COMUNICACIÓN DEL CONSEJO DE GOBIERNO AL PARLAMENTO DE ANDALUCÍA PARA EL DEBATE DEL ESTADO DE LA COMUNIDAD

 

Transcurrido el primer año de la V Legislatura, el Parlamento de Andalucía se convierte una vez más en centro y eje de la vida política con motivo del Debate sobre el Estado de la Comunidad.

Esta sana costumbre democrática es una oportunidad para hacer una valoración de la actividad desarrollada por el Gobierno Andaluz durante este tiempo y para contrastar las propuestas y alternativas de los partidos o coaliciones presentes en la Cámara. El protagonismo de estas sesiones va sin embargo más allá del estricto ámbito parlamentario. Le corresponde, sobre todo, a los andaluces y andaluzas, a una sociedad que ha evolucionado, que se ha esforzado en superar los problemas e inconvenientes del pasado, que mira con decisión hacia adelante y que plantea nuevas necesidades y mayores aspiraciones de progreso y bienestar.

Nuestra responsabilidad como representantes de los ciudadanos es, por tanto, dar una respuesta viable y eficaz a estas demandas y realizar por encima del día a día, un análisis en profundidad de la situación actual de Andalucía, a fin de poder enfrentar los retos o desafíos inmediatos y continuar avanzando hacia el futuro.

Tal es, en definitiva, la finalidad que se propone el Consejo de Gobierno al remitir al Parlamento esta Comunicación, que debe permitir a los diferentes Grupos posicionarse ante los temas que más nos afectan y facilitar, de alguna manera, el funcionamiento del próximo Debate.

Se trata del primero que celebramos en el nuevo siglo y este horizonte es un obligado punto de referencia. Téngase en cuenta que, dentro de pocos meses, el euro será una realidad de nuestra vida cotidiana, que la ampliación de la Unión Europea es un compromiso que nos puede afectar muy directamente y que el proceso de globalización de la economía nos lleva a competir en un marco cada vez más exigente y nos impone garantizar el acceso de Andalucía a la sociedad de la información y del conocimiento.

Estos y otros retos son insoslayables y nos advierten de la necesidad de redoblar los esfuerzos públicos y privados en favor del desarrollo económico y social. El objetivo de crear más y mejor empleo sigue siendo una prioridad, para lo que es preciso fortalecer el tejido productivo, apoyar las actividades emprendedoras e impulsar la modernización, eficiencia y competitividad de las empresas andaluzas.

Hay que compaginar este crecimiento de la economía con el respeto al medio ambiente, base de nuestro modelo de desarrollo y, al mismo tiempo, aplicar políticas de solidaridad e igualdad de oportunidades que favorezcan la cohesión en el seno de la sociedad y la participación de todos sus integrantes, sin diferencias de edad, sexo, capacidad o procedencia.

Este es nuestro principal activo y rentabilizar el nivel de formación actual, el dinamismo y la creatividad de los andaluces y andaluzas, así como su experiencia ancestral de convivencia y entendimiento, resulta un factor esencial para afrontar los grandes desafíos tecnológicos y la realidad multicultural y multiétnica de las nuevas sociedades urbanas.

El diálogo y la colaboración son señas de identidad de Andalucía y herramientas habituales de trabajo de su Gobierno. Durante el último año se han alcanzado y formalizado importantes acuerdos en el ámbito parlamentario, económico, social, cultural o universitario.

También en el terreno de la política se ha creado un nuevo clima de relaciones interinstitucionales, que debemos aprovechar para resolver contenciosos aún pendientes y para consolidar el papel de Andalucía en el Estado de las Autonomías. Nuestra pertenencia a España como gran proyecto común de solidaridad y pluralidad y el hecho de haber contribuido eficazmente al cumplimiento de los requisitos de convergencia, nos permiten hacer referencia a temas cuya solución depende en buena medida del consenso con el Gobierno de la Nación. La financiación del sistema autonómico, el reconocimiento del censo, el desarrollo de un programa de inversiones, la situación del sector pesquero tras el fracaso del acuerdo con Marruecos o los problemas derivados de los flujos migratorios, son algunos de los más destacados.

El Debate del Estado de la Comunidad debe analizar estas cuestiones y las que propongan los partidos o coaliciones parlamentarias. Esperamos que esta suma de iniciativas redunde en el éxito del mismo y, sobre todo, en el progreso de Andalucía y en el bienestar de los andaluces y andaluzas.