El Consejo de Gobierno ha declarado hoy Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, la Hacienda Ibarburu, situada en Dos Hermanas (Sevilla), uno de los mejores ejemplos de la tipología arquitectónica de las haciendas del olivar en Andalucía.
Construida entre los siglos XVII y XVIII, la Hacienda Ibarburu presenta un marcado carácter barroco-clasicista y también reúne elementos de la tradición arquitectónica local, como los pilares de ladrillo y mampuesto o las cubiertas de madera en artesa. El característico color almagra de todas sus fachadas hace que el conjunto se distinga de los cortijos cercanos y sobresalga en el paisaje de forma llamativa.
La hacienda está configurada por diferentes patios en torno a los que se organizan las dos zonas principales: la de labor y la de señorío. El patio de labor, de grandes proporciones y empedrado en toda su superficie, está presidido en el centro por una fuente circular que sirve de abrevadero. A este espacio se asoman las dependencias destinadas a viviendas para los caseros, caballerizas, naves de ganado, gañanías y cocheras.
Las caballerizas, de planta rectangular, están cubiertas por una techumbre de vigas de madera sostenida por columnas de mármol con capiteles de pencas. La nave para el ganado estabulado y las cosechas, que ocupa la totalidad del flanco noroeste del conjunto, está cubierta por una techumbre de madera a dos aguas y se comunica con el patio de labor mediante vanos de diferentes tipologías.
La zona de señorío se sitúa en el lado opuesto al patio de labor. Parte de su fachada ofrece una doble arquería sobre columnas de mármol que conecta con la torre mirador, de planta cuadrada y con un balcón en cada una de las caras del segundo piso. La vivienda señorial cuenta con un patio ajardinado y con una pequeña fuente octogonal en el centro.
En el exterior, la portada principal destaca por exhibir una arquitectura culta en contraste con el resto de la fachada. Su cuerpo inferior está formado por un vano de medio punto enmarcado entre dos pilastras de origen toscano que sostienen un entablamento decorado con figuras geométricas. El superior está compuesto por una espadaña con campana y el nombre de la hacienda que se remata con un frontón triangular.
Además de las distintas edificaciones, el decreto de declaración de Bien de Interés Cultural también incluye una prensa de viga del siglo XVIII ubicada en una de las naves de la hacienda. Asimismo, establece un entorno de protección de aproximadamente 100 hectáreas cuya delimitación viene definida por la curva que traza la carretera NIV a su paso por la finca.