llevaban mucho tiempo comunicándose entre sí con gran eficiencia, pero siempre mediante signos cuyo significado lo fijaba el contexto (un grito en un momento dado podía ser la señal de iniciar un ataque conjunto a una presa, o el indicio de algún peligro cuya naturaleza había que percibir directamente, etc.). Durante el paleolítico (aproximadamente 35.000 a. de J.C.), tanto el "Hombre de Neandertal" como el "Hombre de Cro-Magnon" dan señales de que poseían un idioma comunicativo y una anatomía equiparable a la del hombre moderno. Quizás éstos sean algunos posibles "momentos" en la evolución del lenguaje humano, desde la remota época en que el "Homo sapiens" hacía simples gestos acompañados de gritos o interjecciones -a la manera de ciertos animales-, hasta la descripción oral de los objetos que le rodeaban y la designación de ideas mediante sonidos que suponían el aumento de la capacidad de abstracción; un periodo en el que nacen las primeras lenguas, coincidiendo con el desplazamiento de los hombres primitivos.
El lenguaje articulado suponía la posibilidad de aludir a algo de forma unívoca independientemente del contexto. Tal vez las figuras esquemáticas fueron al principio un método de ponerse de acuerdo en el significado de las palabras, de convenir qué caza iban a buscar, tal vez se quedó como costumbre hacer dibujos de las presas que esperaban cazar, tal vez llegaron a imaginar que dibujar los animales era una forma mágica de atraerlos
La filología comparada, en su estudio sobre las relaciones entre las diversas lenguas, no ha logrado encontrar ninguna esencialmente primitiva de la cual provengan todas las demás; ninguna "lengua madre" universal, y únicamente asigna la denominación de "lenguas madres" a aquellas de las cuales se han derivado algunos idiomas, como el latín, que es la "lengua madre" del francés, español, portugués, italiano y otras lenguas neolatinas
La cultura surgió como consecuencia del lenguaje simbólico y la evolución de la humanidad -como resultante de la evolución biológica y la evolución cultural- comenzó en el mismo momento en que un primer homínido fue capaz de utilizar símbolos como forma de expresión de sus ideas.