UN NUEVO MODELO DE EDUCACIÓN POR COMPETENCIAS

En marzo de 2000, el Consejo Europeo de Lisboa marcó un nuevo objetivo estratégico para la Unión Europea: llegar a ser “la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de tener un crecimiento económico sostenible con más y mejores trabajos y con una mayor cohesión social”.

Este proceso exigía que los sistemas educativos se adaptaran a las demandas que les planteaba la sociedad del conocimiento y que los sistemas de formación laboral mejoraran el nivel y la calidad del trabajo.

En este marco aparece la competencia como un proceso de aprendizaje a lo largo de la vida, que comienza y se profundiza durante la enseñanza reglada pero que ha de renovarse y mantenerse a lo largo de toda la vida.

Al mismo tiempo desde la OCDE se trabajaba sobre el proyecto “Definición y Selección de Competencias (DeSeCo)” que estudió cuáles serían las competencias clave para una vida próspera y para una sociedad con buen funcionamiento. La competencia, en este contexto, se refiere al logro de “un mayor nivel de integración entre las capacidades y la amplitud de objetivos sociales de un individuo”.

Así el término “competencia” se refiere a una combinación de destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes, y a la inclusión de la disposición para aprender.

Las competencias clave van a marcar la vida del individuo en la sociedad:

• Permiten la realización y desarrollo personal motivado por sus intereses personales, aspiraciones y por su deseo de aprender (capital cultural).

• Favorecen la inclusión social y la participación activa en la sociedad (capital social).