El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy los planes de ordenación de los recursos naturales de las reservas naturales de las lagunas de Campillos, La Ratosa y Archidona, todas ellas en la provincia de Málaga. Los nuevos instrumentos de planificación, marco de referencia para la gestión y protección de estos tres espacios naturales y de sus respectivas zonas periféricas, prestan especial atención al control de los vertidos, la protección de la calidad de las aguas y la regulación del uso público.
Entre otras disposiciones, los planes prohíben la construcción de instalaciones que supongan la degradación de las lagunas, la realización de actividades que alteren su régimen hídrico y, en general, cualquier actividad (cinegética, piscícola, minera o de otro tipo) que pueda deteriorar la dinámica ecológica. Tampoco está permitido el baño y la introducción de especies no autóctonas de la flora y la fauna.
Los usos públicos compatibles con los objetivos de conservación se ciñen a las actividades tipo científico y didáctico, bajo la autorización de la Consejería de Medio Ambiente. En cuanto a las actividades recreativas, éstas quedan limitadas a las zonas periféricas de protección, siempre que no supongan un deterioro de sus condiciones naturales. Los planes también prevén la progresiva supresión de los tendidos eléctricos y de telecomunicaciones ubicados en las zonas periféricas de las tres reservas naturales, con el fin de evitar su negativo impacto sobre la avifauna.
Objetivos específicos
En el caso de las lagunas de Campillos, los objetivos específicos se dirigen a erradicar la caza incontrolada y la acumulación de basuras que se produce en varios enclaves, entre ellos la laguna Redonda, situada en la zona periférica de protección.
En La Ratosa los objetivos también se centran en eliminar la caza furtiva y los vertidos en los mismos bordes de la laguna, además de controlar el exceso de nutrientes en las aguas por la cercanía de los campos de cultivo.
Por último, en las lagunas de Archidona los principales problemas que se pretenden resolver son las prácticas incontroladas del baño, la caza y la pesca, los vertidos de residuos, la sobrecarga ganadera y el trasiego de vehículos por las extracciones mineras.
Valores naturales
Las lagunas de Campillos, La Ratosa y Archidona, declaradas reservas naturales en 1989 forman parte de una misma unidad ecológica, a la que también pertenece la Laguna de Fuente de Piedra, en la que encuentran refugio y alimento una abundante y variada avifauna.
El mayor de estos humedales protegidos es el conjunto lagunar de Campillos, situado en el municipio del mismo nombre e integrado por las lagunas Dulce, Salada, Capacete, Camuñas y Cerero. Su extensión alcanza 85 hectáreas en el área de reserva y 1.257 hectáreas en las zonas periféricas. Con un entorno muy transformado por los cultivos de olivar, cereales y girasol, entre sus valores naturales destaca la presencia de las Althenia orientalis, una especie de la flora acuática de gran interés botánico y catalogada como vulnerable. En sus aguas temporales encuentran alimento aves como el flamenco rosa o el tarro blanco. Similares valores naturales ofrece la laguna de La Ratosa, perteneciente a los términos municipales de Alameda y Humilladero y con una extensión de 24 hectáreas en su área de reserva y de 152 en la zona periférica de protección. De aguas temporales y poco profundas, prácticamente rodeadas de olivares desde las mismas orillas, esta laguna es una zona complementaria de Fuente de Piedra para la alimentación de las aves acuáticas, además de atraer a otras especies ligadas al medio marino, como la gaviota, la pagaza piconera o el fumarel común.
En cuanto las lagunas de Archidona, esta reserva natural está integrada por dos lagunas de origen kárstico, denominadas Grande y Chica, ambas de aguas permanentes y rodeadas de un cinturón de cañas, espadañas y carrizos. Su superficie total protegida alcanza las 197 hectáreas, de las cuales 6,5 corresponden a la zona de reserva.
Debido a su situación en un terreno abrupto e innaccesible, este humedal presenta un mejor estado de conservación y buenas condiciones para servir de refugio a las aves. En la Laguna Grande, de aguas mineralizadas pero dulces y limpias, habitan peces, anfibios y reptiles y proliferan aves como el zampullín chico o el somormujo lavanco. La Laguna Chica, de aguas salinas, está más despoblada. Ambas albergan una flora subacuática de interés. En el entorno predominan formaciones arbóreas de encinares y matorral, así como olivares y almendrales.